sábado, 21 de noviembre de 2020

FORTUNY - LA MUERTE DEL PINTOR

El pasado 21 de noviembre tuvimos la oportunidad de asistir al preestreno online del documental de Emiliano Cano Díaz titulado FORTUNY, La muerte del pintor.

Basado en su artículo "Los últimos días de Mariano Fortuny y Marsal", publicado en Cartas Hispánicas de la Fundación Lázaro Galdiano (2018), la película rememora un tiempo muy breve pero fundamental de la vida del artista, el final de un verano, desde los felices días de vacaciones con su familia en Portici, cerca de Nápoles, hasta su retorno a Roma y la prematura muerte acaecida el 21 de noviembre de 1874.



jueves, 19 de noviembre de 2020

ROBERTO MICHEL EN LA CASA DE LA MONEDA

Pocas veces se tiene la oportunidad de poder observar el conjunto de trabajos preparatorios de un artista, un escultor en este caso, que permiten analizar sus logros artísticos a partir de las ideas que los sustentan. 

A pesar de su origen y aprendizaje francés, Roberto Michel realiza su carrera artística en España desde los veinte (1740) a los sesenta y seis años (1786). La exposición muestra buena parte de su extensa colección privada de dibujos, academias, bocetos y modelos de esculturas que forman parte del patrimonio histórico del Museo de la Casa de la Moneda y se completa con piezas singulares procedentes de otras instituciones como la Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo del Prado, o la Biblioteca Nacional entre otras.
Luis Egidio Meléndez. Retrato de Roberto Michel, (Det.) regalado por su hermano
Pedro a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1808

Su origen y primera formación - Francia

Robert o Roberto Michel nace en 1720 en Puy-en-Velay, en el Languedoc. Hijo de Joseph Michel y Francisca Reimond. Según la biografía de  Ceán Bermúdez, completada con las Nuevas Aportaciones de Lorente y Tascón (UCM, 1995), sabemos que inició su formación en escultura siendo un niño, pasando por varios talleres, primero con los escultores Bonfili Perrache en Lyon, pasando después a Montpellier llamado por el escultor Dupont, para terminar en Toulouse en el taller del flamenco Luquet. Es este último quien le anima para que le acompañe a la corte española donde había sido llamado para trabajar en las obras de construcción del nuevo Palacio Real de Madrid, destruido por el que algunos consideran sospechoso incendio de 1734. Muchos artistas y artífices franceses fueron contratados para estas tareas no solo por su buena formación académica sino también por la sintonía existente gracias a la coincidencia de la misma dinastía reinante en ambos países. 

Su vida - España

Michel aprovecha la oportunidad que le brinda su maestro y viaja con él a España donde vivirá el resto de su vida. Enseguida empieza a trabajar para la corona al servicio del arquitecto Josef Pérez y también para la iglesia compaginando sus trabajos con su asistencia a los estudios nocturnos de las Bellas Artes. Poco después se incorpora al grupo de artistas que realiza la decoración del Palacio Real dirigidos por Juan Domingo Olivieri y por Felipe de Castro.

Se casa en 1769 con la alavesa Rosa Antonia Ballerna, proveniente de una familia de artesanos plateros y "filigraneros" lo que le hace mantener cierto contacto con Álava a lo largo de su carrera donde también se encuentran huellas de su obra. Siguiendo sus pasos su hermano Pedro Michel llega a España en 1748 donde continuará su aprendizaje incorporándose a la Junta Preparatoria de la futura Real Academia de San Fernando en la que ya participaba su hermano como miembro de pleno derecho desde sus comienzos. Pedro que inicia su carrera profesional bajo la guía de su predecesor, también parece seguirle en el terreno personal ya que contrajo matrimonio con Bárbara, hija del platero Raphael Ballerna, sobrina de Rosa y Roberto Michel

Tras la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752, Roberto Michel es nombrado Teniente Director de escultura y en 1757 a propuesta de Francisco Sabatini, con el apoyo de Antonio Rafael Mengs, arquitecto y pintor reales respectivamente, es nombrado Escultor de Cámara por Fernando VI cobrando 9.000 reales al año. En 1763 alcanza el cargo de Director de Escultura de la Academia. En 1775 tras la muerte de su maestro y antecesor en el cargo, el escultor coruñés Felipe de Castro, ocupa su plaza con la misión de dirigir todas las obras de escultura de los palacios reales. 

