EL ÚLTIMO RAFAEL
La exposición que se exhibe en la actualidad en el Museo del Prado se centra en los años finales de la vida de Rafael, etapa en la que se convirtió en el pintor más influyente del arte occidental. La muestra expone setenta y cuatro obras en total, muchas de las cuales, no se habían visto antes en España. El recorrido cronológico va desde 1513 hasta la muerte del pintor en 1520. La exposición también muestra las obras de sus principales discípulos, Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, hasta finales de 1524.
Rafael que había nacido en Urbino el Vienes Santo del año 1483, muere en Roma 37 años después también el día de viernes santo. Su padre Giovanni de Santi, era artesano y pintor, lo que le permitió advertir las dotes extraordinarias de su hijo y con solo once años, en 1494, lo envió a “la capital”, Perugia, a aprender en el taller del mejor pintor de la zona, el maestro Pietro Vanucci, más conocido como Perugino.
Su padre murió ese mismo año, por ello Rafael crece en el taller del maestro, de quien asimiló rápidamente sus enseñanzas; en 1500 con solo 17 años consigue su primer contrato, en el que se refieren a él como “maestro”, para realizar un retablo para la iglesia de San Agustín en Città di Castello.
Una vez independizado del Perugino, el joven Rafael pinta numerosos cuadros de altar para diferentes ciudades de Umbría hasta 1504, año en que recibe el encargo de pintar los “Desposorios de la Virgen” según el modelo de su maestro Perugino. El resultado fue tan favorable para Rafael que a partir de ese momento se convertirá en el maestro más solicitado y cotizado en su región que, por otra parte, ya se le estaba quedando pequeña.
Habiendo oído hablar de la gran competición artística que se estaba desarrollando en Florencia entre Leonardo da Vinci y Miguel Ángel a quienes se había encargado la realización de dos escenas de batalla, para el Palazzo Vechio, decidió trasladarse a esa ciudad, que en aquel momento se consideraba el centro de la cultura artística italiana, en donde, además de Leonardo y Miguel Ángel, trabajaban pintores como Ghirlandaio y Fra Bartolomeo. Rafael observa sus obras y aprende de todos ellos.
Sobre la competición ver en este blog:
Rafael nunca dejará de realizar los encargos que recibe para pintar retablos de Iglesia, pero en su época florentina empieza a pintar "Madonnas" como la Madonna del Condestable o la bella jardinera (derecha)... que van a alcanzar también un gran éxito, y al mismo tiempo comienza a recibir encargos para hacer retratos de banqueros y comerciantes.
Madonna del Condestable
Su fama no deja de aumentar y en 1508, recién cumplidos los 25 años, es llamado por el Papa Julio II para decorar las Estancias del Vaticano, en lo que va a ser su etapa romana que va a constituir su consagración como genio de la pintura. Así pues en 1513, el año en que comienza el periodo de la Exposición, Rafael ya lleva trabajando en Roma cinco años, decorando las estancias del Vaticano, donde coincide con Miguel Ángel, su principal rival, que, en el mismo tiempo, pintaba la Capilla Sixtina.
EL RECORRIDO EXPOSITIVO
Abarca los siete últimos años de la corta vida del Maestro de Urbino, aunque llega algo más lejos, poniendo en valor la importancia del taller de Rafael durante los 5 años siguientes a su muerte, hasta 1525, a través de las obras de sus principales discípulos, Giulio Pippi, más conocido como Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, que fueron no solo sus principales herederos artísticos sino en un sentido más concreto, herederos de su fortuna, de su taller y la terminación de las obras contratadas que el maestro dejó sin terminar.
En un amplio estudio publicado por los comisarios, Paul Joannides (Cambridge University) y Tom Henry (experto independiente) en el catálogo de la exposición, ponen de relieve la "atención preferente" concedida al papel de los dos discípulos, atendiendo "con especial ahínco" a identificar las aportaciones de ambos discípulos dentro de la obra rafaelesca, a pesar de que, a falta de documentación, "el procedimiento adoptado en busca de esos objetivos por fuerza ha tenido que ser esencialmente visual". El resultado de este enfoque consigue un nuevo equilibrio que favorece especialmente a Giulio Romano en detrimento del propio Rafael.
La importancia del taller de Rafael no solo se debe a que fue, posiblemente, el mayor de los formados hasta entonces por un maestro de la pintura, sino también a los procedimientos de trabajo que implanta, en base a los que se realizan innumerables obras maestras. Es el genio de Rafael el que inspira todo lo que se hace en su taller, que no encuentra sucesor a su prematura muerte, pues al marcharse se desvanece el extraordinario espíritu que lo alimentaba.
