Continuando con las esculturas anónimas depositadas por el Museo del Prado en el almacén del Museo de Historia de Madrid, abordaremos la última y más interesante, a la que dedicaré esta entrada.
Con el número E523, el Museo del Prado cataloga una escultura de mármol (cuyo color blanco solo se adivina por las raspaduras), datada en el primer cuarto del siglo XVII, que representa una cabeza de hombre con el pelo corto, bigote y perilla, con la mirada dirigida de un modo algo forzado hacia arriba y a su derecha. La obra fue depositada en 1928 en el entonces Museo Municipal, y no parece que haya sido estudiada desde entonces pese a su singularidad. En el Inventario del Prado Disperso Madrid VIII, publicado en el Boletín de Amigos del Museo del Prado en 1982, figura por error como obra del Siglo XIX.
En la descripción que figura en la ficha del Museo se informa: "El personaje representado guarda un parecido notable con los rasgos del duque de Lerma (véase su retrato ecuestre, por Rubens, P-3137), que quizá pueda verse exclusivamente como ''parecido de época'', pero, de cualquier forma contribuiría a datar la obra en época del reinado de Felipe III de España. Depositado en Madrid, Museo Municipal, por Real Orden de 27/04/1928."
La obra ingresa en el Museo del Prado por adscripción, formando parte de los fondos fundacionales de la Colección Real. En el Inventario de Escultura del Real Museo de 1857 figura con el número 924 (que aparece pintado de forma tosca en el cuello del personaje) y con el texto:
Esta medida equivalente a 43 cm. no coincide exactamente con la información actual del Museo que da una medida de la altura de la pieza de 40 cm. aunque cabe pensar que pudiera tratarse de un redondeo.
E523 Anónimo, Cabeza masculina con bigote y perilla
En la descripción que figura en la ficha del Museo se informa: "El personaje representado guarda un parecido notable con los rasgos del duque de Lerma (véase su retrato ecuestre, por Rubens, P-3137), que quizá pueda verse exclusivamente como ''parecido de época'', pero, de cualquier forma contribuiría a datar la obra en época del reinado de Felipe III de España. Depositado en Madrid, Museo Municipal, por Real Orden de 27/04/1928."
La obra ingresa en el Museo del Prado por adscripción, formando parte de los fondos fundacionales de la Colección Real. En el Inventario de Escultura del Real Museo de 1857 figura con el número 924 (que aparece pintado de forma tosca en el cuello del personaje) y con el texto:
924. "Otra cabeza de id. [mármol de Carrara] alto 1 pie, 5 pulg.".
Esta medida equivalente a 43 cm. no coincide exactamente con la información actual del Museo que da una medida de la altura de la pieza de 40 cm. aunque cabe pensar que pudiera tratarse de un redondeo.
Apunte del n° 924 en el Inventario de 1857
La referencia del Inventario, por tanto, no aporta ningún dato relevante ya que existen decenas de descripciones similares sin señalar ninguna característica que nos permita la identificación del personaje o del artífice.
Características de la obra
Cuatro vistas de la escultura
De acuerdo con la información antes citada del Museo del Prado, el personaje guarda un parecido razonable con el duque de Lerma. Si observamos la efigie de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, en su Retrato ecuestre pintado por Rubens o la esculpida por Pompeo Leoni para su mausoleo en el convento de San Pablo de Valladolid, -actualmente en el Museo Nacional de Escultura- se constata el parecido, aunque hay que señalar que tanto en el retrato realizado por Rubens como en la escultura de Pompeo Leoni el duque presenta unas arrugas horizontales en su frente, probablemente una característica singular del personaje que le diferenciaría de la cabeza que ahora estudiamos en la que esas líneas no aparecen.
Duque de Lerma, Pompeo Leoni,1607 MNE y el mismo por Rubens 1603 MNP
No obstante si comparamos la cabeza anónima con la de la escultura del duque por Leoni, observamos no solamente la similitud en las formas sino también en su factura y modo de ejecución, lo que podría llevarnos más que al personaje representado a su ejecutor.
