Corre el año 1855, la Academia de Dibujo y Pintura de Manila, refundada solo cinco años antes, está dirigida por Manuel de la Cortina Espinosa, su segundo director, sobrino de un destacado jurista español del mismo nombre (retratado por Federico Madrazo), que había llegado a Filipinas como funcionario de la Secretaría de Gobierno (AHN. Ultramar, 2344, N.63).
Manuel de la Cortina, que había sido nombrado director interino de la Academia en 1853 tras una etapa de asistente al primer director, conocía sus carencias y entre ellas la total ausencia de modelos para el aprendizaje de los alumnos que debían iniciar las clases de colorido, lo que constituía una necesidad de primer orden para seguir progresando.
Manuel de la Cortina, que había sido nombrado director interino de la Academia en 1853 tras una etapa de asistente al primer director, conocía sus carencias y entre ellas la total ausencia de modelos para el aprendizaje de los alumnos que debían iniciar las clases de colorido, lo que constituía una necesidad de primer orden para seguir progresando.
Detalle de Joven con una rosa en la mano de Guido Reni. MNP.
Una de las obras elegidas por la Academia como modelo de Color
La Junta de Comercio, financiadora y responsable del funcionamiento de la Academia, decide retomar una iniciativa que ya había intentado sin éxito unos años antes otro miembro de la misma, Mariano Roxas quien en 1848, dos años antes de la puesta en marcha de la Academia, estando en Madrid, se dirige a través de una carta a la Dirección General de Ultramar para que se autorice a la Junta a invertir "la suma de 30.000 duros" en la adquisición de obras al objeto de formar un museo al servicio de la enseñanza de la pintura en Manila. Desde el Ministerio se deriva la petición al Gobernador General de las Islas, Narciso Clavería, quien a su vez comunica a la Junta de Comercio "que aun no era el tiempo a propósito para la creación del Museo" y pospone su realización para "cuando los adelantos de la Escuela de Pintura lo exijan". (AHN, Ultramar, 432, Exp.19).
Llegado ese momento, cuando los alumnos de la Academia, tras dos cursos de funcionamiento, ya han recorrido los niveles elementales de aprendizaje y deben llegar a las clases de "color", se hace evidente la necesidad de disponer de modelos para su práctica y perfeccionamiento, la Junta inicia de nuevo los tramites para adquirir las obras-modelo. La maquinaria burocrática, especialmente lenta en el caso de Filipinas por los dilatados tiempos que requieren las comunicaciones entre la islas y la metrópoli, se pone en funcionamiento.
Tras un primer intento en que se solicita de la Reina la donación de algunos lienzos originales de los que se encuentran en el palacio real de Madrid, la administración de patrimonio sugiere la idea de realizar copias de obras maestras del Real Museo de Pinturas para dicho propósito, añadiendo que la propia Junta de Comercio debía sufragar el gasto. Esta inicia el procedimiento para la adquisición de obras contando ahora con el impulso del director de la Academia.
A través de los cauces administrativos obligados, en julio de 1855 la Junta se dirige al gobernador de las Islas, Manuel Crespo, si bien, será Ramón Montero, su segundo cabo, y después, también gobernador, quien se encargara del asunto.
Desde el gobierno filipino se dirigen a continuación al Ministro de Estado encargado de Ultramar. (AHN/16/Ultramar 435, Exp.29)
Llegado ese momento, cuando los alumnos de la Academia, tras dos cursos de funcionamiento, ya han recorrido los niveles elementales de aprendizaje y deben llegar a las clases de "color", se hace evidente la necesidad de disponer de modelos para su práctica y perfeccionamiento, la Junta inicia de nuevo los tramites para adquirir las obras-modelo. La maquinaria burocrática, especialmente lenta en el caso de Filipinas por los dilatados tiempos que requieren las comunicaciones entre la islas y la metrópoli, se pone en funcionamiento.
Tras un primer intento en que se solicita de la Reina la donación de algunos lienzos originales de los que se encuentran en el palacio real de Madrid, la administración de patrimonio sugiere la idea de realizar copias de obras maestras del Real Museo de Pinturas para dicho propósito, añadiendo que la propia Junta de Comercio debía sufragar el gasto. Esta inicia el procedimiento para la adquisición de obras contando ahora con el impulso del director de la Academia.
A través de los cauces administrativos obligados, en julio de 1855 la Junta se dirige al gobernador de las Islas, Manuel Crespo, si bien, será Ramón Montero, su segundo cabo, y después, también gobernador, quien se encargara del asunto.
