He comentado en otra ocasión, que el Museo del Prado está aprovechando este periodo de pandemia y de riguroso (e incomprensible) cierre del Archivo (desde aquí instamos su pronta apertura), para revisar sus contenidos digitales y entre ellos la información sobre obras y artistas de su Galería Online.
Cuaderno de Sofonisba
jueves, 15 de abril de 2021
LEONAERT BRAMER
sábado, 27 de marzo de 2021
CARLO ANTONIO PORPORATI
La identificación de un nombre en una estampa del Museo del Prado, me ha conducido hasta la obra del grabador turinés Carlo Antonio Porporati y su relación con la pintora Louise Elisabeth Vigée-Lebrun.
PORPORATI, INCISORE DEL RE DI SARDEGNA (1741 - 1816)
Carlo Antonio Porporati nació en Volvera, un pequeño pueblo cercano a Turín, el 18 de noviembre de 1741. Estudió arquitectura militar y diseño topográfico, tras lo cual entró a prestar sus servicios para el ejército piamontés en el taller de Topografía Real donde hacía los dibujos a pluma para los grabadores.
Estando en una ocasión realizando el dibujo del plano del episodio histórico conocido como la "Sorpresa de Asti" (1746) para un grabador venido de Milán, este enfermó y por la urgencia del encargo Porporati tuvo que ocuparse también de hacer el grabado, con tan buenos resultados que obtuvo una beca para estudiar en París gracias a la intervención del ministro de Estado, el conde Bogino, ante el rey Carlo Emanuele III.
Vivió en París entre 1768 y 1773 donde se dedicó de modo concienzudo al estudio del oficio; haciendo visitas a la calcografía real, a las colecciones de estampas y a los estudios de los más famosos grabadores y asistiendo al taller de Juste Chevillet (1729-1802) hasta convertirse en un especialista en grabado. En una breve estancia en Turín, grabó el retrato del rey interpretando un dibujo del pintor de la corte Dupra, como homenaje de agradecimiento a su benefactor, por el que obtuvo una generosa gratificación, un aumento de salario y la libertad de dedicarse al buril.
Louis Petit de Bachaumont, en sus Mémoires secrets, alaba un grabado de Porporati expuesto en el Salón de 1777 titulado La muerte de Abel. Está basado en una obra de Van der Werf que el grabador subtituló "Prima mors, primi parentes, primus luctus" en el que expresó de un modo intenso el miedo y la sorpresa de Adán y Eva ante el cadáver de su hijo, al tratarse de una situación que se producía por primera vez en la historia de la humanidad.
A partir de entonces los grabados que realizó no hicieron sino aumentar su fama: Venus acariciando el Amor de P. Batoni, El baño de Leda de Correggio, Le coucher de Jacques Van Loo, Maria Antonieta con una rosa en la mano de Louise Elisabeth Vigée-Le Brun; Garde à vous! (Cupido) de Angelica Kauffmann; los reyes de Cerdeña Carlo Emanuel de V. Blanseri (1771) y Vittorio Amedeo III de D. Molinari (1775), Tancredo y Clorinda de Charles van Loo, Júpiter y Leda de Correggio, la Sacerdotisa compasiva de Esprit Antoine Gibelin, y otros.
El propio Longhi le señaló como modelo de grabadores por "la precisión, la limpieza del corte, la virginidad del trabajo, la fusión y la transparencia de las tintas, la armonía del claroscuro, el equilibrio del artificio, y la constancia de estilo». (G. Longhi. La calcografía, Milán, 1830).
Fue nombrado grabador y conservador de estampas del rey y creó una escuela de grabado en Turín. En 1793 se traslada a Nápoles donde Vittorio Amadeo III le había pedido que fundara una escuela de grabado. A su vuelta, en 1797 es nombrado responsable de la galería de Bellas Artes de Turín. En esa ciudad vivirá hasta su muerte en 1816.
LOUISE ELISABETH VIGÉE-LEBRUNLa estampa del Museo del Prado
Como comentaba al inicio, la identificación de una palabra en una inscripción de una estampa del Museo del Prado me ha llevado a establecer la relación entre estos dos artistas que se conocieron en el París pre-revolucionario y cuya amistad se mantuvo a lo largo del tiempo.