LA MUESTRA se presenta dividida en seis ámbitos temáticos: Pinturas de altar, Vírgenes y Sagradas Familias de gran formato, Vírgenes y Sagradas Familias de pequeño formato, Giulio Romano, Retratos y el espacio independiente dedicado a la Transfiguración.
Aunque la exposición merece un recorrido atento por todas sus obras, señalo a continuación aquellas que por su calidad, su interés o su historia merecen un detenimiento especial:
1. La Virgen y el Niño con el arcángel san Rafael, Tobías y san Jerónimo.
Conocida como La Virgen del pez. Museo del Prado
La obra pertenece al género: "Sacra conversazione" que se caracteriza por representar a la Madonna (Virgen con el Niño) acompañada de algunos santos y personajes con los que mantiene una relación informal aunque no aparecen hablando, sino en actitud silenciosa.
La Virgen está sentada sobre un trono y tiene a su izquierda a San Jerónimo, vestido de cardenal, leyendo la Vulgata (la Biblia que él mismo tradujo al latín) acompañado del león que es su símbolo, y a la izquierda, el Arcángel Rafael con Tobías que sostiene el pez con el que sanará la ceguera de su padre. La historia está tomada del Libro de Tobías del Antiguo Testamento, con la diferencia de que el texto bíblico habla de un gran pez que podía devorar a una persona y aquí se representa como un “pececillo”.
4. La caída en el camino del Calvario "El Pasmo de Sicilia".
Inicialmente pintado sobre tabla y posteriormente transferido a lienzo. Museo del Prado.
La pintura fue encargada a Rafael para la iglesia del Monasterio de Santa María dello Spasimo en Palermo (Sicilia), de donde deriva su nombre popular, “El Pasmo de Sicilia”. El cuadro tiene una bonita historia-leyenda que cuenta Vasari en sus “Vidas de pintores y escultores” y es que una vez terminado, Rafael lo envía a Sicilia en un barco que a los pocos días de navegación naufraga a causa de una tormenta. Sin embargo el cuadro aparece días después, milagrosamente intacto, en las playas de Génova. A partir de ese momento el cuadro va a ser considerado no solo una gran obra de arte, sino también milagrosa. Un siglo más tarde, Felipe IV, gran admirador de Rafael, no descansa hasta que consigue adquirirlo contra la opinión de la población palermitana y prometiendo una cuantiosa suma para el sostenimiento del monasterio y de su prior. Los documentos españoles acreditan que el dinero se pagó, pero los sicilianos mantienen que el dinero allí nunca llegó.
Situación actual de la Iglesia del Monasterio
La obra se exhibe por primera vez tras su restauración. La especialista del Prado, Ana González Mozo explicó en una interesante conferencia previa a la exposición, los muchos avatares que había padecido la obra. Aunque obvió el primero de ellos, el naufragio, mencionó el incendio del Alcázar de 1734, e hizo especial hincapié en los daños sufridos por el paso de tabla a lienzo realizado en París, por el pintor-restaurador Bonnemaison, en 1816.
Antes
Después
En la misma conferencia, Rafael Alonso Alonso conocido especialista en restaurar la obra del Greco, explicó como había ido reparando los daños, limpiando manchas y borrando repintes al óleo, algunos de ellos, afirmó, realizados en la restauración que se hizo en 1970 en el propio Museo, en la que se cambió el bastidor al cuadro. A falta de documentación escrita sobre la obra, comentó que había tenido apoyo de imágenes, tanto de copias de la obra como de documentación gráfica, como la de la fotografía de Laurent de 1865.
Si se compara el antes y después de la restauración, pueden observarse algunos de sus cambios, como por ejemplo en el estandarte rojo del fondo.
También son evidentes algunas diferencias en el personaje central del grupo humano que se ve al fondo a quien no se veían las piernas, y tras la restauración ha desaparecido parte del montículo que las tapaba:.
Rafael. Óleo sobre tabla transferido a lienzo, h.1515 Pinacoteca Nazionale Bolonia.
Es difícil ver esta obra fuera de Bolonia, de donde procede. Algunos consideran que es una de las mejores obras que se muestran en la exposición.
Es difícil ver esta obra fuera de Bolonia, de donde procede. Algunos consideran que es una de las mejores obras que se muestran en la exposición.
En ella se ve a Santa Cecilia con un grupo de personajes que abandonan sus instrumentos musicales al oír la música celestial que canta el coro de ángeles que se encuentra en la parte superior del cuadro. El personaje que aparece pensativo a la izquierda es San Pablo, que suele representarse con una espada. El obispo que se ve a la derecha es San Agustín.
