viernes, 28 de marzo de 2025

PORTUGAL EN MADRID - LA EXPOSICION DE BELLAS ARTES DE 1871 ( I )

V. Urrabieta y Ortiz. Inauguración de la Exposición de 1871. La Ilustración Española y Americana. 25.10.1871

La educación artística moderna se encuentra estrechamente ligada a la institución de las Academias de Bellas Artes decimonónicas, estructuradas para formar parte de un sistema económico, político y social en el que la enseñanza artística no era el único sino un componente más de su entramado. El origen y evolución de este tipo de instituciones en Portugal y España corren una vida casi paralela con ligeras variaciones en sus tiempos y en sus funciones. 

La Academia de Bellas Artes de Lisboa fue creada en 1836 en el convento de San Francisco de dicha capital reuniendo una gran colección de obras de arte provenientes de la desamortización de 1834. La disolución de las órdenes religiosas supuso, como en el caso español, la nacionalización y venta del patrimonio de la iglesia. La Academia lisboeta, inaugurada finalmente en 1837, tenía la misión de organizar exposiciones, en principio cada tres años; la misma previsión se estableció para la Academia creada en la misma fecha en Oporto.

Portugal, fue pionera en la creación de una Academia de Bellas Artes en Roma en 1720, en el palacio Magnani, una lujosa institución que incluía la enseñanza y promoción de la Música entre sus Artes, aunque tuvo una vida efímera pues hubo de cerrar en 1728 tras la ruptura diplomática del gobierno portugués con la Santa Sede, lo que supuso la salida de todos los nacionales portugueses de Roma.

Academias de Lisboa y de Oporto (Antiguo edificio)

Hacia 1860 se crea la Sociedad Promotora de Bellas Artes de Portugal, que permanece viva hasta 1887. Esta institución, creada con el objetivo de promover exposiciones públicas para divulgar y comercializar las obras de artistas contemporáneos tuvo un papel más importante que las propias Academias en la promoción de los artistas lusos.

La presencia académica oficial española en Roma no se producirá hasta 1873. a pesar de que su principal institución promotora, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando había sido creada en el siglo anterior (1752). A partir de 1856 de acuerdo con un Real Decreto de Isabel II, se establece la celebración de Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, de carácter bianual, que se convierten en motor del desarrollo artístico nacional favoreciendo la profesionalización de los artistas, el desarrollo de la crítica y del mercado del arte. 

En el ámbito artístico las relaciones entre Portugal y España han sido irregulares a lo largo del tiempo, siempre existentes a nivel de artistas, pero alternando periodos de colaboración y de aislamiento entre sus instituciones tanto académicas como asociaciones profesionales. Las relaciones políticas entre ambos reinos desde la revolución del 68 con la salida de España de Isabel II, hasta 1871, habían dado lugar a un periodo de más de dos años de inestabilidad a causa de la indecisión de Fernando de Coburgo, padre del rey portugués, para aceptar la candidatura al trono español que con tanta insistencia se le ofreció. Las negociaciones llevadas a cabo por Fernández de los Ríos, ministro plenipotenciario ante la corte portuguesa, se producían en un contexto de tensión entre iberismo y anti-iberismo que terminó en fracaso y tuvo como resultado, de todos conocido, el ofrecimiento y aceptación de dicha corona por el Duque de Aosta, Amadeo de Saboya. El hecho de que este fuera hermano de la reina consorte de Portugal, María Pía de Saboya, contribuyó a la mejora y el estrechamiento de lazos de amistad entre ambas monarquías.

Un ejemplo de esta buena armonía la encontramos en un hecho singular que recoge  la prensa portuguesa que informa del obsequio que la Academia española realiza a la de Lisboa:

    «El jueves entraron en la Academia real de Bellas Artes, procedentes de Madrid, 47 cajones conteniendo 17 estatuas, dos medias estatuas, dos bustos, seis cabezas, una máscara,, 27 extremos, dos perros y dos leones, modelados en yeso; así como también 300 grabados, ocho fragmentos de la Alhambra, muchos libros y una cantidad respetable de objetos arqueológicos. Según el diario de Noticias, el ministro de España, [Fernández de los Ríos] acompañado del señor Bañares, hizo entrega al señor marqués de Sousa Holstein de los referidos objetos, asistiendo el señor Bañares al reconocimiento de los cajones, cuyo contenido llegó en el mejor estado, Alguna de las estatuas ya las poseía dicha Academia. Va á hacerse de todo una exposición pública en dos salas de la galería de pinturas, único local de que allí puede disponerse al efecto provisionalmente. Es un regalo de muchísimo valor el que nos hace la nación vecina y amiga, y al cual estamos en el deber de corresponder enviando á España cuantos objetos de arte podamos de entre los que poseemos.» (La Iberia 22 de junio de 1871)

Esta disposición había sido tomada meses antes por el Ministro de Fomento tal como figura en el Acta de la sesión de la Academia celebrada el 24 de abril de ese mismo año bajo la presidencia de Madrazo, en la que se da cuenta de la Real orden ministerial de Ruiz Zorrilla disponiendo "que se saque una colección de vaciados de las esculturas más notables de la Academia para regalar a los museos de Lisboa...".

Real Academia de Bellas Artes de S. Fernando, mediados XIX. Foto Laurent (det.) BNE

Desde su implantación en 1856 se habían celebrado en Madrid siete exposiciones en las que, de acuerdo con el Reglamento inicial eran admitidas a concurso obras de artistas nacionales y extranjeros siempre que las de estos últimos hubieran sido realizadas en España. Esta limitación supuso que hubiera una escasa participación de artistas foráneos en las exposiciones. Este hecho cambiará a partir de 1871 con la nueva normativa aprobada por el Ministro de Fomento en nombre del rey Amadeo I.

El nuevo Reglamento de 14 de abril de 1871 determina en su artículo 2º "Podrán concurrir á estas Exposiciones los artistas españoles y extranjeros, sujetándose á las prescripciones de este Reglamento. Todos tendrán derecho á los premios que se establecen; pero la adquisición por el Gobierno de las obras que concurran al certamen se hará sólo entre las que pertenezcan á autores portugueses ó españoles". Esta nueva posibilidad de adquisición abierta a los artistas de la nación vecina constituyó un aliciente importante a su participación, lo que se hizo patente en la Exposición celebrada en 1871.

El ministro plenipotenciario español en Lisboa, Ángel Fernández de los Ríos (1821– 880), periodista, político e historiador, tuvo un importante papel en los preparativos, en las relaciones y en el buen ambiente que se respiró en todo tiempo entre artistas y representantes de ambos países. A pesar de haber fracasado en la misión que le había encargado el gobierno de negociar la aceptación de la corona de España por padre del rey Luis IFernández de los Ríos ejerció su ministerio con absoluta dedicación consiguiendo mantener unas cordiales relaciones entre ambos países.

La comisión organizadora 

El primer ministro portugués, António José de Ávila, Duque de Ávila (1807-1891), en nombre del rey dicta las instrucciones para la selección de las obras que han de concurrir a la exposición española para lo cual se formó un jurado compuesto por siete miembros: tres por parte del Gobierno, Francisco de Sousa e Holstein, Marqués de Sousa Holstein (1838-1878), par del reino y vice-inspector de la Academia Real das Bellas Artes de Lisboa, Francisco de Azeredo Teixeira, Conde de Samodães, (1828-1918) vice-inspector de la Academia de Bellas Artes de Oporto, y Antonio Tomás da Fonseca Pinto, profesor de la Academia de Lisboa que será el Secretario de la comisión; los cuatro miembros restantes de la Comisión serían elegidos por los propios artistas. En la sesión constitutiva del Jurado se acuerda que Sousa, como presidente de la Comisión, represente los intereses del conjunto de artistas queque participen en la exposición madrileña.

Retrato del primer ministro luso António José de Ávila, por M. A. Lupi.1880  
Der.:Marqués de Sousa Holstein (Academia de Lisboa) 

Conde de Samodães, Vice-inspector de la Academia de Oporto Retratado por Francisca de Almeida Furtado.  
y a la derecha Antonio Tomás Fonseca, Profesor de la Academia de Lisboa. (Olisipo, Janeiro/Abril 1967)

Dos personajes, uno portugués y otro español tendrán un papel especial en los eventos de la Exposición: por parte portuguesa hay que destacar la función representativa del grupo portugués del Marqués de Sousa Holsteiny por la parte española, su anfitrión, Federico Madrazo y Kuntz.