Tras este primer acercamiento bien hacia la identificación del personaje -el Duque de Lerma- o bien al escultor -Pompeo Leoni-, buscando en el imaginario de la época encontramos otra semejanza notable con otro personaje de su tiempo y es la efigie del escultor Leone Leoni, padre de Pompeo, que podemos contemplar en su propio autorretrato.
Reverso medalla de Andrea Doria -1542- con el autorretrato de Leone Leoni
El autorretrato se encuentra en uno de los reversos de la medalla dedicada al almirante Andrea Doria, realizada por Leone Leoni en 1542, cuando tenía 33 años. El escultor luce pelo corto ondulado, bigote y perilla.
A su espalda aparecen varios símbolos: una galera en recuerdo de su condena y dos instrumentos que podrían simbolizar su oficio: un martillo y una pieza rectangular con dos orificios que podría tratarse de una antigua bujarda de escultor.
Rodeando al personaje podemos ver los grilletes con que se sujetaba a los forzados a los bancos de la galera.
Grilletes de galeote
Si volvemos a comparar la imagen de la moneda con la cabeza anónima, podemos constatar cierto parecido entre ellas, al menos en cuanto a las características generales de la forma de la cabeza, pelo, bigote y perilla, al igual que ocurría en el caso del duque de Lerma aunque hay que señalar que entre la efigie de la moneda y la escultura del duque media una distancia temporal de 65 años: la imagen del escultor en la moneda fue realizada por el propio Leone Leoni en 1542 y la del duque de Lerma realizada su hijo Pompeo, en 1607.
Comparación del Autorretrato de Leone Leoni con la Cabeza anónima del Museo de Historia de Madrid
Si nos atenemos a la posible relación existente entre estas dos imágenes, se podría conjeturar que podríamos estar ante una obra de Pompeo Leoni que reprodujera como homenaje a su padre, su retrato a partir de la moneda. Ello supondría adelantar la datación de la obra al último cuarto del siglo anterior, en todo caso antes de la muerte de su padre.
Leoni había protagonizado en 1540 un episodio delictivo de bastante gravedad. En ese tiempo trabajaba como grabador en la ceca del Vaticano cuando el joyero papal, Pellegrino di Leuti, le acusó de haber falsificado dinero. Aunque probablemente era cierto, él lo negó y en venganza poco después atacó al delator con un gran cuchillo causándole un corte en la cara “que parecía un monstruo horrible de mirar".
Leoni confesó su intento de homicidio y fue condenado a sufrir la amputación de la mano derecha, aunque, como solía ocurrir, la pena se conmutó por un castigo mucho más útil a los intereses de la acusación que era la condena por un año de trabajos forzados en las galeras papales. No sabemos qué parte de la pena llegó a cumplir el violento Leone pero en todo caso antes de que se cumplieran los doce meses, estando la galera en Génova, gracias a la intercesión de Andrea Doria, fue puesto en libertad, tal como le escribe a su amigo Pietro Aretino:
— "... che ritrovandomi forzato sopra le galere del papa, ebbi libertà mercè d'Andrea Doria, principe di Melfi, il quale senza più pensare, diede ordine in tal maniera ch'io restai libero in Genova..."
Data alli 23 di marzo, 1541
("...que encontrándome forzado en las galeras del papa, obtuve la libertad gracias a Andrea Doria, Príncipe de Melfi, que sin pensarlo dos veces, dio la orden por la que yo quedé libre en Génova ... "
A 23 de marzo de 1541)
En agradecimiento a su benefactor Leoni hizo medallas con el retrato de su libertador que lo presenta como gobernante del mar, con su coraza, un pequeño tridente y un delfín a la manera antigua.
Las medallas se realizaron al menos con dos reversos diferentes: en una aparece una galera con remeros y una pequeña barca con dos personas en medio del mar y en la otra figura el autorretrato de Leoni en el que aparece rodeado por la cadena y los grilletes de su condena a galeras, que hemos visto anteriormente. En la colección del Museo del Prado se encuentran los dos modelos, con las referencias O981 y O982.
