Ésta es la tercera entrada de las dedicadas al grupo de mujeres pintoras que tienen en común el hecho de tener un padre pintor que les ha enseñado el oficio y les ha dado el nombre. Las consecuencias de esta relación familiar no siempre son positivas para ellas ya que a menudo se produce confusión entre las obras de ambos y los críticos tienden por una parte a ignorar o minimizar las aportaciones de la hija a la obra del padre y por otra a magnificar las influencias del padre sobre la hija.
De entre las muchas pintoras en las que concurre la situación comentada, esta tercera entrada de PINTORAS POR TRADICIÓN FAMILIAR se va a ocupar de una pintora portuguesa: Josefa de Óbidos hija del pintor Baltasar Gomez de Figueira.
Josefa de Óbidos, Menino Jesús. Det.
Baltazar Gomes Figueira, parte a los veintiún año hacia Andalucía a fin de prestar servicio militar en la guarnición de Santa María de Cádiz, dada la unión del ejército bajo el reinado de Felipe III (IV de España). Allí se casó con la noble sevillana Catalina de Ayala y Cabrera, pariente del pintor Bernabé de Ayala, quien le introduce en el aprendizaje de la pintura.
Más tarde se traslada a Sevilla donde recibió una esmerada educación artística en el taller de Herrera el Viejo, coincidiendo con Zurbarán, Juan del Castillo, Francisco Pacheco y otros pintores notables de su tiempo convirtiéndose en especialista en pintura de naturalezas muertas.
Dcha. Natureza morta com pessegos e papagaio
Baltazar vuelve a Portugal en 1634, al servicio de la Casa de Braganza como pintor de paisajes, alegorías morales, representaciones de los meses y las estaciones y naturalezas muertas, tanto en la corte del rey Juan IV y posteriormente en la de Alfonso VI.
Josefa de Ayala, o de Óbidos, (Sevilla 1630 - Óbidos 1684)
Josefa de Ayala, la hija de Baltazar Gomes Figueira, aunque nació en Sevilla es conocida como Josefa de Óbidos por ser la ciudad portuguesa en la que se desenvolvió la mayor parte de su vida. Fue la principal alumna y seguidora de su padre de quien recibe las influencias sevillanas que caracterizaron su propio aprendizaje y su pintura. A los catorce años, en 1644, Josefa fue internada como "doncella emancipada de sus padres" en el Convento de Santa Ana de Coimbra recibiendo una educación religiosa y artística, que influyó luego en su arte. Más tarde reside en la quinta «Capeleira», extramuros de Óbidos, dedicada a pintar y leer. Aunque toma de Óbidos el nombre artístico a veces firma con el apellido Ayala, de su madre.
Santa Maria Madalena, 1650, Museu Nacional Machado de Castro, Coimbra
No se casó nunca pero su trabajo como pintora le reportó una buena fortuna que le permitió vivir con comodidad e independencia. El reconocimiento de su importancia artística quedó acreditado con su incorporación a la Academia de Bellas Artes de Lisboa. Murió el 22 de julio de 1684 a los 54 años; siendo sepultada en la Iglesia parroquial de San Pedro de Óbidos.
Josefa de Óbidos. Anunciação
Admiradora de la santa de Ávila, pintó varias escenas de la vida de Santa Teresa que se encuentran en la Iglesia matriz de Cascais.
J.de Óbidos Sta. Teresa. Cascais
Josefa de Óbidos Casamento místico de Santa Catarina. Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa
Hay que esperar al siglo XIX, para oír hablar de ambos artistas. El romanticismo revalorizó las obras de Josefa y buena parte de la obra del padre se confundió con la de la hija. Investigaciones recientes, han llevado al reconocimiento y la diferenciación de la obra de uno y otra y a la consideración de la pintora como la gran artífice del barroco portugués.
Josefa de Óbidos Natureza Morta Museu de Santarém
Josefa de Óbidos, Cesta com cerejas, queijos e barros, 1670
Han llegado hasta nosotros más de cien obras suyas entre las que predominan los temas religiosos, fruto de su estancia en el convento. Curiosamente a veces introduce en su pintura ciertos elementos que parecen contener una crítica a las instituciones eclesiásticas entre las que se mueve. El el convento de Santa Mará de Coz, cerca de Alcobaça se conserva una obra titulada Purgatorio, en la que entre las personas que sufren el fuego purificador se encuentran varios frailes a los que se reconoce por la tonsura.
Durante mucho tiempo fue conocida casi exclusivamente por sus pinturas de naturaleza muerta, mientras hoy se la reconoce como una gran pintora por el conjunto de su obra y en especial por las singulares características de su pintura de carácter religioso.
En muchas de sus obras se nota una gran influencia de la pintura andaluza de la época y especialmente de Zurbarán, aunque transformada por su característico estilo personal. En los últimos años su obra se ha revalorizado considerablemente.
En muchas de sus obras se nota una gran influencia de la pintura andaluza de la época y especialmente de Zurbarán, aunque transformada por su característico estilo personal. En los últimos años su obra se ha revalorizado considerablemente.
Josefa de Óbidos. Cordero Pascual. Museo de Évora
OTRAS PINTORAS POR TRADICIÓN FAMILIAR
Hola Concha. Había oído hablar mucho de Josefa de Óbidos en Portugal pero ahora ya conozco muy bien su vida y obra gracias a ti e incluso comprendo porqué en mi familia política llaman cariñosamente a la tía Josefa, soltera, Josefa de Óbidos!!!
ResponderEliminarAbrazo
Hola Antonio! Me alegra saber de ti! Me cae muy bien esta pintora, me gusta su naturalidad y su ingenuidad. Creo que, como a otras muchas, aunque tarde, les va llegando el conocimiento y el reconocimiento.
ResponderEliminarUn abrazo