Francisco de Borja de Sousa Holstein, va a ser el personaje clave en la organización y presencia de la delegación portuguesa en la Exposición de Bellas Artes, haciendo el papel de representante no solo del gobierno portugués sino de sus instituciones artísticas. Sousa, doctorado en Derecho inició su carrera, siguiendo la tradición familiar, en el mundo diplomático, siendo enviado primero a Roma y luego a Florencia donde desarrolló su interés por las Bellas Artes. En 1861 fue nombrado académico honorario de la Academia de Bellas Artes de Lisboa; al año siguiente, asumió la presidencia de la Sociedade Promotora de Belas Artes y poco después fue nombrado vice-inspector de la Academia, con el encargo de representar al inspector general (el propio Ministro del Reino) en su administración. 

Federico Madrazo y Kuntz (1815-1894)Pintor, miembro de una importante saga artística, especializado en los retratos de estilo romántico, fue pintor de cámara de Isabel II, director del Museo del Prado (1860), cargo que perdió con revolución liberal de 1868, aunque fue repuesto en 1881. Fue director de la Real Academia de San Fernando desde 1866 y senador por dicha Academia (1877-1891). En su doble condición de Director de la Academia y Vicepresidente del Jurado de la Exposición se relaciona con los miembros más prominentes de la expedición portuguesa. . 

Las agendas de Madrazo y su correspondencia en el Archivo del Museo del Prado, dan cumplida cuenta de las visitas que atendió con ocasión de la presencia de artistas portugueses en Madrid con motivo de la exposición y de las relaciones que mantuvo con ellos. La probable amistad de Madrazo con el pintor Manuel Bordalo Pinheiro, hace que este no utilice la vía de presentación a través de la Academia lusa sino que se dirija por carta directamente a Madrazo y le envíe sus obras y las de su hijo Rafael que desean presentar a concurso. Además de mantener esa previa relación epistolar Madrazo anota en su agenda las visitas que recibe de padre e hijo, también anota sus relaciones con el pintor Cristino o con el secretario Fonseca, profesor de la Academia de Lisboa, que vino acompañado de su esposa, Maria do Nascimento Gomes, pues Madrazo nombra en diversas ocasiones sus encuentros con "los Sres Fonseca".

Pero la relación más estrecha es la que mantiene Federico Madrazo con el Marqués de Sousa Holstein, para quien organiza una comida en Fornos como jefe de la expedición portuguesa, que durará hasta las 11.30 de la noche; (22.10.1871); a la que este corresponderá con otra en el mismo restaurante tres días después. En una de las visitas que el Marqués hizo a Madrazo debió fijarse en un interesante Estudio de cabeza que el pintor había realizado en 2 de febrero de 1856, (según consta en el margen inferior izquierdo del mismo y apunta el pintor en su Agenda en dicha fecha) y Madrazo tiene la deferencia de regalar al Marqués la obra que hoy se encuentra en un Museo de Cascais.

- "Hoy he pint[ado] un estudio de cabeza, y me ha servido de modelo un formador italiano (de Lucca)"
Desconocemos el nombre del formador italiano retratado del que Madrazo parece desconocer el nombre. Es probable que estuviera de paso en Madrid o realizando algún trabajo, pues en el caso de tratarse del formador Pagniucci, originario de Lucca que trabajaba para la Real Academia de San Fernando, Madrazo conocería su nombre. Tampoco parece posible que pudiera tratarse de Domenico Brucciani el famoso formador, también de Lucca, que hizo el vaciado del Pórtico de la Gloria para el South Kensington Museum, ni tampoco alguno de los Nicoli, formadores procedentes de Lucca que trabajaban en Cataluña.
Federico Madrazo. Estudio de Cabeza de un formador de Lucca. 2 Febº 1856.
 Museu Condes de Castro Guimarães en Cascáis.
"Al Exmo. Sor. Marqués de Souza (sic) Holstein. Recuerdo de Federico Madrazo, 1871"