Se trata de la estampa procedente del legado de Pedro Fernández Durán y Bernaldo de Quirós, (1931) titulada "Autorretrato de Louise-Elisabeth Vigée-Le Brun con sombrero", de autor Anónimo y catalogada con el número D2293: "Siglo XVIII. Lápiz, Sanguina, Cuadriculado sobre papel verjurado, 395 x 240 mm."
Se trata de un dibujo preparatorio para un grabado que reproduce uno de los más famosos autorretratos de Vigée-Lebrun, que ha sido objeto de frecuentes grabados y reproducciones. Es preciso señalar que existen dos versiones pintadas del Autorretrato que la pintora realiza en 1872.
jueves, 11 de marzo de 2021
EL TCHAIKOVSKY DE CARMEN SÁNCHEZ
Una pieza del escultor Carlos Velázquez
Se ha incorporado al Museo del Prado un pequeño busto de bronce sobre peana de mármol que representa al músico ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, realizado por el escultor Carlos Velázquez. La obra formaba parte de las pertenencias personales de Carmen Sanchez García que integraban el legado que el Museo del Prado recibió en 2017 como heredero único de la benefactora.
El legado de Carmen Sánchez García, consistía en dinero en efectivo, un inmueble y todas sus pertenencias personales que, en conjunto, ascendía a cerca de un millón de euros, que debían dedicarse, según afirman, a la "adquisición y restauración de obras". El Museo ha venido realizando dichas tareas desde 2017 y parece que han culminado con el broche final de la "La Boulonnese" de María Blanchard, adquirida por 70.000€, con la que probablemente han querido redimirse de no haber comprado hasta entonces más que una obra de una pintora por la módica cantidad de mil doscientos euros (1.200€): Mariana de la Cueva: S. Francisco arrodillado en meditación, copia de El Greco. A pesar de esta última adquisición, el porcentaje del legado destinado a obra de pintoras sigue resultando bastante desequilibrado... respecto a la obra de Blanchard solo queda decidir dónde van a colocarla.
No es fácil hacer el seguimiento de las compras realizadas, pues la información que ofrece el Museo no es homogénea ni en relación con las adquisiciones ni sobre su precio. Esperamos que la exposición que se va a celebrar en fechas próximas nos dé la posibilidad de conocer más detalles.
La dedicatoria del busto de Tchaikovsky
Volviendo al pequeño busto que encabeza el artículo, es probable que fuera un objeto de especial interés para la donante, ya que, figuraba entre los objetos personales que el Museo ha seleccionado para incorporar a sus fondos y sobre todo por su dedicatoria, de la que se deduce que formaba parte de su historia familiar.
"Al. Dr. D. Ruperto / Sánchez Arcas con / admiración y afecto / Carlos Velázquez / 1962".
La dedicatoria al padre de la donante, escrita a mano en tinta negra sobre la peana, nos lleva a hablar de dos de los cinco hermanos Sánchez Arcas, Manuel el mayor y Ruperto del mismo nombre que su padre el medico tocólogo Ruperto Sanchez Rodriguez, procedente de la localidad de Béjar, que estudio medicina en Barcelona y Salamanca y se instaló en Madrid donde nacieron sus hijos e hicieron carrera. Manuel, (1897-1970) estudió arquitectura, participando en el equipo que diseñó para la ciudad universitaria edificios como el Hospital Clínico o el Pabellón de Gobierno. Recibió en 1932 el premio nacional de arquitectura. El padre de Carmen, Ruperto, (Madrid, 1902), hereda el nombre y la vocación de su predecesor y estudia Medicina en la Universidad Central de Madrid (AHN Universidades, 6148, Exp.22) especializándose como aquel en Ginecología, materia sobre la que escribió y publicó diversos estudios.
Ambos hermanos habían heredado del padre su ideología izquierdista, que llevó a Manuel a participar en la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, creada en 1936, junto a los hermanos Ferrán, Emiliano Barral y otros, y posteriormente al exilio del que nunca volvería, mientras que Ruperto se mantuvo en Madrid donde fue capitán médico en el ejército republicano durante la guerra por lo que en 1939 fue inhabilitado por seis meses, aunque después pudo retomar su actividad profesional llegando a alcanzar reconocimiento y fama. También fue profesor en la Facultad de Medicina. Es probable que recibiera el busto de Tchaikovsky de Carlos Velázquez, que ahora comentamos, en señal de agradecimiento por la atención profesional prestada con ocasión del nacimiento de su hijo León.
