viernes, 15 de febrero de 2019

LA FAMILIA DE SOFONISBA ANGUISSOLA VISITA EL PRADO

PREPARANDO LA EXPOSICIÓN DE SOFONISBA ANGUISSOLA

El Museo Nacional del Prado y la Nivaagaard Collection han suscrito, con fecha 21 de enero de 2019, un Convenio para el estudio técnico y la restauración de la obra de Sofonisba Anguissola: «Retrato del grupo con el padre de la artista, Amilcare Anguissola, y sus hijos Minerva y Asdrúbal» que forma parte de los preparativos de la exposición «Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Dos modelos de mujer artista».

La muestra, organizada por el MNP, tendrá lugar del 22 de octubre de 2019 al 2 de febrero de 2020.

El Retrato Familiar
Retrato de familia, Amilcar, Minerva y Asdrubal Anguissola. 
Nivaagaard Malerisamling, Nivå 1558-1559

En la imagen podemos ver al padre, Amilcar Anguissola, que rodea a su hijo con ternura, en actitud orgullosa y protectora, mientras el niño muestra su confianza y admiración con la mano suavemente apoyada en la de su padre y la otra en su pequeña espada, teniendo a sus pies un simpático perrillo. Tan atento está el padre hacia el hijo que parece no darse cuenta de que al otro lado se encuentra una de sus hijas que sujeta con una mano un ramito de flores contra el pecho y con la otra se levanta un poco la sobrefalda del vestido mostrando la parte inacabada de la obra.

Este retrato familiar, seguramente el último de los que Sofonisba Anguissola pintó en el hogar familiar de Cremona entre 1858 y 1859, debió quedar inacabado por la invitación de Felipe II para que viniera a España como maestra de pintura de la jovencísima reina Isabel de Valois, tercera esposa del rey, a quien este procuró rodear de todas aquellas cosas a las que estaba acostumbrada para hacerle la vida más agradable.

LOS PERSONAJES REPRESENTADOS
El Padre: Amilcar Anguissola

Amilcar Anguissola nació en 1494; era hijo natural de Anibal Anguissola, comerciante cremonés que recibió su título de nobleza en 1499, y de Blanca Crivelli. Su padre se había casado con Elena Filisagradis de quien no tuvo hijos, hecho que le llevó en 1511 a reconocer los habidos fuera del matrimonio, el propio Amilcar y su hermana Elena. A falta de un noble nacimiento, Amilcare deseoso de probar a su familia que era digno del apellido que se le había otorgado, se casó en primeras nupcias con una joven de la nobleza local, Bianca Pallavicino, de quien no tuvo hijos, eligiendo como segunda esposa a otra dama no menos noble, Bianca Ponzone, con la que tuvo seis hijas y un hijo. 
Sofonisba Anguissola. Retrato de su padre
Detalle del Retrato de Familia. 1558-1559

Amilcar alcanzó un papel importante en la sociedad cremonesa ya que formaba parte del Consejo de decuriones que gobernaba la ciudad en nombre del imperio español de Felipe II. Ocupaba uno de los seis cargos de "Prefetto della Fabbrica del Duomo de Cremona" también denominados "massari", que se repartían las tareas de administración, mantenimiento, restauración y embellecimiento de los edificios, la llevanza de las cuentas y el archivo del conjunto catedralicio y otros edificios religiosos y civiles. Este cargo se asignaba a personas del mayor prestigio cultural lo que le permitía relacionarse con los principales artistas de la ciudad a los que contrataba para la realización de las diversas obras con las que se iba embelleciendo y aumentando el patrimonio artístico de la iglesia cremonesa.

Esa posición le facilitará la elección de los maestros de pintura de Sofonisba y su hermana Elena, que, como sabemos, fueron Bernardino Campi, hasta su partida a Milán, y Bernardino Gatti, apodado "el Sojaro", ambos participantes en la decoración de la Catedral y de otras Iglesias de la ciudad con diversas obras.

Amilcar Anguissola ofrece a sus hijas la mejor formación posible para su época basada en los ideales humanísticos del Renacimiento y en particular en las reglas prescritas por Baldassare de Castiglione que establece en "El Cortesano" (1528), el  ideal de la perfecta dama de palacio del Siglo XVI. Las hermanas Anguissola estudian pintura, latín, música y baile, lo que les permite ser perfectas anfitrionas en sus reuniones sociales, a lo que contribuía el hecho de las buenas relaciones de su madre Bianca Ponzone con las familias de la nobleza local.

El hijo: Asdrúbal Anguissola
Sofonisba Anguissola. Retrato de su hermano
Detalle del Retrato de Familia. 1558-1559

Este niño, de unos ocho años, vestido de rojo carmesí es Asdrúbal, hijo de Amilcar Anguissola y de Bianca Ponzoni, ocupando el sexto lugar de siete, después de cinco hijas y una última posterior a él. Los nacimientos de la familia Anguissola se producen en un periodo de tiempo de unos veinte años, desde el nacimiento de la mayor, la pintora Sofonisba, probablemente en 1532; el del propio Asdrúbal en 1551, cuando su padre tiene 57 años; y en fecha indeterminada pero no muy posterior, el de la última hija, Anna Maria. 