En 1785 es nombrado Director General de la Real Academia de Bellas Artes, máximo cargo en la institución a la que había estado ligado casi toda su vida, que solo pudo disfrutar un año, pues fallece en 1786, con 66 años. Al no tener hijos, en su testamento el artista lega a su hermano todo aquello que estuviese en su taller "que no pueda servir para otro efecto que el de la Escultura”. Fue enterrado en la madrileña iglesia de Santa María de la Almudena, pero se pierde la pista de sus restos tras el derribo de la iglesia en 1869. 

El cargo de Escultor de Cámara lo heredó su hermano Pedro Michel, y lo mantuvo durante el reinado de Carlos IV, ampliando así la larga carrera de su hermano desde su llegada en 1840 hasta la muerte de este último en 1809, como escultores reales al servicio de cinco reyes, desde Felipe V hasta Carlos IV.

Sus obras

Dentro del programa de obras de Carlos III que supuso una amplia renovación urbanística de la capital, Roberto Michel hizo diversas colaboraciones. Para el arquitecto real Ventura Rodríguez que había diseñado la fuente de La Cibeles, modeló los dos leones que tiran del carro de la diosa.
Hipómenes y Atalanta. los leones de la diosa Cibeles

Con el Arquitecto Regio Francesco Sabatini colaboró en la decoración escultórica de la sede de la Real Aduana, actual Ministerio de Hacienda, y realizó igualmente la decoración de figuras y trofeos para el lado oeste de la Puerta de Alcalá. Para este mismo arquitecto realizó los niños tritón con delfín que rematan dos de las fuentes del Salón del Prado.  

Vista actual de las fuentes del Salón del Prado

Realizó algunas de las estatuas de los reyes hispanos que deberían decorar el Palacio Real, iniciadas alrededor de 1743, en tiempos de Fernando VI, que se encuentran en la actualidad repartidas por muchas ciudades. Entre las que llevó a cabo Michel se encuentra la del rey godo Teudis, que se encuentra en Vitoria, ciudad a la que, como hemos comentado, el escultor estuvo vinculado por la familia de su esposa, y las de Alfonso IX, Bermudo III, Sancho I el Craso y Fernando II, además de la del rey Teodomiro, para el piso principal, una de las mejores.
R. Michel. Estatua de Teodomiro en la fachada oeste del Palacio Real H.1850

Los Dibujos y "Academias"

Uno de los alicientes de la exposición es poder observar la amplia colección de dibujos que componen su legado, de los que dice su amigo Ceán "parecen estar diseñados más bien por pintor que por escultor, tal es la gracia y espíritu pintoresco con que están hechos".

Roberto Michel realiza "academias" a lo largo de toda su vida. Se trata de estudios de anatomía que presenta la figura humana con virtuosismo y delicadeza, suelen ser desnudos masculinos en diferentes posiciones, estáticas y en movimiento, en los que utiliza las sombras para conseguir el modelado preciso. Entre los dibujos y bocetos de gran variedad que se presentan vemos algunos retratos, figuras de mujeres y hombres, escenas cotidianas y animales y, en especial leones, motivo recurrente en sus obras de escultura.


Colaboradores necesarios: Los González de Sepúlveda

Si la obra de Roberto Michel se encuentra en el Museo de la Casa de la Moneda es gracias a su discípulo Pedro González de Sepúlveda (Badajoz, 1744 - Madrid, 1815), que llegó a ser Grabador General de las Casas de la Moneda y Director de su Escuela de Grabado. Al igual que su maestro, González de Sepúlveda recibió clases de dibujo y modelado en la Academia de San Fernando que lo becó para estudiar bajo la dirección del grabador de cámara Tomás Francisco Prieto con cuya hija, María Loreto, contrajo matrimonio. Fallecida a los pocos meses, casó en segundas nupcias con Teodora Salazar Ballerna, sobrina de Michel.  