Los tres gobernadores que participan en el proceso de adquisición de modelos
De izq. a dcha.: Narciso Clavería (Anónimo-MNP), Manuel Crespo (Anónimo) y Ramón Montero (A. Malantic-MNP)
Desde el gobierno filipino se dirigen a continuación al Ministro de Estado encargado de Ultramar. (AHN/16/Ultramar 435, Exp.29)
Del Exmo. Sr. Gral. D. Ramón Montero, 2º Cabo, al Exmo. Sr. Ministro de Estado encargado de la Dirección Gral. de Ultramar. Manila 4 de agosto de 1855
"La Junta de Comercio de esta capital me ofició en 14 de Julio último, manifestándome los grandes adelantos que se notaban en los alumnos de la Academia de dibujo y pintura establecida en esta Capital y que el Director de la misma había expuesto ser indispensable el que a falta de otra cosa se formase una colección de buenas copias de algunas de las obras maestras que contiene ese Real Museo para que en ellas pudiesen estudiar los discípulos que habían llegado al colorido y que se encontraban, por falta de originales, imposibilitados de continuar, ni de hacer estudios de ninguna especie con que poder llegar al adelantamiento que se requiere. …"
La Junta de Comercio asigna 1.000 pesos (20.000 reales) para sufragar la realización de las copias. El Ministerio, aprueba el gasto pero recomienda que se asigne la misma cantidad durante algunos años, para poder adquirir un número suficiente de modelos.
Del Dr. General de Ultramar al Gobernador C. G. de Filipinas. Madrid 7 de Noviembre de 1855
"Enterada la Reyna (q.D.g.) de la carta de V. E. de 4 de agosto del corriente año manifestando que la Academia de dibujo y pintura de esa capital carece de modelos para los alumnos, S.M. se ha dignado autorizar a la Junta de Comercio para que invierta de sus fondos la cantidad de mil pesos en adquirir copias de algunos cuadros del Real Museo de esta Corte con el indicado objeto". Termina indicando el escrito "que la mencionada Junta destine una cantidad anual al expresado objeto para que en el transcurso de algunos años pueda formar una mediana colección..." y que la cantidad aprobada y las que en lo sucesivo se designen, "se pongan a disposición de la Real Academia de San Fernando."
Aceptada la propuesta, la Dirección General de Ultramar continúa su tramitación enviándola para su ejecución a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La Academia, presidida en ese momento por Ángel Saavedra, Duque de Rivas (1761-1865), recibe el encargo y se muestra dispuesta a llevarlo a cabo. Su secretario, Eugenio de la Cámara (1815-1883) es quien se ocupa de comunicar los detalles para la realización del encargo.
Aceptada la propuesta, la Dirección General de Ultramar continúa su tramitación enviándola para su ejecución a la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La Academia, presidida en ese momento por Ángel Saavedra, Duque de Rivas (1761-1865), recibe el encargo y se muestra dispuesta a llevarlo a cabo. Su secretario, Eugenio de la Cámara (1815-1883) es quien se ocupa de comunicar los detalles para la realización del encargo.
Izq. Retrato del Duque de Rivas por Gabriel Maureta h.1881, según Lit. de F. Madrazo MNP
Der,: Retrato de D. Eugenio A. de la Cámara, por F. Mendoza. 1866, RABASF
Del Secretario Gral. de la Academia de Nobles Artes de San Fernando, D. Eugenio de la Cámara, al Ilmo. Sr. Director Gral. de Ultramar. Madrid 11 de diciembre de 1855.
"Enterada esta Academia de la Real Orden que se le ha dirigido al Gobernador Capitán General de Filipinas autorizando a la Junta de Comercio de aquella capital para que invierta de sus fondos la cantidad de mil pesos en adquirir copias de algunos cuadros del Museo de esta Corte para que sirvan de modelos para los alumnos de la Academia; .../... la Academia ha designado los catorce cuadros que aparecen en la adjunta relación en la que se manifiesta también la cantidad que ha de abonarse por cada cuadro y el sujeto que ha de copiarle...."
LA RELACIÓN DE OBRAS Y PINTORES
La Academia elabora la relación de las catorce pinturas a copiar en el Real Museo de Pintura y Escultura, incluyendo los catorce pintores designados para su realización y el coste asignado a cada uno de ellos. La selección de los lienzos así como de los copistas estudiantes "que habían dado pruebas de su talento e industria" se realizó en colaboración con el director de la Escuela de Manila, Manuel Cortina, quien se había trasladado a Madrid para impulsar esta tarea para lo cual había obtenido un permiso de dieciocho meses renunciando a la mitad de su sueldo.
1. MURILLO. La Concepción grande con un grupo de ángeles a los pies.
Copista: Antonio Torres (Alumno, 1850-1854) - Precio: 3.500 reales.
Poco se conoce de este pintor a pesar de estar entre los mejor considerados por la Academia a juzgar por el ofrecimiento que se le hace de copiar uno de los dos cuadros más valorados del lote. Sabemos de él únicamente que fue alumno de la Academia de San Fernando entre 1850 y 1853 donde figura en las clases de Colorido y Composición de José Madrazo, compañero de pintores que luego alcanzaron justa fama como Gisbert, Casado o Alejo Vera y varios de los copistas elegidos para esta tarea.