Siguiendo la tradición familiar Asdrúbal es bautizado con un nombre cartaginés, al igual que su padre -Amilcar- y su abuelo -Anibal-, así como su hermana mayor -Sofonisba-. La elección de los nombres familiares no solo pone de manifiesto un elevado nivel cultural sino una posición política contraria al poder centralizador de Roma, en un claro homenaje a los liberadores de la Gallia Cisalpina de la dependencia de Roma en los lejanos tiempos de la República.

Es el único de los hermanos que no tuvo una formación artística, aunque estudió música y latín. Fue educado, conforme a la tradición, para poder desenvolverse en el mundo de los negocios siguiendo los pasos de su padre. Como único heredero de la dinastía familiar, a la muerte de su padre (1573) asumirá sus funciones de cabeza de familia, las obligaciones que ese nuevo estatus le impone a pesar de su juventud y su cargo de Prefecto de la Fábrica del Duomo de Cremona.

La hija: Minerva Anguissola
Sofonisba Anguissola. Retrato de su hermana
Detalle del Retrato de Familia. 1558-1559

La hermana, que mira al niño como si habitualmente se ocupara de él, no es mucho mayor, representa unos doce años; suele decirse que es Minerva por la descripción que hizo Vasari en 1566 cuando, visitando la casa de los Anguissola en Cremona, ve la obra:

    "...si vede il signor Amilcare, suo padre, che ha da un lato una figliuola di lui chiamata Minerva, che in pittura e in lettere fu rara, e dall'altro Asdrubale figliuolo del medesimo ed a loro fratelo..." (Vasari, Vitae, ed. 1881)
      (Se ve al Sr. Amilcar que tiene a un lado una hija llamada Minerva que fue singular en pintura y en letras y al otro a su hijo Asdrubal, hermano de ella).

Vasari habla en diversas ocasiones de la pintura de  Sofonisba Anguissola y sobre todo de sus retratos que los alaba diciendo que "solo les falta hablar" o que "parece que respiran"  Esta anotación sobre su visita a Cremona en 1566 la realiza en la Vida de Benvenuto Garofalo y Girolamo da Carpi. 

Pero si comparamos la imagen de esta hija con un retrato conocido de Minerva, pintado por su hermana Lucía aproximadamente en la misma época, tiendo a pensar que podría tratarse de alguna otra hermana, quizás Europa (la quinta hermana), más cercana a Asdrúbal, con quien es difícil establecer comparación porque no se conserva imagen de ella de esa misma época.
Comparación de la niña del grupo familiar con el Retrato de 
Minerva (det.) pintado por Lucía Anguissola H.1558 Col. Poldi-Pezzoli 

La historia de la obra

Siguiendo las informaciones que Rossana Sacchi incorporó al Catálogo de la Exposición Sofonisba Anguissola e le sue sorelle que tuvo lugar en Cremona el año 1995, la primera noticia que se tiene de la pintura data de 1566, momento en que se encontraba en la casa de los Anguissola en Cremona donde Vasarí dejó constancia de haberla visto durante su visita y hace la descripción que hemos comentado antes. Esta alabanza del Vasari hizo crecer el interés por la obra que fue adquirida probablemente a los herederos de Asdrúbal por los Borghese en cuya colección se encontraba en 1650 tal como citan Soprani (1674) y Baldinucci (1688).

En 1819 Vicenzo Lancetti en su Biografia cremonese ya informa que la obra estaba a la venta en París donde el pintor danés Wilhelm Marstrand la adquiere años después.

En agosto de 1836 el pintor danés Wilhelm Marstrand, (1810-1873) con la ayuda de la Academia danesa comenzó el primero de sus muchos viajes por Europa, yendo a Roma donde estuvo cuatro años. A su regreso a Dinamarca, a fines de 1841, Marstrand pasa por París donde compra el cuadro del grupo familiar sin conocer su origen. A su muerte, en 1873 pasa al Museo de Niva como obra anónima.
Christen Købke, Retrato de Wilhelm Marstrand.(1836) 
Statens Museum for Kunst, Copenhagen 

Durante un tiempo  se tuvo por desaparecida la obra hasta que en 1904 Theodor von Frimmel la reconoce en el Museo de Nivaagaard y la publicó en la cabecera de su artículo sobre Sofonisba. A partir de ese momento volvió a formar parte de los catálogos de las pinturas Anguissolianas. En 1911 se expone en Florencia en la Mostra del Ritratto Italiano. En 1985 volvió a Cremona donde formó parte de la Exposición sobre Los Campi y la cultura artística cremonesa  del Cinquecento. Diez años después retorna de nuevo a Italia para participar en la gran exposición dedicada a las hermanas Anguissola: "Sofonisba Anguissola e le sue sorelle" celebrada en Cremona en 1995

El estado de la obra
Cuando Marstrand adquiere la pintura en París la lleva consigo a Dinamarca donde decide completar la parte inacabada, que era fundamentalmente la parte baja del vestido de la niña que se dejaba ver al levantar la sobrefalda.
Imagen de la obra  antes de 1982 con los repintes realizados por Marstrand

Desde 1873 la obra se mantiene en la situación en que la dejó Marstrand hasta que en 1982 un alumno de la Escuela de Conservación, Ulla Høst, descubrió los repintes realizados, los retiró y retocó y completó las pérdidas de pintura.