Pedro compartió con su maestro su afición al coleccionismo de piezas artísticas relacionadas con su actividad; afición y colección que heredó su hijo Mariano, fruto de su segundo matrimonio, que también le sucedió en el puesto de Grabador General, tras los avatares derivados de los vaivenes ocasionados por la guerra. Será por tanto Mariano González Sepúlveda (Madrid, 1774-1842) quien realice la cesión de de la colección de su padre al Museo de la Casa de la Moneda, incluyendo las obras de Roberto Michel, en 1841, un año antes de su muerte, a los 67 años.
Retrato litográfico de Mariano González Sepúlveda

La visita a la exposición nos brinda la oportunidad de adentrarnos en un interesante periodo no muy conocido de la Historia del Arte Español y en un artista especialmente importante para la ciudad de Madrid, en la que encontramos al paso muchas de las obras por él realizadas.
Roberto Michel, Hombre saltando de un balcón

viernes, 6 de noviembre de 2020

LOS PINTORES DE LA FAMILIA AMÉRIGO

Cuando estudiaba la biografía del pintor Francisco Javier Amérigo Aparicio para escribir el artículo sobre  "La Inauguración de la Exposición Filipina en Madrid - 1887" y buscaba su relación con otros artistas alicantinos del mismo apellido tuve la suerte de encontrar el trabajo de Gerardo Muñoz: "AmérigoUna estirpe de joyeros y pintores" publicado por el diario Información de Alicante el 20.12.2015 (www.gerardomuñoz.com).  Por él sabemos que los Amérigo alicantinos descienden de dos hermanos italianos, naturales de Portoferraio en la isla de Elba que llegaron a la ciudad de Alicante a principios del siglo XVIII. 

Vista de Portoferraio en la isla de Elba

Para ver el lugar que ocupaba nuestro pintor en la saga familiar, que comenzó siendo de plateros y terminó siendo de pintores, debemos situarnos a principios del XIX y detenernos en los tres hermanos Amérigo Morales, hijos de Tomás Amérigo Ortiza y Ramona Morales Carreros. Uno de ellos, Ramón, el mediano, fue pintor y grabador de cierto renombre que trabajó en Madrid con José Madrazo; los otros dos hermanos, Francisco y Jose Gabriel, que fue alcalde de Alicante, aquí nos interesan por ser los respectivos padres de Francisco Javier Amérigo Aparici, el primero; y de Federico Amérigo Rouvière, el segundoambos pintores, como su tío Ramón. Hablaremos siguiendo el orden cronológico, primero del tio y después de los sobrinos

Ramón Amérigo Morales  (1806-1878)

Ramón Amérigo, realizó sus primeros estudios artísticos en Alicante donde fue discípulo de Peyret, y después los continuó en Valencia en la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Participó en las exposiciones regionales alicantinas de los años 1845 al 1847 con diversos retratos, incluyendo el suyo, varios paisajes y una horchatería valenciana. Çontinuó durante un tiempo sus estudios en Madrid hasta que decide completar su formación en Italia, trasladándose a Florencia y posteriormente a Génova. 
      
A su vuelta se instala en Madrid donde participa en la vida cultural del momento, es miembro de El Liceo Artístico y Literario Español y colabora en la Colección Litográfica que lleva a cabo José de Madrazo, para la que realiza litografías de reproducción, temas de género, sobre obras de Paul de Vos y F. Snyders, varias de las cuales se conservan en el Museo del Prado. 
Litografía de Ramón Amérigo Morales y original de Paul de Vos. Galgo al acecho. MNP

En 1860 Ramón participa  en la Exposición Regional Alicantina con diversas obras, tal como figura en su catálogo, recibiendo, al igual que su sobrino Francisco Javier, que también presentó varias obras, medalla de plata: "D. Ramon Amérigo: Alicante: cuatro bodegones, un florero, un paisaje, un cuadro de género y dos con animales."

Alterna su actividad de grabador de copias y retratos de personajes eclesiásticos de la época con la realización de obras originales, pricipalmente retratos bodegones y paisajes. 
Izq. Ramón Amérigo. Rto.de Trinitario "Trino" Glez. de Quijano. Dip. Alicante
Der. Ramón Amérigo - V. López, 1833 “Retrato exactísimo del Emmo.Sr. Dn. Pedro Quevedo y Quintano..."