10. La Visitación
(En la Exposición figura como obra de Giulio Romano pero hasta ahora y desde su venida a España en 1655, ha sido tenida por obra de de Rafael con la colaboración de su taller). Óleo sobre tabla transferido a lienzo. Museo del Prado.
Branconio de L'Aquila, gran amigo de Rafael, le encargó este cuadro, en nombre de su padre, para la capilla familiar de la Iglesia de San Silvestre de la ciudad de L'Aquila (Ciudad italiana que fue asolada por un terremoto en abril de 2009).
El cuadro está firmado en la parte baja "RAPHAEL VRBINAS F[ECIT]" (Rafael de Urbino lo hizo) y además figura el nombre del comitente: MARINVS BRANCONIVS F[FECIT] F[ERI] (Marino Branconio lo encargó).
La pintura muestra la escena de la visita de la virgen a su prima Isabel que, como ella, va a tener un hijo, Juan el Bautista. Al fondo a la izquierda se ve la escena del bautizo de Jesús en el río Jordán con la aparición de Dios Padre entre las nubes, hecho que va a ocurrir 30 años después de la escena del primer plano.
También en este caso Felipe IV mostró gran interés en adquirir el cuadro y siempre hay alguien dispuesto a dar gusto al rey. La ocasión surge en 1655, una vez sofocada una rebelión en Nápoles que fue apoyada por ciudadanos de L'Aquila, el virrey español considera que sería una acto de desagravio a la corona ofrecer el cuadro al rey como acto de sumisión. El mismo Papa autoriza la entrega de la imagen que tuvo que ser sacada de la iglesia rompiendo la pared pues se cuenta que los canónigos cerraron las puertas para impedir su traslado.
Se conocen diversas copias que se encuentran en iglesias de la zona, probablemente realizadas para compensar la sustracción del original, de ellas la que ocupaba el lugar de la original en la Iglesia de San Silvestre se encuentra pendiente de restauración al igual que la propia iglesia por los daños sufridos en el terremoto de 2009.
Hasta ahora la obra del Prado había sido siempre considerada de la mano de Rafael con la colaboración de discípulos. Ahora, después de quinientos años de historia, tradición y consideración, el Museo del Prado ha decidido aceptar la nueva atribución a Giulio Romano, realizada por los comisarios de la exposición sin más fundamento que la "apreciación visual" de la misma ya que ningún documento o prueba ha sido hallado que avale un cambio tan considerable.
El Prado, a falta de criterio propio, adopta el de los comisarios de la exposición y sin perder tiempo en la Galería Online de su página web ha retirado la obra de entre las realizadas por Rafael y ahora figura entre las de Giulio Romano y Gianfrancesco Penni.
22. Sagrada Familia con san Juanito
Conocida como "La Perla". Rafael. Museo del Prado
Llamada La Perla por Felipe IV que la consideraba la obra más preciada de su colección. Como ocurre en otras obras el diseño y la composición es de Rafael, aunque luego fueran terminadas por sus discípulos.
25. Sagrada Familia del roble
Pintada por Rafael con intervención de Giulio Romano 1518-1520 Museo del Prado.
San José, apoyado sobre una ruina clásica, mira a la Virgen María que sostiene al Niño Jesús, y al lado su primo, San Juan, le da una cinta con un mensaje en latín: Ecce Agnus Dei, en referencia a la Pasión de Cristo. El árbol que hay detrás es el roble que da nombre a la obra.
DE LAS VÍRGENES Y SAGRADAS FAMILIAS DE PEQUEÑO FORMATO
La mayoría de la obras de esta sección están realizadas por discípulos, bien Giulio Romano o Gian Francesco Penni aunque en algunas de ellas se puede apreciar algo más que el diseño de Rafael. Entre ellas se puede destacar:
30. La Virgen con el Niño, santa Isabel y san Juanito,
Conocida como "Sagrada Familia pequeña". Rafael y taller, h. 1517-1518, Museo Louvre. Fue diseñada para ser portátil.
SECCIÓN DE GIULIO ROMANO
A pesar de la importancia que se da en esta exposición a la obra del principal discípulo de Rafael, esta sección se puede visitar un poco más deprisa. Hay que tener en cuenta que son obras que Romano pinta siendo muy joven y todavía no se puede ver el estilo propio que desarrollará más tarde. Sabemos que a la muerte de Rafael él junto con Penni, son los principales encargados de terminar las obras que han quedado inacabadas, frente a las fuertes críticas de otros pintores del momento, como Sebastiano del Piombo. Poco después Romano se marcha a Mantua, a la corte de los Gonzaga y es allí donde alcanza su madurez y desarrolla su verdadera carrera independiente del Maestro.