La razón por tanto de la acuñación de la medalla es el agradecimiento del escultor al célebre marino por haber intercedido por él para acortar su condena a trabajos forzados en las galeras papales.
Una condena que no pareció dejarle huella
Una vez liberado Leone retoma su actividad, pero el incidente que hemos relatado no sería el último protagonizado por el escultor. Gracias a la protección de Ferrante Gonzaga, Gobernador de Milán y fiel servidor de Carlos V, es nombrado en 1542 escultor de la Cesarea Zecca de Milán con una remuneración de 150 ducados. En este tiempo no dejó de hacer trabajos para otras ciudades de Italia. En 1545 se traslada a Venecia tal vez con la intención de establecerse allí para vivir cerca de su amigo y paisano el poeta Pietro Aretino.
En 1546 se documenta un nuevo episodio violento dirigido a su propio ayudante, medallista y escultor como él, Martino Pasqualigo, que trabajó con el maestro en Venecia hasta que éste recibió la invitación para trabajar de nuevo en Milán a dónde el joven no quiso trasladarse. Esta negativa levantó de nuevo la ira del escultor que contrató a un sicario para que matara al joven Pasqualigo, que a pesar de ser acuchillado no murió en el ataque.
Retrato de Martino Pasqualigo, Tiziano -atrib.
Corcoran Gallery of Art. Washington, D.C
El hecho fue conocido pero no se tomaron medidas contra el inspirador del atentado ni fue tenido en cuenta para el mantenimiento de sus relaciones al más alto nivel de la corte imperial. El propio Carlos V le llamó a la corte de Flandes, donde según cuenta el Vasari le alojó en el piso bajo del edificio donde él vivía y le visitaba a menudo para ver los avances de sus obras. Allí residía también la hermana del emperador, la reina María de Hungría quien también solicita diversos encargos al escultor.
En 1549 consigue el permiso del emperador para volver a Milán y se ocupa de la reconstrucción de una casa en el distrito de Moroni del centro de la ciudad, que le había sido regalada por el gobierno milanés procedente de una confiscación y que se encontraba en muy mal estado. Para ella diseñó unas estatuas de atlantes que fueron realizadas por el escultor Antonio Abondio, que aún hoy decoran su fachada. Por causa de estos "hombretones" fue conocida como "Casa degli Omenoni", aunque también fue llamada "Casa Aureliana" por una copia de la estatua ecuestre de Marco Aurelio en el Campidoglio, colocada en el patio.
Vasari describe el palacio con admiración: "Leoni, para mostrar la grandeza de su alma, el bello ingenio que tenía por naturaleza, y el favor de la fortuna, ha realizado con un enorme gasto una bellísima arquitectura en un casón del barrio Moroni, lleno de tantas invenciones fantásticas, que probablemente no haya otro igual en Milán."
(Giorgio Vasari, Vida de Leone Aretino en "Vidas de los más excelentes arquitectos Pintores escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos".)
En 1549 consigue el permiso del emperador para volver a Milán y se ocupa de la reconstrucción de una casa en el distrito de Moroni del centro de la ciudad, que le había sido regalada por el gobierno milanés procedente de una confiscación y que se encontraba en muy mal estado. Para ella diseñó unas estatuas de atlantes que fueron realizadas por el escultor Antonio Abondio, que aún hoy decoran su fachada. Por causa de estos "hombretones" fue conocida como "Casa degli Omenoni", aunque también fue llamada "Casa Aureliana" por una copia de la estatua ecuestre de Marco Aurelio en el Campidoglio, colocada en el patio.
Vasari describe el palacio con admiración: "Leoni, para mostrar la grandeza de su alma, el bello ingenio que tenía por naturaleza, y el favor de la fortuna, ha realizado con un enorme gasto una bellísima arquitectura en un casón del barrio Moroni, lleno de tantas invenciones fantásticas, que probablemente no haya otro igual en Milán."