La obra que ahora llega al Museo del Prado para su restauración por reconocidas especialistas, presenta un estado desigual según se recoge en el informe publicado en el BOE (6 de febrero de 2019), de donde tomamos la mayoría de los comentarios, que se apuntan a continuación, sobre la situación de la obra.

Por una parte el barniz ha adquirido un tono amarillento. La pintura tiene una apariencia mixta en algunas zonas con numerosos retoques oscurecidos, algunos de los cuales son muy extensos, como en el hombro izquierdo de la niña. El informe incorpora diversas imágenes realizadas con luz infrarroja o ultravioleta para mostrar las zonas donde la intervención se hace necesaria.
Las zonas más perjudicadas afectan a la figura de la niña. La parte inferior del vestido presenta un color gris y opaco en lugar del azul claro y esmaltado del resto del vestido, donde el color original está bien conservado.
Al analizarlo con luz ultravioleta e infrarroja se evidencia que algunas zonas han sido interpretadas incorrectamente, como por ejemplo las manchas oscuras del vestido de la niña, que está muy retocado.
Las hojas del ramillete de la niña son añadidos posteriores, lo que se ve también gracias a la luz ultravioleta y la infrarroja, y además se detectan varias correcciones en la zona de las manos de la niña, que tienen zonas claras y oscuras.
Las cabezas parecen muy bien conservadas. Solo se ven ligeros retoques en la del padre y casi ninguno en la niña, mientras en la del niño los retoques pueden verse incluso a simple vista.

En todo caso es una importante noticia que esta vez la obra vaya a parar a las buenas manos del equipo de restauración del Museo de Prado, de quien no dudamos saldrá la mejor versión posible de la obra.

Otro retrato de la misma Colección

En la danesa colección Nivaagaard disponen de una segunda obra ligada al ámbito de las hermanas Anguissola que es el Retrato de Anciana que algunos consideraron que se trataba de la propia Sofonisba, hipótesis hoy descartada a pesar de ciertas similitudes. En la actualidad el retrato se circunscribe al círculo familiar de las hermanas Anguissola, sin seguridad de quién lo pintó y de a quién representa.

Círculo Anguissola. Retrato de anciana. 1620

En la obra podemos observar un elemento que resulta curioso, que es el hecho de que la anciana sujete su falda con la mano derecha de la misma forma y en la misma posición que lo hace la niña del Retrato familiar.
Comparación de la mano que sujeta el vestido de la niña y la anciana.

En cualquier caso se trata de un interesante retrato que nos gustaría poder ver también en Madrid en la esperada exposición del Museo del Prado.

lunes, 11 de febrero de 2019

LA GLORIA SUPREMA DEL ARTE Y LA CIENCIA FILIPINA


Las Islas Filipinas poseen uno de los más altos índices de biodiversidad de la tierra gracias a su situación y su clima tropical-insular que propicia una vegetación exuberante. Bosques tropicales impenetrables y selvas, muchas de ellas de origen volcánico, cuentan con una flora abundante, estimada en unas 13.500 especies vegetales de las que unas 3.200 son exclusivas de las islas.

Gran parte de las plantas de Filipinas fueron estudiadas en la época colonial por frailes, en especial agustinos, que unieron a su labor misionera el trabajo científico. Aunque no han llegado a nosotros todas las obras y recopilaciones que fueron realizadas, los ejemplos existentes nos dan una idea de la importancia que tuvo en Filipinas esta actividad tanto en lo que se refiere a la labor puramente científica de clasificación, descripción y análisis de las plantas y de sus propiedades terapéuticas, como al diseño y reproducción artística mediante dibujo, pintura o grabado de sus ejemplares, que aquí nos interesa.

FRAY IGNACIO MERCADO

Haciendo un breve repaso de sus principales protagonistas, hay que nombrar en primer lugar al agustino Fray Ignacio Mercado (1648-1698), primer botánico mestizo filipino-español, que escribió e ilustró el Libro de Fuentes Medicinales en esta Tierra y Descripción de las cualidades de los árboles y plantas que se encuentran en estas islas filipinas.
 
  Retrato de Fray Ignacio Mercado del Museo de San Agustín de Manila y 
Detalle de tres de sus láminas

FRANCISCO SUAREZ Y NICOLÁS DE LA CRUZ BAGAY

Ya en el siglo XVIII, dos grabadores de las Islas complementaron con sus grabados el magnífico mapa que publicó en Manila en 1734 el jesuita Pedro Murillo Velarde con el título Carta Hydrographica y Chorographica de las Yslas Filipinas, Francisco Suárez (c1690-c1762), considerado por muchos el mejor grabador de Filipinas, realizó dos impresiones paisajísticas presentando la flora y la fauna del país, mientras que Nicolás de la Cruz Bagay (Tondo, 1701- c1765), ilustró las seis viñetas de tipos del país incorporadas al mismo mapa.  (De acuerdo con Díaz Trechuelo, Grabadores Filipinos del S.XVIII. 1961)
Carta Hydrographica y Chorographica de las Yslas Filipinas.