 Grabados de R. Amerigo con dibujo de V. Lopez: Izq.: La Católica Reyna, ... guía á su nieta al templo de la gloria. BNE. 
Der.: El Milagro [de la curación del rey] MNROM.

Sus grabados se conservan en la actualidad en las más importantes instituciones, Biblioteca Nacional, Museo del Prado, Academia de Bellas Artes de San Fernando y Museo del Romanticismo, entre otras.

Una información poco conocida hasta ahora sobre este artista es que se suicidó en Madrid a los 72 años en su casa de la Ronda de Atocha nº 10, "disparándose un tiro en la cabeza con un cachorrillo", de acuerdo con la información aparecida el 3 noviembre 1878 en el diario La Iberia. Con la palabra cachorrillo, actualmente en desuso, se referían en la época a una pequeña pistola.

El Museo Lázaro Galdiano conserva el Retrato anónimo de un grabador de entre 1840-1845 a quien el especialista Camps Cazorla sitúa en la órbita valenciana, entre los seguidores más jóvenes de Vicente López, que bien podría tratarse de Ramón Amérigo Morales pintado por él mismo.
Anónimo. Retrato de un Grabador [Ramón Amérigo?] 1840-45. MLG


Federico Amérigo Rouvière (1841-1912)

El hermano menor de Ramón era José Gabriel Amérigo Morales (1807-1884),  a quien su vocación de empresario le llevó a emigrar a Estados Unidos donde hizo fortuna y se casó con Josefa Rouvière. La familia se trasladó a Cuba donde nació su hijo Federico y alli vivieron hasta 1853, año en que vuelven a España. En Alicante financió la edificación de las casas del llamado "Pasaje Amérigo", aun existente. Fue empresario y banquero y como miembro del Partido Moderado y llegó a ser alcalde de Alicante en dos ocasiones, en 1856 y en 1875.  
Federico Amérigo Rouvière, h.1910

Federico Amerigo Rouviere, su hijo, aunque muchos le tienen por alicantino, nació en Matanzas, y pasó sus primeros años en Cuba hasta su vuelta a España a la edad de 12 años. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y posteriormente hizo carrera diplomática. Destinado a Roma como secretario de la Legación Española en Italia, compatibilizó la tarea oficial con sus estudios de pintura y se casó con la italiana Enriqueta Puccinelli. 

En Roma coincidió con Mariano Fortuny y con Joaquin Agrasot, con los que mantuvo una relación de amistad. Especializado en paisajes y escenas de costumbres se conocen pocas de sus obras aunque en los últimos tiempos han aparecido algunas en el comercio.
Federico Amérigo Rouviere. La loza rota. Comercio
Federico Amérigo Rouviere. Paisaje MBA La Habana

Más tarde abandona la actividad diplomática y regresa a España en 1873 para dedicarse al teatro, como promotor y escenógrafo, actividades que realiza en Alicante donde pinta el telón de boca del Teatro Principal, del que era empresario gestor su propio padre, y algunos frescos en el mismo edificio, obras que quedaron destruidas en febrero de 1939, cuando una bomba cayó sobre el escenario principal del teatro, y lo destruyó parcialmente.
Antigua foto del Teatro Principal de Alicante. Fin XIX

Como empresario teatral llevó a Valencia a la célebre soprano Adelina Patti, realizó escenografías para el teatro de Alicante, para el teatro Iris de Valencia y el Teatro Español de Barcelona. Parece que también realizó alguna escenografía en Madrid, aunque hay que decir que la actividad de decorador de Federico en esa época a veces se confunde con la de su primo Francisco Javier que también trabajará esta especialidad. Alternaba su trabajo como decorador con la realización de retratos y pintura de costumbres o de historia como La muerte de Safo y Cristóbal Colón.

En 1890 viajó de nuevo a Cuba  donde fue nombrado pintor escenógrafo del Teatro Tacón de la Habana, despué fue a Méjico donde continuó con sus proyectos de empresario teatral y con la realización de escenografías como las del famoso Teatro-Circo Orrin. Regresó a Alicante en 1909 donde vivió hasta su muerte a los 72 años; la prensa local le calificó de "Nómada del Arte".