2. MURILLO. La Sacra Familia, conocido por el cuadro del gilguerillo (sic)
Copista: Carlos Mª Esquivel (1830-1867) - Precio: 3.500 realesLa Academia elabora la relación de las catorce pinturas a copiar en el Real Museo de Pintura y Escultura, incluyendo los catorce pintores designados para su realización y el coste asignado a cada uno de ellos. La selección de los lienzos así como de los copistas estudiantes "que habían dado pruebas de su talento e industria" se realizó en colaboración con el director de la Escuela de Manila, Manuel Cortina, quien se había trasladado a Madrid para impulsar esta tarea para lo cual había obtenido un permiso de dieciocho meses renunciando a la mitad de su sueldo.
(AHN/16/Ultramar 435, Exp.29)
Copista: Antonio Torres (Alumno, 1850-1854) - Precio: 3.500 reales.
Poco se conoce de este pintor a pesar de estar entre los mejor considerados por la Academia a juzgar por el ofrecimiento que se le hace de copiar uno de los dos cuadros más valorados del lote. Sabemos de él únicamente que fue alumno de la Academia de San Fernando entre 1850 y 1853 donde figura en las clases de Colorido y Composición de José Madrazo, compañero de pintores que luego alcanzaron justa fama como Gisbert, Casado o Alejo Vera y varios de los copistas elegidos para esta tarea.
2. MURILLO. La Sacra Familia, conocido por el cuadro del gilguerillo (sic)
El elegido para copiar esta obra, la segunda por el valor adjudicado, es ni más ni menos que el hijo de Antonio Mª Esquivel, pintor cuyo nombre nos resulta conocido en buena parte por dicho parentesco. Aprende el oficio con su padre y luego ingresa en la Academia como alumno aventajado. Probablemente en la época que se le encarga la copia ya había terminado sus estudios en la Academia donde aparece matriculado por última vez en 1850.
Continúa su formación en París donde será alumno de León Cogniet. Tambien residirá dos años en Roma (1858-1859) junto a su amigo el pintor Rosales. Para la Serie cronológica de Reyes de España realiza tres obras: Favila. Egica y Alarico II
En 1857 fue nombrado profesor Anatomía pictórica de la Academia, puesto en el que sustituyó a su padre y que desempeñó hasta su prematura muerte en Madrid con 37 años.
Continúa su formación en París donde será alumno de León Cogniet. Tambien residirá dos años en Roma (1858-1859) junto a su amigo el pintor Rosales. Para la Serie cronológica de Reyes de España realiza tres obras: Favila. Egica y Alarico II
En 1857 fue nombrado profesor Anatomía pictórica de la Academia, puesto en el que sustituyó a su padre y que desempeñó hasta su prematura muerte en Madrid con 37 años.
3. José de RIBERA. La Escala de Jacob
Copista: Agustín Sáez Glanadell (1828- 1891) - Precio: 3.000 reales
La obra El Sueño, o la Escala de Jacob es asignada al pintor Agustín Sáez de Lorca (Murcia) que sigue los estudios de pintura en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid donde figura matriculado desde 1845 hasta 1857, siendo alumno de José de Madrazo y Juan Antonio Ribera. Aunque participó en diversas exposiciones nacionales, solamente conocemos una obra suya de esta época que es el Retrato del Rey godo Tulga que le encarga su maestro, director del Museo de Pinturas, para formar parte de la Serie Cronológica de los Reyes de España. En 1856 participa sin éxito en el concurso para la pensión de Roma y en 1857 se traslada a Manila para dirigir la Academia de Pintura, para cuya selección fue tenida en cuenta la copia que había realizado de esta obra. El hecho de recibir uno de los estipendios más altos por esta tarea nos indica que era tenido en buena consideración.
4. ALONSO CANO. La virgen adorando a su divino hijo tendido en el regazo.
Copista: Carlos Múgica (1821-1892) - Precio: 2.000 reales
Esta copia se asigna al pintor riojano ya consagrado Carlos Múgica y Pérez que fue discípulo de Inocencio Borghini y de la Academia de San Fernando entre 1841 y 1847. Fue a estudiar a Roma a sus expensas en 1848, y a su regreso colabora con Carlos Luis Ribera, en la pintura del techo del salón de sesiones del Congreso do los Diputados. Realiza los retratos de doña Urraca de León y Castilla y de Fernando II para la serie cronológica de los reyes de España. Realizó numerosas obras, participó en exposiciones nacionales. Fue profesor de dibujo, teniendo como alumnos a Francés, Herrer, Buschell y Flores entre otros. De él dice Osorio y Bernard que era de trato afabilísimo y vasta ilustración, especialmente en las Bellas Artes, consecuente en sus amistades y cumplido caballero.