Viñeta de la Flora de Filipinas  de Francisco Suárez 

JUAN DE CUELLAR

Uno de los primeros trabajos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, (1781) fue encargar al farmacólogo y botánico Juan José Ruperto de Cuéllar  (Aranjuez, 1739 - Ilocos, 1801), que había sido nombrado Botánico Real, dirigir la Expedición Botánica al territorio español de las islas Filipinas, que se inicia en 1786. 

Juan de Cuéllar deseaba poder sembrar y estudiar las plantas de las islas,  descubrir nuevas especies y conocer su utilidad para ello esperaba poder construir un Jardín Botánico pero a pesar de que se le asignaron terrenos no obtuvo el permiso para realizarlo y los terrenos se fueron convirtiendo en plantaciones comerciales siguiendo los dictados de la Real Compañía de Filipinas

Uno de los resultados de su tarea investigadora sobre la flora natural de las islas fue un estudio en el que presentó unas setenta láminas de dibujos botánicos en color realizados por tres dibujantes filipinos: José Loden, Tomás Nazario Miguel de los Reyes, que se enviaron al Real Jardín Botánico de Madrid en cuyos archivos durmieron durante más de un siglo hasta que fueron redescubiertos en 1988 por la investigadora M. Belén Bañas. El gobierno español regaló en 1996 una copia de la colección a Filipinas que se expone actualmente en la National Galery de Manila.
Algunas láminas de los dibujantes José Loden, Tomás Nazario Miguel de los Reyes, de la colección del naturalista Juan de Cuéllar. Jardín Botánico. Madrid

Estos artistas, entre otros, nos hablan de una especialización en dibujo, grabado y pintura de elementos naturales que se desarrolla en las islas durante dos siglos gracias en buena parte al ambiente humanístico y científico creado en España y sus colonias por Carlos III. Esta tradición va a culminar con la gran figura del naturalista Francisco Manuel Blanco.

LA FLORA DE MANUEL BLANCO

Francisco Manuel Blanco fue un fraile agustino, zamorano, nacido en Navianos de Alba en 1778 y muerto en Manila en 1845. Se formó en  el el colegio de Padres Agustinos Calzados de Valladolid, donde tomó el habito y profesó un año más tarde en 1795 y fue trasladado a Filipinas en 1805. Siguiendo los pasos de Fray Ignacio Mercado, trabajó en las tareas propias de su misión y su tiempo libre lo dedicó al jardín del convento y a la selva tropical de su entorno buscando descubrir las propiedades de las plantas para el alivio de las enfermedades que iba anotando de forma sistemática.

Era tan modesto que fue necesaria la intervención de la reina para que accediera a publicar su obra, lo que finalmente hizo en 1837 con el título Flora de Filipinas según el Sistema Sexual de Linneo, en la que se describían cerca de 1.200 plantas. Blanco no poseía habilidades para el dibujo por lo que esa primera edición así como la de 1845, año de su muerte, se publicaron sin ilustraciones.
Detalle del Retrato del P. Blanco por Juan Arzeo (1850)

Se dice que era una persona tan modesta y humilde que nunca consintió que le hicieran un retrato; por ello el pintor Juan Arzeo, a quien se le encarga su realización, hubo de esconderse en una habitación contigua desde donde podía observarle sin ser visto mientras trabajaba.

A pesar de la importancia de su obra el Padre Blanco no se consideraba un científico; en el prólogo a la primera edición comenta: Nunca fue mi pensamiento formar un Tratado de Plantas digno de la luz pública. Continúa diciendo que el trabajo surgió como respuesta a su curiosidad y se sorprende de que la propia reina se hubiera interesado por él: Allégase a esto el que Nra. Augusta Soberana Gobernadora ha tenido la inexplicable bondad de mandar se me exhorte a su publicación, lo cual aunque ha sido para mi motivo de mucha confusión, ha vencido en fin mi repugnancia en que saliese a luz publica. Termina esta especie de confesión inicial hablando de su falta de formación y de libros de consulta: "Yo no he tenido Maestros, ni herbarios, aun casi libros, cuando empecé por afición a entender en esta materia". 

El primer libro que tuvo Manuel Blanco  a su disposición fue Systema Vegetabilium de Linneo y años más tarde se hizo con otras obras del mismo autor y con una copia de Genera Plantarum de Jussieu. También menciona que se sirvió de una obra sobre Medicina práctica del jesuita Pablo Clain, otra sobre El gobierno y las riquezas de las Islas Filipinas del también jesuita Juan José Delgado, y de una pequeña obra sobre plantas de las islas del dominico Fernando Santamaría.

Para ver su trabajo plasmado en todo su esplendor habrá que esperar hasta el año 1877 en que se comienza a publicar por fascículos la edición monumental de su obra, con ilustraciones a todo color, con el título Flora de Filipinas del Padre Manuel Blanco que tardó seis años en completarse y que ha sido considerada la gloria suprema del arte y la ciencia filipina en la época colonial. 