Francisco Javier Amérigo Aparici (1842-1912) 

Hijo de Francisco, (1805?- 1876) el mayor de los hermanos Amérigo Morales,  del que solamente sabemos que estaba casado con Petra Aparici, y que después de residir un tiempo la familia en Valencia, en 1859 se trasladan a Madrid. 

Francisco Javier Amérigo Aparici a pesar de su origen alicantino parece ser que nace en Valencia a causa del traslado de sus padres a dicha capital. Allí inicia sus estudios de pintura en la Academia de San Carlos, siendo discípulo de Francisco Martinez Yago.  Consigue temprano sus primeros premios como la medalla de plata que obtuvo en la Exposición regional en Alicante en 1860 donde presenta varias obras, entre ellas un cuadro inspirado en la guerra de África. En esta exposición, como hemos comentado, coincide con su tío Ramón, que también es premiado con el mismo galardón.  

Tenía diecisiete años cuando se trasladó con su familia a Madrid e ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando bajo la dirección de Madrazo y Ribera. Cuenta Alcántara que "en Alicante conoció a Fortuny cuando éste hizo su viaje a África, y el insigne artista, a quien le unió después una íntima amistad, desarrolló ante sus ojos la tentadora perspectiva de la bella Italia, paraíso de los pintores. Allá partió el 65 a los veintidós años sin pensión ni auxilio de ningún género, como ave viajera segura de hallar en todas partes lo necesario"
Francisco Javier Amérigo Aparici, h.1910

Desde Roma envía a la Exposición Nacional de 1867 Un retrato de un niño, por el que obtuvo mención honorífica de 1ª clase; pero su primer éxito de importancia no lo conseguirá hasta la Exposición de 1876 con su cuadro Un viernes en el Coliseo de Roma, por el que obtuvo medalla de tercera clase y fue adquirido por el Estado para el Museo Nacional. 

A su vuelta de Italia se instala en Madrid, se casa con Ángeles González y González, con quien tuvo tres hijos: Ángeles, Rosa y Francisco. Fue nombrado profesor ayudante de Dibujo de la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid y durante un tiempo, quizás por motivaciones económicas, se dedica á la escenografía; dice Ossorio y Bernard que fue "notabilísimo en la pintura escenográfica, con la que decoró diversos teatros de Madrid". En la prensa de la época se mencionan sus éxitos por la pintura de los decorados de diversas obras del Teatro Martín de Madrid durante algo más de una  década de 1875 al 1986. 

Es curioso que la escenografía fuera la especialidad de su primo Federico, cuyas carreras corren en paralelo a lo largo de sus vidas que se inician en fechas muy cercanas y terminan el mismo mes del mismo año. Es posible que su primo le introdujera en esta actividad relacionada con el mundo del teatro, aunque realmente desconocemos qué tipo de relación personal había entre ellos, existe algún documento que nos hace pensar que mantienen el contacto, como la esquela de su padre fallecido en 1876 en la que figuran sus dos hermanos, los tíos de FranciscoRamón, el pintor-grabador y José Gabriel, en ese momento alcalde de Alicante.

También toma parte en la decoración de San Francisco el Grande, obra monumental en la que participan Carlos Luís de Ribera, Casado del Alisal, Plasencia, Martínez. Cubells, Domínguez, Ferrant, Moreno Carbonero y otros. Amérigo pinta en la Sacristía la Aparición del Divino Pastor a San Francisco, obra por la que le fue concedida una Encomienda de número de la Orden de Isabel la Católica.
Fco. Javier Amérigo. Aparición del divino pastor a S. Francisco
Sacristía de la basílica de S. Francisco el Grande. Madrid

A esta obra le seguirá una de las que le dio más renombre Del saqueo de Roma, alabada y criticada por su teatralidad, sublime para algunos y exagerada para otros. Por ella recibirá una medalla de primera clase tras su presentación en la Exposición de 1887. La obra fue adquirida al pintor por 8.000 pesetas y hoy forma parte de la colección del Museo del Prado, depositada en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Su amistad con el ministro Victor Balaguer debía ser estrecha, como muestra el hecho de que también le regalara para su museo el boceto de la obra recién premiada en cuya base también figura su dedicatoria.
Francisco J. Amérigo. Boceto de la obra "Del saqueo de Roma", 1887 
Museo V. Balaguer, Vilanova i la Geltrú.