Entre las obras expuestas podemos mencionar La Circuncisión, un cuadro interesante que recuerda las grandes composiciones que su maestro hace en el Vaticano. La Flagelación, Realizada para la Basílica de Santa Prassede en Roma, que ni siquiera es seguro que sea de Giulio Romano. Y El Cartón para La Lapidación de San Esteban. Al tratarse de un cartón preparatorio es poco atractivo pero muestra bien el trabajo previo que requerían estas grandes obras.
SECCIÓN DE RETRATOS
En esta sección todo es interesante...
51. El cardenal Bernardo Dovizi da Bibbiena.
55. Baltasar de Castiglione.
Para terminar y sin ánimo de ser exhaustiva, merece pararse en dos retratos más:
Rafael. Magnífico retrato que proviene de una galería Americana y será muy difícil poder verlo fuera de esta exposición.
59. Retrato de un joven
Atribuido a Giulio Romano. Museo Thyssen-Bornemisza. Hay muchos especialistas que creen que es obra de Rafael.
SECCIÓN DE LA TRANSFIGURACIÓN
En otra sala, (sala 49 Edificio Villanueva) pero también formando parte de la exposición, se encuentra la "la Transfiguración" de Gianfrancesco Penni, que es una buena copia de la última obra del mismo nombre que pintó Rafael y que dejó sin terminar. Representa dos escenas diferentes pero que se narran de forma sucesiva en el Evangelio de Mateo, Cap.17.
La parte superior de la pintura muestra la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor, con Cristo entre los profetas Moisés y Elías con quienes está conversando, debajo de él hay tres discípulos, en tierra, asustados. En la parte inferior, se representa una escena en la que los Apóstoles intentan, sin éxito, curar a un niño loco, hasta que llega Jesucristo, que llevará a cabo el milagro de la curación. En la Sala se exponen diversos dibujos preparatorios que permiten hacerse una idea de los procedimientos de trabajo en taller.
Son muchos los especialistas que consideran que la Transfiguración de Rafael, a pesar de haber quedado inacabada, constituye su verdadero testamento artístico y creen que marca la posible evolución que hubiera tenido Rafael hacia el manierismo, si hubiera seguido pintando.
Cuando Rafael muere es velado por sus admiradores al pie de su obra sin terminar, la escena ha sido recreada por pintores del XIX.
SECCIÓN DE GIULIO ROMANO
A pesar de la importancia que se da en esta exposición a la obra del principal discípulo de Rafael, esta sección se puede visitar un poco más deprisa. Hay que tener en cuenta que son obras que Romano pinta siendo muy joven y todavía no se puede ver el estilo propio que desarrollará más tarde. Sabemos que a la muerte de Rafael él junto con Penni, son los principales encargados de terminar las obras que han quedado inacabadas, frente a las fuertes críticas de otros pintores del momento, como Sebastiano del Piombo. Poco después Romano se marcha a Mantua, a la corte de los Gonzaga y es allí donde alcanza su madurez y desarrolla su verdadera carrera independiente del Maestro.
Entre las obras expuestas podemos mencionar La Circuncisión, un cuadro interesante que recuerda las grandes composiciones que su maestro hace en el Vaticano. La Flagelación, Realizada para la Basílica de Santa Prassede en Roma, que ni siquiera es seguro que sea de Giulio Romano. Y El Cartón para La Lapidación de San Esteban. Al tratarse de un cartón preparatorio es poco atractivo pero muestra bien el trabajo previo que requerían estas grandes obras.
SECCIÓN DE RETRATOS
En esta sección todo es interesante...
El Cardenal Bibiena y "El Cardenal"
51. El cardenal Bernardo Dovizi da Bibbiena.
Aunque se trata de una obra de gran interés, su importancia se relativiza si se compara con el otro "Cardenal" de Rafael que, aunque no forma parte de la exposición, se encuentra en otra sala cercana del Museo, una auténtica obra maestra.
Lo interesante en este caso es el personaje, gran amigo de Rafael, que le ofrece casarse con su sobrina. Rafael por no ser desconsiderado con su amigo acepta el compromiso que le ofrece pero él ya tenía una novia a la que retrató en varias ocasiones, conocida con el nombre de “La Fornarina” porque su padre, panadero, trabajaba en un horno –forno en italiano-. Rafael fue dejando pasar el tiempo sin casarse con su prometida y la muerte le sorprendió antes de poder cumplir su palabra. Lo que resulta curioso es que cuando ella murió la enterraron junto a Rafael en el Panteón de Roma a causa del compromiso que había habido entre ellos.