El Archivo del Museo del Prado conserva al menos dos cartas que el Marqués de Sousa Holstein escribe a Federico Madrazo una vez vuelto a Lisboa; una del 6 de noviembre, en francés, en la que le agradece su amabilidad durante la estancia en Madrid y especialmente le agradece particularmente su regalo: "J'en ai rapporté les meilleurs souvenirs et qu'entre ceux ci je compte tout particulierment le votre.". En la segunda, del 17 de diciembre del mismo año, en portugués, el Marqués le anuncia que va a enviar a recoger los cuadros de la Exposición y le pide licencia para enviarle unos curiosos regalos: "Un cacho de bananas e una duzia de garrafas de vinho de Porto" (Un racimo de bananas y una docena de botellas de vino de Oporto) y le envía "un disenho de [Domingos de] Sequeira que irá encher una laguna de sua tào rica colección". Finalmente le recuerda que le prometió al Sr. Fonseca fomentar el intercambio de estudios entre sus respectivas Academias.

Artistas portugueses en la Exposición

Portada del Catálogo de obras de Artistas portugueses para la Exposición de Madrid (1871)

La Comisión nombrada por el Gobierno Portugués presenta el Catálogo de artistas con obras seleccionadas en los que se incluyen, además de escultores y arquitectos que no vamos a considerar aquí, un total de veintidós artistas gráficos entre pintores, dibujantes, miniaturistas y grabadores, aunque el total de artistas de estas especialidades presentes en la Exposición fueron veinticinco ya que algunos evitaron el paso por la comisión y enviaron las obras por su cuenta. No referimos a los Bordalo, padre e hijo, amigos de Federico Madrazo y del embajador Fernández de los Ríos, que enviaron sus obras directamente a la exposición. (Carta de Manuel Mª Bordalo a Federico Madrazo 16.9.1971, Archivo MNP). También presentó una obra de forma independiente la pintora Purificación Moreno que la envía desde Florencia.

Los artistas portugueses participantes fueron los siguientes:

Los premios de la Exposición 

Capuz. Café Suizo la noche en que se supo la adjudicación de premios a los artistas expositores
“La Ilustración Española y Americana”, 5-11-1871

El Reglamento aprobado en 1871 establecía la concesión de 24 premios de tres clases: Cuatro primeros, cuatro segundos y cuatro terceros para la Sección de Pintura; dos primeros, dos segundos y dos terceros para la Escultura y grabado en hueco; un primero, un segundo y un tercero para la Arquitectura, y un primero, un segundo y un tercero para el grabado en láminas.

Por la importancia en cuanto al número y calidad de obras presentadas el Jurado propone al Gobierno la ampliación de los premios, lo que dio lugar a una Real Orden del Ministerio de Fomento que establecía nuevos premios 'fuera de Reglamento', sin derecho a que pudieran adquirirse por el Estado. Bajo esta premisa la Orden establecía: "Un premio de primera clase, seis de segunda y doce de tercera para la pintura en sus diversos géneros; tres de segunda y cuatro de tercera para la escultura y grabado en hueco, y dos de segunda y tres de tercera para la arquitectura".

Los premios concedidos a artistas portugueses excepto uno de escultura, correspondieron a estas categorías ampliadas. De ellos, de los artistas y de sus obras hablaremos en detalle en una próxima segunda parte.

sábado, 22 de febrero de 2025

ANTONIA BAÑUELOS THORNDIKE

UNA PINTORA MÁS EN EL MUSEO

Una obra de Antonia Bañuelos Thorndike ha sido adquirida por el Museo del Prado incorporándola a la exposición permanente en la Sala 62A de retratos de artistas del S.XIX. Esto supone aumentar el número de pintoras que el Museo expone: ANGUISSOLA, BONHEUR, BLANCHARD, FRANCÉS MEXÍA, GENTILESCHI, KAUFFMANN, MENGS, NAVARRO, PEETERS, DE LA RIVA CALLOL, ROËSSET, ROSALES y WEISS, además de las miniaturistas BRUNET, LIENARD, NICOLAU PARODY y VALENCIA.