Ese mismo año recibe el encargo de realizar el cuadro de conmemoración de la Inauguración de Exposición de Filipinas de 1887, mencionado al principio, destinado al efímero Museo de Ultramar. 

Uno de sus últimos reconocimientos, con medalla de primera clase, lo recibe por otra obra de carácter histórico, de gran tamaño, el Derecho de Asilo (1892), obra en la que vuelve a mostrar su faceta más teatral. Depositada en la actualidad en el Colegio Cervantes de Jerez de la Frontera, al parecer cedida por el Instituto Padre Luis Coloma, a la espera de ser rescatada y restaurada por el Museo del Prado como lo fue su compañera, La Muerte de Lucano de Garnelo, felizmente rehabilitada antes de su deterioro fatal. 

La suerte que asiste al Derecho de Asilo de Amérigo en el enclave en que se encuentra, no es otra que el estar colgada en un sitio inaccesible al ataque despiadado de la chiquillería, aunque su estado era ya "regular" en 2001, según se recoge en el artículo sobre el Prado Disperso en el Boletín nº 40 del Museo del Prado. 

(Sorprende que el Museo del Prado siga teniendo la confianza en el mencionado instituto gaditano para mantener en depósito obras del Museo del Prado y alguna ahora del Reina Sofía, después de la experiencia sufrida con La muerte de Lucano recogida materialmente a trozos para su restauración).

Francisco Javier Amérigo Aparici. Derecho de Asilo. 1892. 
MNP. Depositado en el Colegio Cervantes de Jerez de la Frontera

Amérigo Aparici llegó a ser catedrático de la Escuela Central de Artes é Industrias y en 1900 fue nombrado académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando, fue también director artístico de la Real Fábrica de tapices para la que diseñó cartones preparatorios. En 1910 accede a la dirección de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, puesto en el que únicamente estará dos años ya que fallece en 1912. 
Francisco Javier Amérigo. Detalle de la obra Derecho de Asilo. 1892

jueves, 5 de noviembre de 2020

LA INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN FILIPINA EN MADRID - 1887

Las Exposiciones, libro abierto donde se lee el estado de los pueblos, son como la esfera do un reloj que marca el grado de adelanto, de atraso, ó de estacionamiento que tiene la máquina, sin necesidad de mirarle por dentro. Son, con toda su abundancia, la demostración de la carencia; José Emilio de Santos. 1873

Francisco Javier Amérigo Aparici. Detalle del boceto de 
"Indígenas ante la reina regente en la Exposición General de las Islas Filipinas", 1887

La inauguración de la Exposición de Filipinas en Madrid el 30 de junio de 1887 fue un acontecimiento ampliamente seguido en las crónicas de la prensa nacional. La Ilustración Española y Americana (8/7/1887) y La Ilustración (10/7/1887) ofrecían no solo el relato del evento sino su imagen a través de las ilustraciones de sus correspondientes dibujantes colaboradores. La más imagen precisa e interesante es la que dibuja Juan Comba en la primera. 

Ambas revistas realizan un extenso relato con los pormenores del evento "que se verificó en el pabellón de hierro y cristal destinado al acto solemne de la inauguración de la primera de las exposiciones de productos filipinos que se celebra en Madrid." 

Juan Comba. Ceremonia de Apertura de la Exposición de Filipinas en el pabellón de cristal de El Retiro, en la tarde del 30 de junio de 1887. "Dibujo tomado del natural", aparecido en la Ilustración Española y Americana el 8 de julio de 1887.

        "La Exposición de Filipinas debida á la iniciativa de D. Alfonso XII y á los esfuerzos y constancia del ministro de Ultramar D. Víctor Balaguer, se inauguró con toda solemnidad á las 6 de la tarde del 30 de junio último, por Su Majestad la Reina Regente .../... En el sitial preparado al efecto en el centro del pabellón de hierro y cristal, de estilo moderno inspirado en el gusto griego, se hallaba instalado el trono, que se destacaba sobre el rico tapiz de Palacio "La muerte de Absalón" y entre dos hermosísimos ejemplares de palmeras murcianas y tapices chinos. El pavimento estaba cubierto con rica alfombra, cuyos contornos orlaban macetones con pinos reales, palmeras, fúchias, (sic) nicaraguas (sic) y otras diversas plantas." 