5. VELÁZQUEZ, Retrato de Felipe IV joven en traje de cazador
Copista: Juan Barroeta y Anguisolea (1835 - 1906) - Precio: 1.500 reales
Hijo de pintor, el bilbaino Barroeta entró desde niño en el mundo del arte. Estudia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y con Federico Madrazo, por quien estuvo muy protegido e influenciado. Fue amigo de Vicente Palmaroli y Casado del Alisal. Concursó en dos ocasiones para obtener pensión de estudios en Roma, al no conseguirlo se vuelve a Bilbao donde desarrolla una exitosa carrera especialmente como retratista de la burguesía vasca, como su maestro, aunque también realiza paisajes y pintura decorativa. Para la Serie cronológica de los reyes de España realizó en 1865 los retratos de Chindasvinto y Leovigildo.
7. MURILLO Santiago Apóstol, media figura
Copista: Juan Antonio Vera (1825-1905) - Precio 1.000 reales
El sevillano Juan Antonio Vera y Calvo será el encargado de copiar este magnífico Apóstol Santiago de Murillo. Inició sus estudios con Joaquín Domínguez Bécquer en en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, para pasar a continuación a la de San Fernando de Madrid. Amplía su formación en París con Léon Cogniet que completará posteriormente en Roma. Participó en numerosas exposiciones en las que llegó a alcanzar una tercera medalla en la edición de 1871. En 1864 intenta vender su obra más conocida, Mariana Pineda en capilla, al Museo Nacional pero es rechazado por no haber obtenido ninguna distinción en la exposición de 1862 en la que fue presentado. Posteriormente la obra será adquirida para el Congreso de los Diputados, donde se encuentra en la actualidad. El Museo del Prado dispone de cinco obras de este autor, tres de las cuales fueron depositadas por él mismo.
MURILLO San Francisco de Paula. Aparece entre nubes la palabra "Charitas"
Copista: Pablo Pardo (1829 - 1890) - Precio: 800 reales
El encargado de copiar esta obra es Pablo Pardo González, natural de Budia (Guadalajara), Estudia en la Academia de San Fernando donde es alumno del pintor de cámara Vicente Lopez Portaña. En 1851 recibe una pensión de S.M. "al aplicado joven Pablo Pardo, uno de los discípulos de Sr. López que más esperanzas prometen en el bello arte de la pintura". (La Esperanza 27.6.1851, p.4). Participa en exposiciones nacionales recibiendo diversas menciones honoríficas. Profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid; el Museo del Prado conserva una obra suya, "El viático de santa Teresa", comprada por el Gobierno en 1876 por 1.500 pts. que estuvo depositada en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy, en Salamanca, hasta 1990.
Dos obras poco conocidas suyas se encuentran en la iglesia de las Descalzas reales. Se trata de los retratos de las hermanas de Felipe II, la emperatriz María, viuda de Maximiliano de Austria, con hábito, y la fundadora, Juana de Austria vestida de negro, que fueron realizados por encargo de la abadesa con el fin de reemplazar otros dos análogos que se quemaron en el incendio que destruyó la iglesia en 1862 y se encuentran situados a derecha e izquierda del altar mayor. (El Pensamiento Español 13.7.1863 p.4)
9. MURILLO El niño Dios dormido sobre la cruz
Copista: Alfredo Perea (1839-1895) - Precio: 600 reales
Esta obra, que en la actualidad se encuentra depositada por el Museo del Prado en la Embajada de España en Buenos Aires, es encargada al madrileño Alfredo Perea y Fernández de Rojas, pintor e ilustrador, hermano del dibujante Daniel Perea.
Discípulo de la Academia de San Fernando en la década de los 50, en 1860 se presentó a la Exposición de Bellas Artes con un cuadro de asunto histórico, Felipe II implorando el auxilio de la Divina Majestad, por el que obtuvo una mención honorífica. Se traslada a París con el dinero ganado en un premio de lotería y allí continúa un año más sus estudios en la Academia Imperial.
Es más recordado en su faceta de ilustrador y grabador, realizando innumerables dibujos para revistas y publicaciones periódicas, aunque también realiza pintura de género y sobre todo sobresale en la técnica de la acuarela.
10. TIZIANO, Salomé con la cabeza del Bautista de medio cuerpo
Copista: Carlos Larraz (1830 - 1892) - Precio: 600 reales
Esta obra es asignada al zaragozano Carlos Larraz y Micheto que realizó los primeros estudios en la Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza para pasar posteriormente a la de San Fernando de Madrid desde donde se traslada a París para ampliar estudios con el pintor de género Thomas Couture. Aunque regresa a Madrid, en 1861 volverá a Zaragoza al ser nombrado profesor de su Escuela de Bellas Artes. El Museo del Prado conserva dos obras de este autor, una Mujer manchega rezando, que obtuvo un premio de 3ª clase en la Exposición de 1856 y otra de carácter histórico titulada Prisión de Lanuza, que obtuvo una mención honorífica de 1ª clase en 1858 por lo que fue adquirida por el Gobierno por 14.000 reales .