En junio de 1876, la Orden de los Agustinos Calzados, quisieron rendir homenaje a sus hermanos más destacados en el campo de la ciencia, Fray Manuel Blanco y Fray Ignacio Mercado y decidieron realizar una gran edición de sus obras que fue encargada al ingeniero de Montes Domingo Vidal y Soler (1839-1878). Su hermano menor, Sebastián (1842-1889), jefe la Comisión de la Flora Forestal de Filipinas, le ayudó en la tarea y la continuó tras el fallecimiento de Domingo.
Portada del primer tomo de la Flora de Filipinas del Padre Blanco (1877-1883)

De la edición monumental, compuesta por seis volúmenes, cuatro de texto y dos de láminas, encuadernados en rojo con decoración y títulos dorados, se hicieron mil ejemplares. La obra incluía, además de la Flora del padre Blanco, los estudios del leonés Antonio Llanos (1806-1881), y el Libro de Fuentes Medicinales de Ignacio Mercado. También colaboraron en su composición los agustinos Celestino Fernández Villar,  Andrés Naves y Guillermo Masnou. El texto bilingüe, en castellano y latín, fue compuesto en la Imprenta de Plana & Cía. de Manila. Las 477 láminas en color de esta edición de lujo se imprimieron en la litográfica Verdaguer de Barcelona. También se publicaron quinientos ejemplares en una edición económica, con litografías en blanco y negro, que fue realizada enteramente en Filipinas.

Esta edición presentada por los padres agustinos a la Exposición de Filipinas celebrada en 1887 en Madrid, recibió Diploma de Honor figurando en el Catálogo en la Sección Quinta: Geografía botánica del Archipiélago, su flora, la forestal y su fauna:

1.—Agustinos calzados de Filipinas. (RR.PP.)—Manila.
Flora de Filipinas, publicada a expensas de la provincia de Agustinos calzados de Filipinas, bajo la dirección científica de los PP. Fray Andrés Naves y Fray Celestino Fernández Villar. Editor, D. Domingo Vidal y Soler, Ingeniero de Montes.— Manila, 1877-83.— Cuatro volúmenes de texto y dos de láminas.— Obra premiada con Diploma de honor en la Exposición internacional colonial de Amsterdam, 1883. 

LOS PINTORES DE La Flora

Las ilustraciones de ambas ediciones -en blanco y negro y en color- fueron realizadas por un gran número de artistas, diecisiete en total, doce filipinos y cinco españoles, que colaboraron en su diseño y en la pintura de las láminas que ilustraban a todo color los dos últimos volúmenes de la la Flora. 

Agustín Sáez Glanadell (h. 1828 - 1891)

Correspondió al español, Agustín Sáez, director de la Academia de Pintura y maestro de la mayoría de los intervinientes, realizar la portada de la obra tras ganar el concurso convocado para su realización. En ella vemos en el centro el libro de La Flora de Filipinas sostenido por diosas de las ciencias y las artes, rodeado por una corona de laurel con una cinta en la que figura la inscripción: Al Padre Blanco. Gloria de su patria, honra de Agustinos, Orgullo de Filipinas 1834, 1836. En la parte superior puede verse el escudo de España y dos medallones, uno  de Felipe II y otro de Alfonso XII y en la parte de baja, otros escudos y medallones con el retrato del Padre Blanco y los símbolos agustinianos. La portada premiada adornó el primer volumen que salió el mismo año del concurso. Esta fue la única aportación de Sáez a la obra ya que no realizó ninguna de sus láminas.
Agustín Sáez. Portada de La Flora del P. Blanco. 1877

Félix Resurrección Hidalgo y Padilla (Binondo, Manila, 1855 - Barcelona, 1913)

Un joven aún desconocido Félix Resurrección quedó en el segundo puesto del concurso para la realización de la portada de la Flora, aunque su dibujo pasó bastante desapercibido pues no se publicó hasta seis años después en la vigésima entrega con la que se iniciaba el último tomo. En el año 1879 se traslada a España, gracias a la pensión que le concede el gobierno. iniciando su excepcional carrera artística.

Lorenzo Guerrero y Leogardo (1835-1904)

Filipino, nacido en Ermita - Manila, estuvo ligado desde su inicio a la Escuela de Pintura y Dibujo de la que fue nombrado asistente ya en 1855 y mantuvo el puesto toda su vida. Desde el principio se ocupó de la enseñanza de los naturales con los que había que entenderse en su idioma. Fue maestro de Juan Luna y también daba clases particulares de pintura a mujeres filipinas que no podían asistir a la Academia. Es el decano de los pintores filipinos que intervienen en la obra para la que realizó unas 40 láminas contando con el asesoramiento de su hermano menor, León Mª (1853-1935), uno de los primeros licenciados en Farmacia de Filipinas, que sería también un gran botánico.
Lorenzo Guerrero. Lagerstroemia Indica

Mariano Fábregas (1830-1878)

Agustino español, al igual que el Padre Blanco estudió en el colegio que la Orden tiene en Valladolid y viajó a la isla de Luzón en Filipinas donde pasó casi toda su vida. Contribuyó a la Flora de Filipinas al menos con una obra firmada. 
Mariano Fábregas. Capdaris sepiaria. 