EL ESCULTOR
Carlos Velázquez Espino (Madrid, 1919 - 1977)
Carlos Velázquez Espino diversifica sus actividades, hace pequeñas esculturas en bronce y desarrolla su principal afición por la cultura rusa y por el escritor León Tolstoy, lo que le lleva a coleccionar sus libros y cualquier objeto que se relacione con su historia conformando un pequeño museo en su domicilio de la calle Hermosilla 114 que, a decir del periodista Gómez Figueroa que le entrevista para La Hoja del Lunes, guarda "cerca de 4.000 fotografías, monedas, una pieza de fusil de la guerra de Crimea, medallas, esculturas...". Carlos establece relaciones epistolares con miembros de la familia Tolstoy, en especial con su hija, la condesa Alejandra, que patrocinaba la Tolstoy Fundation Inc. en Nueva York para la que Velázquez realiza un busto en bronce del escritor. También recibe la visita en 1969 de Sergio Tolstoy médico francés, nieto del escritor, hecho que fue recogido en la prensa de la época.
Sería interesante conocer qué ocurrió con ese legado Tolstoiano acumulado durante tantos años por Carlos Velázquez, y con la biografía que estaba escribiendo, y qué fue de su sueño de hacer un museo de arte típico castellano en el que habría una sala íntegramente dedicada a Tolstoy en un pueblecito labriego de la provincia de Madrid para el que había comprado una casa; sueños todos ellos truncados por la temprana muerte del pintor y que probablemente nunca se verán cumplidos.
jueves, 11 de febrero de 2021
SE BUSCAN PINTORAS
CATERINA CHERUBINI - Nueva pintora en el Museo del Prado
Uno de los méritos que hay que reconocer a la actual Exposición INVITADAS del Museo del Prado es que ha removido sensibilidades y ha situado la inclusión de pintoras en el discurso del Museo entre su objetivos a cumplir en un futuro próximo. De entrada nos alegra este nuevo enfoque y esperamos que el impulso se mantenga el tiempo suficiente para que pueda producir los frutos deseados.
Una de las tareas que viene realizando el Museo del Prado aprovechando el cierre del archivo en este extraño periodo pandémico que ya va camino de un año, es la ampliación y revisión de los contenidos a los que se puede acceder en línea, y ello lo notamos de forma especial en la actualización de la información que ofrece la Galería Online sobre artistas y obras.
Probablemente fruto de este proceso, ha sido la incorporación de Caterina Cherubini al elenco de pintoras del Museo y a pesar de que tal incorporación ofrece alguna duda, nos alegra que se haya producido ya que nos da la ocasión de hablar de ella, una pintora singular, prácticamente desconocida, y de una época, la segunda mitad del siglo XVIII, en la que muchas artistas se dedicaban a la pintura y se implicaban en el ámbito académico, sin que su historia haya tenido apenas trascendencia.
La obra en cuestión es una pequeña pintura sobre lámina de cobre representando a Santa Inés, hasta ahora considerada por el Museo de autor anónimo. Ahora se atribuye a Caterina Cherubini, pintora de pequeñas pinturas y miniaturas casada en Roma con el pintor Francisco Preciado de la Vega, primer artista español encargado de la tarea de atender a los pensionados españoles en Roma.
CONSUELO ROCAMORA, LA DONANTE Y SU LEGADO
Los Rocamora Fernández pertenecen a una familia afincada en Valencia, bien posicionada socialmente, compuesta al menos por tres hermanos: José, director del Heraldo de Madrid, Consuelo, cantante, y Joaquín, abogado y empresario, padre de Consuelito, la donante de las obras.
Leemos en la prensa de la época que esta sobrina Consuelito fue curiosamente la madrina de boda de su tía Consuelo en 1917 con el empresario valenciano Ramón Hércules, (Las Provincias, 15.12.1917) matrimonio que duró tan solo dos años, a causa de la muerte prematura de la tía con cincuenta y tres años. A juzgar por las crónicas periodísticas, su desaparición causó un gran impacto y su cortejo fúnebre fue acompañado por una lista interminable de representantes del mundo cultural, empresarial y político. Entre ellos, José Prado, ministro de Instrucción pública, Francos Rodríguez, ex ministro, Garrido Juaristi. alcalde de Madrid, Mariano Benlliure, director de Bellas Artes, Alberto Aguilera y muchos otros incluyendo al pintor amigo de la familia Fernando Alberti Barceló. (Rev.de Ferrocarriles, Industria y Seguros 9 sept.1919, p.429).