11. MURILLO, La Concepción rodeada de querubines
Copista: José Tolosa i Ortells (1838? - 1879) - Precio: 600 reales
Pintor y litógrafo nacido en Ávila, estudia en la Academia de San Fernando, a principios de la década de los 50. Presentó su primer cuadro original Jesús servido por tres ángeles en la Exposición de la Academia de 1849. José Tolosa realizó algunos retratos litográficos para la obra Estado Mayor del Ejército (1850), asistió al Museo del Prado como copista entre 1864 y 1869 y realizó diversas litografías para la obra Crónica General de España. Posteriormente se establecerá en Málaga, donde murió en 1879.
12. RIVERA, San Bartolomé Apóstol, busto con manos
Copista: Benito Mercadé (1821-1897) - Precio 500 reales
Originario de La Bisbal del Ampurdán (Gerona) con diecisiete años se traslada a Barcelona, iniciándose en diversos aprendizajes, como zapatero, pintor ornamentista en la Lonja y también se dedica al daguerrotipo. En 1853 asiste en Madrid a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde tuvo como maestro a Carlos Luis de Ribera y Fieve y donde realiza cuadros de historia.
Participa en Exposiciones nacionales recibiendo diversos reconocimientos. Consigue el gran premio en la Exposición de París de 1866 con la Traslación de San Francisco de Asís, que fue también primera medalla en la Exposición española 1867, obra adquirida a su autor de quien el Museo del Prado conserva cinco obras de carácter histórico-religioso. Falleció en Barcelona en 1897.
13. RIVERA, Santo Tomás Apóstol, busto con manos
Copista: Ventura Castelaro - Precio 400 reales
Buenaventura Enrique Castelaro era hijo del pintor madrileño José Castelaro y Perea (1800-1873) que se había jubilado en 1865 al quedarse ciego. Ventura estudia en la Academia de San Fernando entre los años 1850 y 1853 y durante su formación también es asiduo copista del Real Museo de Pintura..
14. GUIDO RENI, Busto de una joven con una rosa en la mano
Copista: Alejo Vera (1834-1923), Precio 400 reales
El pintor alcarreño Alejo Vera y Estaca (que aparece aquí retratado por su discípulo Juan Luna) fue alumno de la Academia de San Fernando gracias a una beca de la Diputación de Guadalajara, y se formó también en el estudio de Federico Madrazo.
Gracias a la ayuda del banquero mecenas José Miranda pudo continuar sus estudios en Italia en 1860 donde pintó el Entierro de San Lorenzo, que fue premiada con una medalla de 1ª clase la Exposición Nacional de 1862.
Ya siendo un pintor consagrado, con 43 años, solicitó la pensión de la Academia de España en Roma, donde realizó su obra de tema histórico más célebre, Numancia, que logró de nuevo una 1ª medalla en la Exposición de 1881. Ambas obras forman parte de la colección del Museo del Prado que posee siete obras de este artista incluyendo el retrato del rey Walia de la serie cronológica de los reyes de España.
Fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en 1891 es nombrado Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, puesto que ocupó durante seis años hasta fines de 1898, momento en que regresa a España.
CONCLUSIONES
Son muchos los elementos que resultan curiosos en esta selección tanto por las obras, como por los pintores elegidos para formar este pequeño conjunto de pinturas que debían servir de modelos en las clases de "Colorido" a los alumnos de la Academia de Dibujo y Pintura de Manila.
Las obras
Lo primero que llama la atención es el predominio del tema religioso sobre el profano: Diez obras son de carácter religioso y todas ellas de pintores españoles, con un claro predominio de Murillo (6), seguido de Ribera (3) y Alonso Cano (1). De las cuatro obras restantes del grupo seleccionado, dos son de Velázquez, y en este caso se trata de retratos de corte. Solamente las dos últimas obras elegidas son de pintores italianos, una famosa Salomé de Tiziano y una desconocida Joven con una flor de Guido Reni, y ello a pesar de los grandes tesoros de pintura italiana y europea que posee el Real Museo.
Esta selección pone en evidencia el mantenimiento de ideas preconcebidas sobre los intereses artístico-culturales de la sociedad filipina, considerando que su principal afición artística pasa por la pintura religiosa, como de hecho ocurría hasta principios del Siglo XIX. Los académicos españoles parecen ignorar la evolución que se produce en el ámbito artístico del archipiélago a partir de la creación de la primera escuela de pintura (1821) y en especial a partir de la segunda mitad del siglo gracias a la mejora de las comunicaciones que permite un mayor intercambio cultural y artístico entre el archipiélago y la metrópoli que cristaliza con la creación de la Academia de Dibujo y Pintura, que se pone en marcha en 1850 a semejanza de las peninsulares.