La presencia como telón de fondo del tapiz que representa la terrible muerte de Absalón, corresponde a la obra realizada en 1817 en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, perteneciente a Patrimonio Nacional que es perfectamente visible en la ilustración de Comba  y en el boceto de la obra.

Tapiz. La Muerte de Absalón. Patrimonio Nacional en depósito en el 
Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional-CESEDEN
Detalle del  Boceto de la
Inauguración de la Exposición de Filipinas. 1887

   "Pocos minutos antes de la hora prefijada para la ceremonia llegaron al pabellón los filipinos igorrotes, los carolinos, los joloanos, toda la colonia oceánica con sus trajes, armas, coronas de plumas y turbantes exóticos de formas extrañas y brillantes colores, situándose a la entrada, en dos filas laterales: al frente de la derecha estaba el inteligente Ismael [Alzate], vestido de levita negra y luciendo en el pecho tres condecoraciones y seguían los moros de Joló y de Mindanao, los igorrotes, el carolino y el negrito; en el de la izquierda se hallaban los obreros indios y mestizos, las tejedoras y las tabacaleras, todas vestidas con sus trajes indígenas, ricos y pintorescos."

Detalle del grupo de Filipinos con su guía-traductor Ismael Alzate

      "Poco después llegó S.M. la Reina Regente que vestía sencillo traje negro, acompañada de S.A. la infanta Dª Isabel vestida de elegantísimo traje azul celeste." La reina, viuda desde hacía dos años, mantenía su luto, mientras su cuñada, la popular Isabel de Borbón, conocida como "la chata", de 36 años, iba vestida de azul claro.

S.M. la Reina Regente Mª Cristina, de negro y  S.A. la infanta Isabel de Borbón (La Chata), de azul.
Detalle del boceto de  "Indígenas ante la reina regente en la Exposición General de las Islas Filipinas", 1887.

      "El Sr. Ministro de Ultramar, D. Víctor Balaguer, pronunció el discurso de bienvenida y apertura de la Exposición de Filipinas, la primera que se celebra en España," añadiendo para terminar: "y declaro igualmente inaugurado este pabellón que servirá en lo futuro de Museo Ultramarino permanente. Los indios desfilaron entonces ante la reina, haciendo una ceremoniosa reverencia." 

Con esta descripción reflejaba la prensa del momento el gran acto de inauguración de la Exposición de las Isas Filipinas en Madrid. La necesidad de inmortalizar el momento, más alla de las imágenes publicadas, llevó al promotor y factótum de la misma, el Ministro de Ultramar, Victor Balaguer, a encargar al conocido pintor Francisco Javier Amérigo Aparici, que acababa de obtener una medalla de 1ª clase por su obra Del saqueo de Roma en la Exposición Nacional de Bellas Artes, la realización de una gran pintura que inmortalizara el evento. (AHN Ultramar, 5289 Exp.15).

El presupuesto para la realización de la pintura que debía reproducir "la presentación a S.M. de los Indígenas Filipinos en el acto solemne de la apertura de la Exposición general de las Yslas Filipinas" con destino al Museo de Ultramar, quedó establecido en "diez y seis mil quinientas pesetas" a las que habría que sumar los quinientos pesos en que se tasa la realización del marco. Para la concreción de los detalles, el pintor pone por escrito las indicaciones verbales recibidas del ministro en una carta que remite al ministro el 12 de agosto de 1887. Sobre las dimensiones del lienzo indica "que cuando menos tengan el ancho del de la Rendición de Granada del Sr. Pradilla".