Consuelo Rocamora era el modelo a seguir de su sobrina Consuelito, y la causa de su vocación por la interpretación y la música, ya que en su juventud había formado parte de compañías de teatro en las que actuaba como partiquina (Teatro de Parish - La Correspondencia de España, 21.9.1898) o como tiple comprimaria (Teatro de Parish - La Época 29.8.1900). Pasados los años el recuerdo perdura en la sobrina que menciona a su tía con cariño en su testamento.
LA DONANTE, Consuelo Rocamora Menéndez (h.1900-1968). En el momento de su muerte era funcionaria del Ministerio de Información y Turismo en el que había consolidado su plaza mediante concurso-oposición en 1963 (BOE 17 julio 1963), pero de joven al igual que su tía se había dedicado al canto actuando como soprano en muchas ocasiones tanto en público como a través de la radio. Son muy numerosas las reseñas de sus actuaciones en programas musicales de Unión Radio. (El Año académico y cultural, 1926, p.89. Revista Ondas 26.6.1927, p.27...)
La curiosa historia de este legado, que estuvo a punto de no serlo, puede seguirse a través de los documentos que se encuentran en el Archivo del Museo (Caja : 100 / Legajo: 16.13 / Nº Exp: 1, varios documentos) que repasamos a continuación.
De acuerdo con lo previsto en el testamento otorgado en 1968 por Consuelo Rocamora Menéndez, que establecía al Museo de Arte Moderno como destinatario de su legado, su albacea se dirige al recién creado Museo de Arte Contemporáneo (1968), heredero del Museo de Arte Moderno, y le hace entrega del legado contemplado en su cláusula 7 y que está compuesto por cuatro obras: un Retrato de la donante de 1912 pintado por Fernando Alberti Barceló (1870-1950), dos Platos pintados con sendos bodegones de flores y frutas por José Pinazo Martinez (1879-1933), y "el cobre que tiene la testadora en su alcoba, de autor desconocido, de 1769 y que representa a Santa Inés", que es la obra que ahora nos ocupa y que encabeza este artículo.
Habían pasado tres años desde el fallecimiento de la donante. El albacea entrega al Museo, junto a las obras, una copia del testamento. El certificado que acredita la entrega de las obras es de 13.12.1971 .
Pero se da la circunstancia de que en la fecha de la entrega del legado se encuentra en proceso la separación de la colección de pintura del XIX que, como sabemos, pasará al Casón del Buen Retiro formando parte del Museo del Prado. En consecuencia el secretario del Museo de Arte Contemporáneo, Sr. Echanove, en nombre de su director, solo tres días después de su recepción (16.12.1971) rechaza el legado con el argumento de que "dichas obras no encajan con la línea contemporánea de la institución", indicando al albacea que las recoja y se dirija al Museo del Prado.
El subdirector del Museo del Prado, Joaquín de la Puente, que es a la vez conservador de la colección del XIX, recibe la información del albacea y se dirige inmediatamente (18.12.1971) al director del Contemporáneo para que le envíe los antecedentes del legado, diciéndole a modo de reproche: "A mi me parece que la dirección de ningún museo está en condiciones de rechazar así un legado. Es la Dirección General la que rechaza o acepta..." (subrayado en el original).
Una vez obtenida la información, el mismo de la Puente se la envía a Xavier de Salas, director del Prado diciéndole: "Tres de las tales obras son novecentistas, es decir, destinables al Museo Contemporáneo o controlables por él. Si no le interesan es evidente que pueden interesar en cualquier otro museo español. Creo que se debe dar cuenta a la Dirección General de este legado, con los informes correspondientes, con el fin de que se decida qué procede". (Carta 3.2.1972).
Pasa más de un año y la cuestión del legado sigue sin resolverse. De nuevo De la Puente se dirige al director gerente del Prado, Rodolfo R. Boeta y tras ponerle al corriente de la situación le dice: "Haz el favor de poner en marcha este asunto para que se resuelva de una vez. (Carta 28.3.1973)
Finalmente el 4.9.1973 el Director General de Bellas Artes, Pérez-Embid, firma la Resolución por la que se aceptan las obras y se ordena que sean expuestas figurando el nombre de la donante, que es publicada en el B.O.E. de 15 de septiembre de 1973.
LA PINTORA: Caterina Cherubini (1726 - 1811)
"Regalo en Roma de D.a Catha/lina Preziado dí 7 de Sept.e de 1769".