Los Pintores
En cuanto a los pintores el repaso de la lista de seleccionados no puede menos que recordarnos la gran influencia de dos familias claves en el mundillo artístico madrileño: los Madrazo y los Ribera. Su situación en la jerarquía de las instituciones artísticas, el Real Museo de Pintura y Escultura (dirigido por José Madrazo) y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (con ambas familias representadas tanto por el padre como por el hijo, ocupando puestos clave) les permite influir en todas las decisiones de índole artística, tengan o no fines lucrativos.
La mayor parte de los pintores elegidos son alumnos que están finalizando sus estudios en la Academia (Agustín Sáez, Alfredo Perea, Carlos Mª Esquivel, Juan Barroeta, Pablo Pardo, Alejo Vera, Antonio Torres, Ventura Castelaro y José Tolosa) otros lo han hecho más o menos recientemente, es de suponer que la selección de los copistas fuera realizada, o al menos supervisada, por los dos grandes maestros de la Academia, Federico Madrazo y Carlos María Ribera y su influencia es visible en el grupo seleccionado.
Algunos de los seleccionados parecen provenir del ámbito Ribera, ya que se trata de discípulos presentes o pasados, como es el caso de Mercadé o de Carlos Mugica, pintor ya consagrado que colabora en ese tiempo con Ribera en la pintura del techo del salón de sesiones del Congreso de los Diputados. Puede que alguno de los elegidos estuviera bien relacionado con ambos pero se evidencia una mayor presencia del sector que podríamos definir de influencia Madrazo, ya que varios de los seleccionados para realizar las copias de las obras-modelo para la Academia de Manila, también habían sido elegidos para realizar retratos de la Serie cronológica de los reyes de España: Carlos Mª Esquivel (2) Agustín Sáez (1) Carlos Mugica (1), Juan Barroeta (2), Eduardo Gimeno (1), Alejo Vera (1), o Jose Castelaro, padre de Ventura Castelaro (1).
La posibilidad de poder favorecer a unos o a otros en estas asignaciones se confirma en la carta que José de Madrazo dirige a su hijo Luis en la que acusa recibo de la recomendación que le hace sobre el hijo de Esquivel.
6. VELÁZQUEZ Retrato de D. Fernando de Austria, joven, en traje de cazador
Copista: Eduardo Gimeno (1838-1868) - Precio 1.500 reales
El madrileño Eduardo Gimeno Canencia se inicia en la pintura con su padre, el pintor Vicente Gimeno, que muere dejando a su hijo de 22 años al cargo de la familia. Ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Debió ser un alumno aventajado ya que se le asigna la realización de la copia con diecisiete años. En este tiempo acudía asiduamente como "copiante" al Museo Nacional junto a su hermano Ricardo. Es pintor de historia, de cuadros religiosos y de temas literarios. Concurre habitualmente a las Exposiciones nacionales obteniendo menciones honoríficas en varias ocasiones, la última en 1866 con la obra La noche de Reyes que fue adquirido por el Gobierno y hoy pertenece al Museo del Prado. Antes de los veinte años, hacia 1857, pinta el Retrato de Alfonso X para la serie cronológica de los reyes de España. La muerte le sorprendió a los 30 años cuando estaba grabando al agua fuerte los frescos de Goya dela Casa del Sordo.7. MURILLO Santiago Apóstol, media figura
Copista: Juan Antonio Vera (1825-1905) - Precio 1.000 reales
El sevillano Juan Antonio Vera y Calvo será el encargado de copiar este magnífico Apóstol Santiago de Murillo. Inició sus estudios con Joaquín Domínguez Bécquer en en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, para pasar a continuación a la de San Fernando de Madrid. Amplía su formación en París con Léon Cogniet que completará posteriormente en Roma. Participó en numerosas exposiciones en las que llegó a alcanzar una tercera medalla en la edición de 1871. En 1864 intenta vender su obra más conocida, Mariana Pineda en capilla, al Museo Nacional pero es rechazado por no haber obtenido ninguna distinción en la exposición de 1862 en la que fue presentado. Posteriormente la obra será adquirida para el Congreso de los Diputados, donde se encuentra en la actualidad. El Museo del Prado dispone de cinco obras de este autor, tres de las cuales fueron depositadas por él mismo.
MURILLO San Francisco de Paula. Aparece entre nubes la palabra "Charitas"
El encargado de copiar esta obra es Pablo Pardo González, natural de Budia (Guadalajara), Estudia en la Academia de San Fernando donde es alumno del pintor de cámara Vicente Lopez Portaña. En 1851 recibe una pensión de S.M. "al aplicado joven Pablo Pardo, uno de los discípulos de Sr. López que más esperanzas prometen en el bello arte de la pintura". (La Esperanza 27.6.1851, p.4). Participa en exposiciones nacionales recibiendo diversas menciones honoríficas. Profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid; el Museo del Prado conserva una obra suya, "El viático de santa Teresa", comprada por el Gobierno en 1876 por 1.500 pts. que estuvo depositada en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy, en Salamanca, hasta 1990.