52 y 54. Giuliano y Lorenzo de Médicis. de Rafael. También son de gran interés. La importancia de la familia Médicis de Florencia es fundamental para entender la historia del renacimiento Italiano. Fueron grandes mecenas (protectores de artistas) gracias a su riqueza y a su poder pues ocuparon altos cargos en la política y en la Iglesia. Varios de ellos fueron Papas.
53. Doña Isabel de Requesens y Enríquez de Cardona-Anglesola. de Giulio Romano, quizá con intervención de Rafael. Era una dama española, lo que no era nada raro en la Italia de la época que en gran parte estaba bajo la corona española y para su gobierno, el rey nombraba virreyes. En concreto ésta Isabel de Requesens fue virreina de Nápoles.
53. Doña Isabel de Requesens y Enríquez de Cardona-Anglesola. de Giulio Romano, quizá con intervención de Rafael. Era una dama española, lo que no era nada raro en la Italia de la época que en gran parte estaba bajo la corona española y para su gobierno, el rey nombraba virreyes. En concreto ésta Isabel de Requesens fue virreina de Nápoles.
55. Baltasar de Castiglione.
Rafael, 1519. Musée du Louvre.
No es raro que se haya elegido este retrato en representación de la muestra pues es de lo mejor de ella. Suelo decir que se nota que era un gran amigo de Rafael por la delicadeza y la amabilidad con que lo pinta. Este Baltasar de Castiglione perteneciente a la familia Gonzaga por parte de su madre, era un hombre muy culto, que colaboraba a menudo con Rafael para “documentarle” cuando se trataba de pintar cuadros de historia o de mitología. Rafael como pintor no había tenido una formación humanista, sino solamente técnica y artística, por eso le gustaba rodearse de gente culta que le aportara los conocimientos que él no tenía. Una curiosidad de este personaje, Castiglione, es que murió en Toledo mientras era nuncio apostólico del Papa en España.
56. Autorretrato con un amigo
En esta exposición lo titulan Autorretrato con Giulio Romano. Rafael (Museo del Louvre).
En el cuadro aparecen dos personajes: el del fondo es el propio Rafael que hace su autorretrato y el que está delante se dice que es un amigo, o su maestro de esgrima. Se han hecho muchas conjeturas sobre quien puede ser este amigo. Los comisarios de esta exposición han decidido que se trata de Giulio Romano pero yo creo que hay poco fundamento para esa consideración. Sobre este tema puede leerse un reciente artículo en este blog:
http://cuadernodesofonisba.blogspot.com.es/2012/06/rafael-y-giulio-romano-en-la-muestra-de.html
http://cuadernodesofonisba.blogspot.com.es/2012/06/rafael-y-giulio-romano-en-la-muestra-de.html
Para terminar y sin ánimo de ser exhaustiva, merece pararse en dos retratos más:
57. Retrato de Bindo Altoviti.
Rafael. Magnífico retrato que proviene de una galería Americana y será muy difícil poder verlo fuera de esta exposición.
59. Retrato de un joven
Atribuido a Giulio Romano. Museo Thyssen-Bornemisza. Hay muchos especialistas que creen que es obra de Rafael.
SECCIÓN DE LA TRANSFIGURACIÓN
En otra sala, (sala 49 Edificio Villanueva) pero también formando parte de la exposición, se encuentra la "la Transfiguración" de Gianfrancesco Penni, que es una buena copia de la última obra del mismo nombre que pintó Rafael y que dejó sin terminar. Representa dos escenas diferentes pero que se narran de forma sucesiva en el Evangelio de Mateo, Cap.17.
La parte superior de la pintura muestra la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor, con Cristo entre los profetas Moisés y Elías con quienes está conversando, debajo de él hay tres discípulos, en tierra, asustados. En la parte inferior, se representa una escena en la que los Apóstoles intentan, sin éxito, curar a un niño loco, hasta que llega Jesucristo, que llevará a cabo el milagro de la curación. En la Sala se exponen diversos dibujos preparatorios que permiten hacerse una idea de los procedimientos de trabajo en taller.
Son muchos los especialistas que consideran que la Transfiguración de Rafael, a pesar de haber quedado inacabada, constituye su verdadero testamento artístico y creen que marca la posible evolución que hubiera tenido Rafael hacia el manierismo, si hubiera seguido pintando.
Pierre Nolasque Bergeret.
Honores rendidos a la muerte de Rafael el 8 de Abril de 1520
M.N.des Chateaux de Malmaison et de Bois-Preau
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