Antonia Bañuelos Thorndike (1855 - 1909)

Antonia Bañuelos Thorndike. Autorretrato MNP

Pertenecía a una familia de la alta burguesía encumbrada a la nobleza por la política de concesión de títulos seguida por la casa real, desde Isabel II hasta Alfonso XIII, para premiar los servicios a la corona. Su padre, Miguel de los Santos Bañuelos y Traval, primer conde de Bañuelos, estaba casado con la neoyorquina Adelina Thorndike. La joven Antonia pasó su primera infancia en Tortosa, hasta el traslado familiar a Madrid cuando su padre fue subsecretario del Ministerio de Estado.  Entre 1846 y 1896 el Sr. Bañuelos estuvo destinado en Francia, Italia, Estados Unidos, Constantinopla (Turquía) y Portugal, terminando su vida diplomática como Ministro plenipotenciario cerca del Emperador de Alemania en Berlín.

Siguiendo el destino de su padre Antonia Bañuelos continuó sus estudios en París, donde la familia instaló su residencia durante unos 15 años, donde se relacionó con el círculo de Raimundo Madrazo y asistía a las clases de pintura de Charles J. Chaplin (1825-1891). Allí se especializa en escenas de género y retratos, destacando en los de niños que la hacen famosa. Con su famoso Niño dormido, logró su primera Mención honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887 y tercera medalla en la Universal de París, en 1889.
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La Ilustración Española y Americana 30 jun 1887

Su relación con los Quiñones de León

A los 36 años (1891) Antonia se casa con Fernando Quiñones de León y Francisco-Martín (1858-1937), hijo del marqués de San Carlos, diplomático, político y bibliófilo, viudo de Mª Milagros Elduayen, marquesa de Valladares (1858-1888). La boda se celebró en el palacio de Castilla, residencia en París durante el exilio de la reina Isabel II,  quien además fue la madrina de la boda.

Antonia realiza un retrato póstumo de Mª Milagros Elduayen basado en una fotografía de la misma. También realiza uno de su hijo Fernando, fechado en 1887, años antes de su boda, lo que hace suponer una relación de amistad entre ellos, y un posible retrato de su marido ya en la madurez que ha sido recientemente subastado en Francia.

Antonia de Bañuelos. Retrato de M. Milagros Elduayen (Probablemente tomado de la fotografía)
Antonia Bañuelos. Retrato de Fernando Quiñones Elduayen (1887) y posible retrato de su marido, el conde de Alcedo en la madurez, subastado en Saint-Jean-de-Luz (2024).

El año de su boda su marido recibió de la regente Mª Cristina el título de marqués de Alcedo en agradecimiento a los servicios que su familia, los Quiñones de León, siempre prestaron a la corona desde el tiempo de Isabel II hasta Alfonso XIII.

A partir de 1896 el matrimonio se instala en Biarritz, donde ya vivían los padres de Antonia en Villa Bañuelos, y allí vivieron cerca de veinticinco años en Villa Alcedo, donde ella sigue pintando pero reduce su participación en exposiciones públicas y se dedica, junto a su marido, a reunir una amplia colección de arte. La villa se convirtió en un lugar de encuentro de personalidades del mundo artístico, político, y cultural del momento. Allí tuvieron dos hijas, Antonia e Isabel, que aparecen frecuentemente representadas en sus últimas obras. Aunque algún biógrafo sitúa erróneamente su fallecimiento en 1921, lo cierto es que Antonia Bañuelos murió el 7 de diciembre 1909 en Bournemouth, (Inglaterra) a donde se había desplazado para mejorar su salud; el hecho fue recogido en la prensa francesa y fue enterrada el 19 del mismo mes en un funeral con numerosa concurrencia celebrado en la iglesia de Sainte-Eugenie de Biarritz. (Le Figaro 19. 12.1909)

Después de más de un siglo, los herederos han decidido poner a la venta los enseres, mobiliario y cuadros que quedaron en un almacén tras la venta de la villa. A ese movimiento obedece probablemente la adquisición del Museo del Prado, el 15 de septiembre de 2023 en París, del Retrato de Antonia Bañuelos, así como la subasta realizada en Saint-Jean-de-Luz en 2024 de parte del patrimonio familiar conservado en el que se encuentran varias obras de la pintora que han sido adquiridas por el Ayuntamiento de Vigo con el interés de incorporarlas al Museo de la ciudad ubicado en el pazo de Castrelos. 
Algunas de las obras subastadas en Saint-Jean-de-Luz (2024)