Dos obras poco conocidas suyas se encuentran en la iglesia de las Descalzas reales. Se trata de los retratos de las hermanas de Felipe II, la emperatriz María, viuda de Maximiliano de Austria, con hábito, y la fundadora, Juana de Austria vestida de negro, que fueron realizados por encargo de la abadesa con el fin de reemplazar otros dos análogos que se quemaron en el incendio que destruyó la iglesia en 1862 y se encuentran situados a derecha e izquierda del altar mayor. (El Pensamiento Español 13.7.1863 p.4)
Copista: Alfredo Perea (1839-1895) - Precio: 600 reales
Esta obra, que en la actualidad se encuentra depositada por el Museo del Prado en la Embajada de España en Buenos Aires, es encargada al madrileño Alfredo Perea y Fernández de Rojas, pintor e ilustrador, hermano del dibujante Daniel Perea.
Discípulo de la Academia de San Fernando en la década de los 50, en 1860 se presentó a la Exposición de Bellas Artes con un cuadro de asunto histórico, Felipe II implorando el auxilio de la Divina Majestad, por el que obtuvo una mención honorífica. Se traslada a París con el dinero ganado en un premio de lotería y allí continúa un año más sus estudios en la Academia Imperial.
Es más recordado en su faceta de ilustrador y grabador, realizando innumerables dibujos para revistas y publicaciones periódicas, aunque también realiza pintura de género y sobre todo sobresale en la técnica de la acuarela.
Copista: Carlos Larraz (1830 - 1892) - Precio: 600 reales
Esta obra es asignada al zaragozano Carlos Larraz y Micheto que realizó los primeros estudios en la Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza para pasar posteriormente a la de San Fernando de Madrid desde donde se traslada a París para ampliar estudios con el pintor de género Thomas Couture. Aunque regresa a Madrid, en 1861 volverá a Zaragoza al ser nombrado profesor de su Escuela de Bellas Artes. El Museo del Prado conserva dos obras de este autor, una Mujer manchega rezando, que obtuvo un premio de 3ª clase en la Exposición de 1856 y otra de carácter histórico titulada Prisión de Lanuza, que obtuvo una mención honorífica de 1ª clase en 1858 por lo que fue adquirida por el Gobierno por 14.000 reales .
11. MURILLO, La Concepción rodeada de querubines
Copista: José Tolosa i Ortells (1838? - 1879) - Precio: 600 reales
Pintor y litógrafo nacido en Ávila, estudia en la Academia de San Fernando, a principios de la década de los 50. Presentó su primer cuadro original Jesús servido por tres ángeles en la Exposición de la Academia de 1849. José Tolosa realizó algunos retratos litográficos para la obra Estado Mayor del Ejército (1850), asistió al Museo del Prado como copista entre 1864 y 1869 y realizó diversas litografías para la obra Crónica General de España. Posteriormente se establecerá en Málaga, donde murió en 1879.
12. RIVERA, San Bartolomé Apóstol, busto con manos
Copista: Benito Mercadé (1821-1897) - Precio 500 reales
Originario de La Bisbal del Ampurdán (Gerona) con diecisiete años se traslada a Barcelona, iniciándose en diversos aprendizajes, como zapatero, pintor ornamentista en la Lonja y también se dedica al daguerrotipo. En 1853 asiste en Madrid a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde tuvo como maestro a Carlos Luis de Ribera y Fieve y donde realiza cuadros de historia.
Participa en Exposiciones nacionales recibiendo diversos reconocimientos. Consigue el gran premio en la Exposición de París de 1866 con la Traslación de San Francisco de Asís, que fue también primera medalla en la Exposición española 1867, obra adquirida a su autor de quien el Museo del Prado conserva cinco obras de carácter histórico-religioso. Falleció en Barcelona en 1897.
13. RIVERA, Santo Tomás Apóstol, busto con manos
Copista: Ventura Castelaro - Precio 400 reales
Buenaventura Enrique Castelaro era hijo del pintor madrileño José Castelaro y Perea (1800-1873) que se había jubilado en 1865 al quedarse ciego. Ventura estudia en la Academia de San Fernando entre los años 1850 y 1853 y durante su formación también es asiduo copista del Real Museo de Pintura..
14. GUIDO RENI, Busto de una joven con una rosa en la mano
Copista: Alejo Vera (1834-1923), Precio 400 reales
Gracias a la ayuda del banquero mecenas José Miranda pudo continuar sus estudios en Italia en 1860 donde pintó el Entierro de San Lorenzo, que fue premiada con una medalla de 1ª clase la Exposición Nacional de 1862.