Miguel Lucio y Bustamante (1842 - 1893)

Escritor español, de la Orden franciscana, firma dos láminas como "Fr. Michaël Lúcio, O. M.". A él se debe el hallazgo del manuscrito sobre plantas medicinales realizado por el también franciscano Blas de la Madre de Dios del siglo XVII. Escribió algunas obras de ficción que no fueron bien recibidas por que denotaban menosprecio de los naturales de las islas; entre ellos Si Tandang Basio Macunat (1885), o las  Breves Instrucciones a los Jóvenes Religiosos Franciscanos destinados a la cura de las almas en Filipinas (1886), donde calificaba a los filipinos de "niños grandes". Rizal le usó de modelo para el personaje del Padre Camorra de su novela “El filibusterismo”.
Miguel Lucio. Trichosanthes lucioniana

Ramón Santa Coloma

Pintor español que residió en Manila en el último cuarto del siglo XIX, donde fue profesor en la Academia de Dibujo y Pintura de Manila. Entre sus alumnos figura Andrés Luna y Pardo de Tavera (1887-1952), arquitecto, único hijo del pintor Juan Luna. Firmó cuatro láminas de la Flora.
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Ramón Santa Coloma. Gynandropsis speciosa

Emma Vidal (Manila, 1858 - c.1900)

Es la única pintora que aparece en la obra. Por el nombre podría ser la esposa o la hija del ingeniero de montes Domingo Vidal Soler, encargado de la edición de la obra. Nos inclinamos en favor de la esposa por el margen de fechas en que pudo ser realizado el dibujo. Domingo Vidal se casa en Filipinas en enero de 1876 con la joven Emma María Jackson Zaragoza, sobrina del pintor Miguel Zaragoza. Emma firmaría con su apellido de casada la única lámina que realiza para la Flora. El Archivo General de la Administración conserva el Expediente de clasificación de su pensión de viudedadDescartamos la participación de la hija, probablemente nacida en 1874, que en la fecha del cierre de la obra, tendría nueve años. 
Emma Vidal. Diospyros embriopteris

Regino García y Baza (Manila, 1840-1916) El ilustrador jefe.

La lista de ilustradores filipinos se abre con este botánico y pintor que se graduó en la Academia de Dibujo y Pintura y en la Escuela de Agricultura de Manila. Fue nombrado asistente de Sebastián Vidal en el Comisión de la Flora Forestal (1878 - 1886). Miembro de la Sociedad Española de Hª Natural por su trabajo en Jardín Botánico de Manila del que era Maestro Horticultor.
Como ilustrador jefe, Regino García, reclutó a sus dos hermanos menores, ambos pintores para participar en la ilustración de la Flora. Dibujó unas 100 láminas, aunque solamente 35 firmadas. Además realizó la ilustración del Atlas publicado por Sebastián Vidal y Soler con el título Sinopsis de familias y géneros de plantas leñosas de Filipinas. (1883), en el que dibujó y litografió 100 láminas y unas 1.900 figuras. Por su estrecha colaboración con Sebastián Vidal, este lo eligió como asistente en su labor de coordinación de los trabajos que realizaron para la Exposición de Filipinas en Madrid de 1887 en la que recibió Medalla de Oro por sus abundantes aportaciones.
Regino Gª Baza. Commelina Polygama (Regino Gª  Baza)

Rosendo García y Baza (Manila h.1845)

El segundo de los hermanos García y BazaRosendo, perteneció a la primera promoción de Farmacéuticos filipinos de la Universidad de Santo Tomás (1876). También fue Auxiliar de la Comisión de la Flora. Presentó en la Exposición de Filipinas en Madrid una colección notable de 232 plantas medicinales por la que recibió medalla de plata. Para la obra del Padre Blanco realizó unas 60 láminas, el segundo más numeroso después de Regino.

Juan García y Baza, (Manila h.1850)

Es el menos conocido de los tres hermanos, realizó unas 20 láminas. Probablemente también trabajó en la Comisión de la Flora Forestal con ellos.
Juan Gª Baza. Pardanthum chinensis               Rosendo Gª Baza. Mercadoa mandalojoniensis

Francisco Domingo y Casas (c.1845)

Perteneciente a la primera saga de pintores filipinos, hijo del pintor Severo Domingo y nieto de Damián Domingo, creador de la primera Academia de pintura de Filipinas. Francisco adoptó como primer apellido el de su padre y como segundo el de su bisabuelo materno, Ambrocio Casas por los privilegios que conllevaba ser su descendiente. Realizó alrededor de 50 láminas para la Flora, lo que indica su prestigio. Era pintor y botánico, el ingeniero de Montes Sebastián Vidal lo convirtió en el artista oficial de la Comisión de la Flora Forestal en 1879.
Francisco Domingo. Allamanda cathartica

Cayetano Argüelles y Fernández (c. 1845)

Artista-naturalista hispano-filipino, agrimensor y perito tasador de terrenos del Estado, fue asistente botánico de la Inspección General de Montes, y curador de la Comisión de la Flora Forestal (1879). Preparó una colección de 100 variedades de madera dura de Filipinas para la Exposición de 1887 en Madrid. El AHN conserva un plano realizado por él del proyecto de Jardín Botánico de Manila (Ultramar. MPD. 5489). Pintó unas 30 láminas para la Flora.
Cayetano Argüelles. Bixa Orellana

Salamanca

Solamente una lámina aparece firmada por este artista que algún texto menciona con las iniciales R.I. y lo califica de "aficionado". Wenceslao Retana lo identifica como filipino.
R. I. Salamanca. Stachys Artemisia