El ministro muestra gran interés en la evolución del proyecto tal como podemos leer en La Correspondencia de España del 23 agosto: "El ministro de Ultramar, Sr. Balaguer, acompañado del jefe de su gabinete particular Sr. Pujol y Camps, ha visitado ayer el estudio del pintor Sr. Amérigo para conocer por sí mismo los tres bocetos que éste ha hecho con destino al gran cuadro que le ha sido encomendado por orden de S.M. la reina regente, para perpetuar en él el acto solemnísimo de apertura de la exposición general de Filipinas. El ilustrado visitante, que los ha contemplado largo rato, no ha querido inclinarse por ninguno con detrimento y abandono do las bellezas de los otros, por lo cual el Sr. Amérigo ha prometido hacer un cuarto estudio, recopilando en él lo más sobresaliente de los otros y trasladarlo luego, desarrollado en gran escala, al cuadro final." 

El resultado de la visita al pintor fue la donación de uno de los bocetos al ministro Balaguer para el Museo que había abierto dos años antes en Vilanova i la Geltrú. En el que figura la dedicatoria del pintor en la esquina inferior izquierda. 
Francisco Javier Amérigo i Aparici. Boceto de la obra "Indígenas ante la reina regente en la Exposición General de las Islas Filipinas", 1887. M.B.Victor Balaguer. Vilanova i la Geltrú

Hasta ahora no sabíamos el destino de los otros bocetos hasta que en la exposición “Filipinos in the Gilded Age” celebrada en la León Gallery de Manila se mostró al público otro de los bocetos realizados adquirido en Europa por un coleccionista filipino. El expositor presentaba la obra como Pièce de résistance: pintura del siglo XIX de un artista desconocido, de la controvertida Exposición Filipina de 1887 en Madrid.  No cabe duda que el autor de la obra, al que consideran desconocido, es el propio Amérigo y que este es uno de tres los bocetos preparatorios que realizó y que presenta ligeras variaciones respecto al de Vilanova pero un estilo y una factura idénticos.

Francisco Javier Amérigo i Aparici. Boceto de la obra "Indígenas ante la reina regente en la Exposición General de las Islas Filipinas", Madrid, 1887. Leon Gallery 2016. Manila

La pintura original

El documento que formaliza la entrega definitiva de la obra tiene fecha de 18 de diciembre de 1889. Diversos diarios publican el 9 de enero de 1890 que la pintura por fin ha sido expuesta en el Museo Biblioteca de Ultramar donde estará hasta 1908; ese año se decide la supresión del Museo y en consecuencia se lleva a cabo un proceso de reparto de sus colecciones entre diversas instituciones museísticas madrileñas. 

La obra de Amérigo, junto con la mayor parte de las pinturas pasan a depender del Museo de Arte Moderno. Allí estuvo la obra colgada hasta 1930 año en que, gracias a la generosa política de depósitos que realizó Sánchez Cantón para su tierra, fue enviado al Ayuntamiento de O Porriño (Pontevedra) por Real Orden de 16 de Enero de dicho año. Un incendio en el edificio del ayuntamiento en 1976, acabó con dos de las doce obras allí depositadas, por desgracia una de ellas era la de Amérigo. (En 2007 se produjo el levantamiento definitivo del resto de las obras allí conservadas).
Imagen de la sala en la que se exponía la obra "Indígenas ante la reina regente en la Exposición General de las Islas Filipinas", Madrid, 1887, en el Museo de Arte Moderno (IPCE)

Como puede observarse la obra original tenía más coincidencias con el boceto de Filipinas que con el de Vilanova. Se trataba de una obra de gran tamaño (4,10 x 6,40 mts.) superando ligeramente las del cuadro de Pradilla mencionado y, de acuerdo con el encargo realizado, según La Correspondencia de España del 23.8.1987: "Las dimensiones de este lienzo serán bastantes á contener en él, como figura principal, á la reina doña María Cristina, de tamaño natural, colocada en pie; su regia servidumbre, el ministro de Ultramar y el elemento oficial; multitud de espectadores: la colonia filipina toda (puesto que el momento elegido es el de la presentación de los filipinos á la augusta señora); algunas palmeras en bastante desarrollo, y muchas flores y otros detalles".

Sobre la vida y obras del pintor Francisco Javier Amérigo y sus familiares, Ramón Amérigo, pintor - grabadores y Federico Amérigo, pintor y escenógrafo ver: EL PINTOR FRANCISCO AMÉRIGO Y FAMILIA