Hay que recordar que el pazo procede de la herencia de la marquesa de Valladares, primera mujer de Fernando Quiñones de León; este lo heredó tras la prematura muerte de su hijo y siguiendo su voluntad lo legó al consistorio vigués en 1924 para la creación de un museo. Al año siguiente la nuera renuncia al usufructo del pazo adquiriendo el consistorio la completa titularidad por lo que su centenario se celebra en este 2025. En la actualidad el Museo conserva el mobiliario y decoración de la época que ahora se ampliará con los objetos y pinturas adquiridos en Francia.

Antonia Bañuelos. Pinturas familiares procedentes de la subasta de Saint-Jean-de-Luz (2024)
El concello de Vigo pagó unos 40.000€ por un lote de varios objetos entre los que se encontraban estas pinturas cuya restauración se encargó a Javier G. Lozano Estudillo

Sus obras

Antonia Bañuelos debutó en 1879 a los 24 años en el Salon des Artistes Français, celebrado en el Palais des Champs-Elysées, y desde entonces participó regularmente presentando un total de 13 obras, entre ellas, Unos mendigos, El guitarrista, pintado en 1880 que presentó al Salón en 1887; el Retrato de la condesa de Cherchedegne, Los pequeños pescadores de 1883 y el Niño dormido que presentó en diversas exposiciones y por el que recibió los mayores reconocimientos. 

A. Bañuelos. El guitarrista 1880 Col. Part.
Retrato de la condesa de Cherchedegne, 1882, Colección privada
Los pequeños pescadores. 1883

En 1903 presentó Tres Retratos en una exposición de Bayona, y en 1905 participó con el retrato de la Reina Nathalie de Serbie en otra exposición realizada en el Teatro de Bayona.  El Despertar de un niño de 1890 en la colección de Arte de la ciudad de Alcoi, representa el estilo que le dio más fama.

A. Bañuelos. El despertar de un niño. 1890 Museo de Alcoi

Su presencia en el Museo del Prado

Antonia Bañuelos y Thorndike. Retrato de mujer joven. [P08456] Sala 62A MNP
Inscripción: A.de Bañuelos./Xmas, 1885

La obra, que figuraba en la subasta como Retrato de mujer, pasó posteriormente a considerarse como un Autorretrato de la autora basándose en semejanzas con algún retrato fotográfico aparecido en prensa y el testimonio de un bisnieto que asegura que se trata de la propia pintora. El retrato, fue realizado, según inscripción que figura en la obra, en las navidades de 1885 cuando la pintora tenía treinta años, y representa efectivamente a una mujer que aparenta esa edad. 

Entre las obras que integraban la mencionada subasta de Saint-Jean-de-Luz se encontraba otro retrato de una mujer con el pelo sujeto con un lazo azul de similares características, quizás algo más joven, que probablemente corresponden a la misma persona. Este posible autorretrato si, como parece, forma parte de las obras adquiridas por el Ayuntamiento de Vigo, quizás podamos verlo pronto y conocerlo mejor  cuando se presente al público tras su estudio y restauración.

A.de Bañuelos, Portrait de femme au ruban bleu

Las imágenes conocidas de Antonia, tanto la que figura en la portada del Álbum de la Mujer, (29.4.1888), en la que vemos a una joven de larga melena y aspecto romántico, como la más conocida, ya de madurez de perfil, peinada con un sencillo moño; permiten ver ciertas similitudes con los dos posibles autorretratos.

Izq. Retrato de Antonia Bañuelos (Det.) en el Álbum de la Mujer (29 abril 1888)
Derecha Fotografía en  La Ilustración Artística (12.11.1900)

Damos la bienvenida y celebramos la presencia de Antonia de Bañuelos en la sala de retratos de artistas del siglo XIX ampliando, como decíamos al principio, la nómina de pintoras expuestas en el Museo. La incorporación de obras de pintoras ha pasado de ser un hecho casi extraordinario a empezar a convertirse en una situación de normalizada presencia.