Félix Martinez Lorenzo (Manila 1859 - 1916)

Nacido en el barrio de Santa Cruz de Manila en el seno de una familia de artesanos y artistas, se tienen pocas noticias sobre su vida.  Alrededor de 1880, vino a España para continuar sus estudios en Madrid. En la Exposición Nacional de 1881, presentó un retrato del entonces gobernador general de Filipinas, Fernando Primo de Rivera, Marqués de Estella (1880-83) que recibió buenas críticas.
El Museo Nacional de Antropología conserva 19 laminas de tipos populares que probablemente son las que figuran en el Catálogo de la Exposición de Filipinas de 1887 como "Acuarelas de tipos del País". Presentó además a esta exposición dos obras, Un paisaje (P6844) y El deber cumplido (P8642), ambas depositadas por el Museo del Prado en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. También participó en la Exposición Regional de Filipinas de Manila en 1895, donde obtuvo medalla de oro. Fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Manila y colaborador de La Ilustración Filipina. Pintó alrededor de 50 láminas para la gran edición de la Flora.
F. Martinez Lorenzo. Mimosa Scutifera

Félix Pardo Tavera y Gorricho (Manila 1859 - París, 1932)

Escultor filipino, miembro de la familia de noble ascendencia española Pardo de Tavera. Nacido en 1859 se trasladó en 1877 para estudiar medicina en París siguiendo los pasos de su famoso hermano Trinidad, graduándose en 1884, combinando la práctica de la medicina con el estudio de la escultura. En 1889 se casa con la argentina Agustina Manigot y en en 1892 consigue una pensión del gobierno para ampliar sus estudios de escultura en Europa -la última concedida por el gobierno español para este fin. Testigo del doble homicidio de su madre y su hermana cometido por su cuñado el pintor Juan Luna en París, en el que también fue herido de un disparo, emigró a Argentina en 1895 donde continuó su doble actividad y realizó varias estatuas públicas. De nuevo volvió a París tras la muerte de su mujer donde murió en 1932. Entre sus obras escultóricas sobresalen figuras de niños y niñas en actitudes cotidianas. Para la Flora realizó únicamente tres láminas.
Félix Pardo. Hibiscus Mutabilis

Isidro Lladó Fermín 

Isidro Lladó o Lladoc, como figura en algún documento de la época, es un colaborador accidental en la obra ya que es un oficial de la Capitanía General de Manila. El escalafón general del ejército de Filipinas de 1º de enero de 1887 le menciona como capitán destinado en la sección de archivo de la Capitanía. (El Correo Militar comunica su retiro definitivo el 22 de diciembre de 1887).
Isidro Lladó. Leea sambucina

Miguel Zaragoza y Araquizna (1844-1923)

Nacido en San Isidro, Nueva Écija, Zaragoza aunque era criollo se autodenominaba filipino para mostrar su simpatía con sus compañeros nativos. Estudió en el Ateneo Municipal y en la Academia de Dibujo y Pintura. Con 18 años se traslada por su cuenta a España donde se matriculó dos años en la asignatura de Dibujo del Antiguo y Ropaje en la Academia de San Fernando según consta en los archivos de la misma de los cursos 1862-63 y 1863-64. Este ultimo año publicó un libro de poemas titulado Flores Filipinas, primer libro de poesía escrito y publicado en castellano por un filipino, en un estilo relacionado con la sensibilidad romántica de la época. De vuelta a las islas continuó sus estudios de pintura en la Academia de Manila. Probablemente es en este tiempo cuando se casa, aunque no sabemos quien fue su esposa. En 1868 fue seleccionado para estudiar en España como pensionado pero debido a la falta de fondos, su beca fue pospuesta indefinidamente. 

Finalmente en 1879 resuelto el tema de los fondos para recibir su pensión se traslada a Madrid donde se matricula en la Academia de San Fernando durante dos cursos consecutivos, en seis asignaturas. Por los datos del Padrón madrileño de 1º de diciembre de 1880 sabemos que residía en la C/ Olózaga, nº 6 con sus colegas Félix Resurrección Hidalgo y Esteban Villanueva y Vinará (sic) . También vemos que era el único de los tres que figura como "casado". Todos ellos indican en la casilla de Profesión: "Pensionado para el Estudio de la Pintura". En 1881 viaja a Roma para continuar allí su aprendizaje que se alarga hasta 1885 gracias a la ampliación de dos años concedida por la Academia madrileña. 

Terminado ese tiempo vuelve a Filipinas donde alterna la pintura con el periodismo y la crítica de arte. Fue editor e ilustrador del diario La Ilustración Filipina fundada por su hermano José. Su contribución a la Flora la constituyen diez láminas realizadas precisamente en el tiempo que tuvo que esperar por la pensión concedida.
Miguel Zaragoza. Lawsonia inermis

Los Grabadores

Además de los diecisiete pintores mencionados, se incorporan a esta edición monumental de la Flora dos grabados creados por artistas españoles, Bartolomé Maura y José María Galván.