(Giorgio Vasari, Vida de Leone Aretino en "Vidas de los más excelentes arquitectos Pintores escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos".)
Parte de la fachada de la "Casa degli Omenoni"
A principios de 1550 Leone ya estaba instalado en aquella casa, y en el taller que construyó al lado. Más o menos en esta época empieza a firmar sus cartas como Cavaliere Leone, título que según Vasari le había concedido el Emperador.
En 1556, después de un viaje a Flandes a donde había sido llamado de nuevo por el emperador, Leone vuelve definitivamente a Milán, enviando a su hijo a España para que continúe los trabajos iniciados. A partir de entonces padre e hijo se separan aunque seguirán trabajando juntos, ya que Leone, instalado en Milán, continuará diseñando y realizando la mayor parte de las obras que les eran encargadas, dejando la terminación de las que se enviaban a España a cargo de su hijo. Leone nunca visitará España, mientras su hijo Pompeo trabajará y se afincará en la corte española hasta el final de su vida.
Conocemos un último episodio violento protagonizado por el escultor en 1559, que tiene como víctima a Orazio di Vecellio, hijo mayor y "mano derecha" de Tiziano. Hasta ese momento Leoni y Tiziano habían tenido una relación de amistad, así que cuando Orazio acudió a Milán para cobrar unos trabajos de su padre el escultor le ofreció alojarse en su palacio. Durante algún tiempo el trato fue más que cordial, pero cuando Orazio cobró al fin los dos mil ducados que la corte española debía a su padre por sus trabajos, de forma inesperada esa hospitalidad se transformó en violencia hacia el joven pintor sin que se conozca exactamente cuál pudo ser el origen que la causó. Orazio sufrió el ataque a cuchilladas del escultor, su hijo y sus criados, que por fortuna no acabó con su vida. El hecho fue llevado ante los tribunales, donde a la pregunta del juez por la causa de este altercado, el joven Orazio lo achaca a la envidia y avaricia del escultor por la buena relación con el gobernador de Milán y para robarle lo que había cobrado en nombre de su padre; Leone por su parte, buscando argumentos de justificación a tan inexplicable comportamiento, acusa al hijo de Tiziano de haberse propasado con una criada de su casa y de haber sido en su día la causa de la negativa de su ayudante Pasqualigo de acompañarle a Milán.
También en este caso el escultor se libró del castigo pues la condena se limitó a una multa y al destierro temporal de la ciudad de Milán, sin que las cartas de Tiziano al Gobernador y al propio Felipe II solicitando un castigo mayor para el asesino tuvieran respuesta alguna.
Orazio Vecelio -al frente- con su padre y su hermano Cesar en la Alegoría de la Prudencia de Tiziano 1565 National Gallery. Londres
Llegados a este punto y volviendo a la escultura de autor anónimo que ha motivado esta entrada, quedan pocos caminos por recorrer que puedan conducirnos a algún resultado concluyente, pero el acercamiento nos sitúa en el entorno de los Leoni, tanto del padre Leone, por la semejanza con su propio autorretrato en la moneda de Andrea Doria, como del hijo Pompeo por la factura de la obra, aunque podría haber sido realizada por uno u otro, me inclino a pensar que pudiera ser obra de éste último, como modelo para una posible escultura de homenaje a su padre.
Es difícil delimitar en muchas de sus obras hasta donde llegó la mano del padre, que solía diseñar y realizar la primera parte de los trabajos, y donde empieza la del hijo, que solía ocuparse de su terminación. Como sabemos en ocasiones incluso firman sus esculturas de forma conjunta grabando en ellas el nombre de ambos y el año de ejecución:
LEO • P • POMPE • F • ARET • F •1564,
(LEO • P[ater] • Pompe[o] • F[ilio] • ARET[ini] • F[ecerunt] •1564)
(LEO • P[ater] • Pompe[o] • F[ilio] • ARET[ini] • F[ecerunt] •1564)
Muy interesante!!!!
ResponderEliminar