Bartolomé Maura y Montaner (1844-1926)

Famoso grabador mallorquín, alumno de Federico Madrazo en la Escuela de San Fernando, realizó la copia del retrato del Padre Blanco basándose en el retrato realizado previamente por el pintor filipino Juan Arzeo, cuyo detalle hemos visto anteriormente, en el que el botánico agustino se encuentra de pie, junto a su obra, mientras está analizando una planta. Al fondo en el armario, se encuentran las obras de Linneo y la Biblia. Finalizado después de la muerte del fraile, el pintor incluyó una cápsula biográfica en la parte inferior izquierda del lienzo.
            Grabado de B. Maura (H,1880) del Retrato del P. Blanco de Juan Arzeo (1850)

José María Galván y Candela (1837-1899)

Artista valenciano formado en Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, que se dedicó tanto al grabado como a la pintura, realiza el grabado alegórico titulado «A la memoria del P. Blanco». El conjunto puede entenderse como un homenaje a la labor de los agustinos en Filipinas, representando sus distintas labores, científica, misionera y social. En el ángulo inferior derecho vemos un grupo familiar con un niño leyendo La Flora del Padre Blanco, detrás dos agustinos, uno leyendo y el otro predicando a varias personas que le escuchan de rodillas y a la izquierda otro fraile charla con una pareja de igorrotes que llevan un niño.

Los hermanos Soler Vidal y la Comisión de la Flora Filipina

A lo largo del artículo hemos nombrado en repetidas ocasiones a los hermanos Domingo y Sebastián Vidal Soler y la Comisión de la Flora Filipina, por lo que parece obligado decir unas palabras sobre ellos y por el papel desempeñado tanto en la edición de la obra que aquí comentamos como en el progreso de los estudios sobre la flora filipina.

Nacidos en Barcelona, los hermanos Vidal Soler, Domingo (1839) y Sebastián (1842) siguieron los mismos estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes en Villaviciosa de Odón (Madrid), aunque en contra de lo habitual, quien abrió el camino fue el hermano menor tanto en los estudios, finalizados en 1865 por Sebastián y dos años después por su hermano mayor, como en la decisión de trasladarse a Filipinas donde ambos obtuvieron puestos en el servicio forestal de las Islas, Sebastián en 1871, como inspector de montes y Domingo en 1873 como jefe de Distrito de Montes.

Aunque las actividades de ambos siempre estuvieron ligadas, las realizadas por Sebastián tuvieron mayor repercusión sobre todo por su papel de director de la "Comisión de la Flora y Estadística Forestal" (1876 -1886). Sebastián fue director del Jardín Botánico de Manila tras la muerte de su hermano; escribió diversas obras sobre la flora de las Filipinas y publicó trabajos sobre las maderas del país y su utilidad. Fue el coordinador de la participación en la Exposición Universal de Filadelfia, en 1876 (donde conoció a Ella Paoli, que sería su esposa), y en la Exposición de Filipinas en Madrid de 1887, por la que se le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica.

Por su parte Domingo, que tuvo problemas a causa de sus ideas políticas republicanas, fue desterrado y finalmente rehabilitado, siendo destinado también a Filipinas donde colabora con su hermano en los trabajos sobre la flora filipina. realiza publicaciones como el Manual del maderero en Filipinas y dirige el Jardín Botánico de Manila. Será especialmente recordado por su función de editor de la "Flora de Filipinas del Padre Blanco", trabajo que desarrolló hasta su muerte en 1878, antes de cumplir los 40 años, y que fue continuado por su hermano. Solo dos años antes se había casado con la joven Emma María Jackson Zaragoza, sobrina del pintor Miguel Zaragoza.

No le cupo mejor suerte a Sebastián que también murió de cólera en Manila con 47 años (1889). En reconocimiento a su tarea, mediante suscripción popular, se erigió un monumento a su memoria en el Jardín Botánico de Manila, realizado por el escultor barcelonés Enric Clarasó (1857 - 1941) del que solo se conserva su imagen.
Monumento desaparecido a Sebastián Vidal y Soler (1892)
en el jardín Botánico de Manila realizado por Enric Clarasó.

La  Comisión de la Flora y Estadística Forestal de Filipinas se crea en 1876, mediante un Real Decreto que constituía dos subcomisiones: «flora» y «estadística y mapa forestal». Sebastián Vidal dirigió la primera, auxiliado por el filipino Regino García y Baza, ayudante de montes y notable pintor, el farmacéutico Rosendo García, hermano del anterior y el botánico José Pérez Maeso. La creación de la Comisión había sido una demanda continua de Sebastián que había conocido la Comisión de la Flora Forestal Española, por haber sido su primer destino al finalizar la carrera. Los trabajos de la Comisión se materializan en diversas publicaciones, ampliamente reconocidas y premiadas, pero, a pesar de sus reconocimientos, la Comisión fue suprimida en 1886 antes de culminar su principal obra que consistía en la publicación de una completa Flora Forestal Filipina, a imagen de la que se estaba publicando en España. Ante la dura protesta de los ingenieros de montes, el Ministerio crea una plaza de Ingeniero (el propio Vidal) para finalizar los trabajos, pero esta misión coincide en el tiempo con el encargo de coordinar la participación en la Exposición de Filipinas en Madrid. Sebastián no volvería a Manila hasta junio de 1888, donde moriría un año después.

Bauhinia Binata de la Flora de Filipinas del Padre Blanco