Ya siendo un pintor consagrado, con 43 años, solicitó la pensión de la Academia de España en Roma, donde realizó su obra de tema histórico más célebre, Numancia, que logró de nuevo una 1ª medalla en la Exposición de 1881. Ambas obras forman parte de la colección del Museo del Prado que posee siete obras de este artista incluyendo el retrato del rey Walia de la serie cronológica de los reyes de España.
Fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en 1891 es nombrado Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, puesto que ocupó durante seis años hasta fines de 1898, momento en que regresa a España.
CONCLUSIONES
Son muchos los elementos que resultan curiosos en esta selección tanto por las obras, como por los pintores elegidos para formar este pequeño conjunto de pinturas que debían servir de modelos en las clases de "Colorido" a los alumnos de la Academia de Dibujo y Pintura de Manila.
Las obras
Lo primero que llama la atención es el predominio del tema religioso sobre el profano: Diez obras son de carácter religioso y todas ellas de pintores españoles, con un claro predominio de Murillo (6), seguido de Ribera (3) y Alonso Cano (1). De las cuatro obras restantes del grupo seleccionado, dos son de Velázquez, y en este caso se trata de retratos de corte. Solamente las dos últimas obras elegidas son de pintores italianos, una famosa Salomé de Tiziano y una desconocida Joven con una flor de Guido Reni, y ello a pesar de los grandes tesoros de pintura italiana y europea que posee el Real Museo.
Esta selección pone en evidencia el mantenimiento de ideas preconcebidas sobre los intereses artístico-culturales de la sociedad filipina, considerando que su principal afición artística pasa por la pintura religiosa, como de hecho ocurría hasta principios del Siglo XIX. Los académicos españoles parecen ignorar la evolución que se produce en el ámbito artístico del archipiélago a partir de la creación de la primera escuela de pintura (1821) y en especial a partir de la segunda mitad del siglo gracias a la mejora de las comunicaciones que permite un mayor intercambio cultural y artístico entre el archipiélago y la metrópoli que cristaliza con la creación de la Academia de Dibujo y Pintura, que se pone en marcha en 1850 a semejanza de las peninsulares.
Los Pintores
En cuanto a los pintores el repaso de la lista de seleccionados no puede menos que recordarnos la gran influencia de dos familias claves en el mundillo artístico madrileño: los Madrazo y los Ribera. Su situación en la jerarquía de las instituciones artísticas, el Real Museo de Pintura y Escultura (dirigido por José Madrazo) y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (con ambas familias representadas tanto por el padre como por el hijo, ocupando puestos clave) les permite influir en todas las decisiones de índole artística, tengan o no fines lucrativos.
La mayor parte de los pintores elegidos son alumnos que están finalizando sus estudios en la Academia (Agustín Sáez, Alfredo Perea, Carlos Mª Esquivel, Juan Barroeta, Pablo Pardo, Alejo Vera, Antonio Torres, Ventura Castelaro y José Tolosa) otros lo han hecho más o menos recientemente, es de suponer que la selección de los copistas fuera realizada, o al menos supervisada, por los dos grandes maestros de la Academia, Federico Madrazo y Carlos María Ribera y su influencia es visible en el grupo seleccionado.
Algunos de los seleccionados parecen provenir del ámbito Ribera, ya que se trata de discípulos presentes o pasados, como es el caso de Mercadé o de Carlos Mugica, pintor ya consagrado que colabora en ese tiempo con Ribera en la pintura del techo del salón de sesiones del Congreso de los Diputados. Puede que alguno de los elegidos estuviera bien relacionado con ambos pero se evidencia una mayor presencia del sector que podríamos definir de influencia Madrazo, ya que varios de los seleccionados para realizar las copias de las obras-modelo para la Academia de Manila, también habían sido elegidos para realizar retratos de la Serie cronológica de los reyes de España: Carlos Mª Esquivel (2) Agustín Sáez (1) Carlos Mugica (1), Juan Barroeta (2), Eduardo Gimeno (1), Alejo Vera (1), o Jose Castelaro, padre de Ventura Castelaro (1).
La posibilidad de poder favorecer a unos o a otros en estas asignaciones se confirma en la carta que José de Madrazo dirige a su hijo Luis en la que acusa recibo de la recomendación que le hace sobre el hijo de Esquivel.
(En tu última me recomiendas al hijo de Esquivel y en cuanto llegue le proporcionaré el pintar algunos de los Reyes Godos, reservándote a ti para la vuelta un par de ellos, sin olvidarme de Montañés para quien tengo designados otros dos...)
Carta de José Madrazo a su hijo Luis. 27 junio 1855 Archivo MNP.
Lo cierto es que Carlos María Esquivel termina realizando cuatro de los personajes de la serie: Favila, Egica, Theudio y Alarico II, mientras a Luis de Madrazo se le reservan los personajes principales de Isabel La Católica y Don Pelayo y a Bernardino Montañés, tercero de los mencionados en la carta y gran amigo de los Madrazo, se le encargaron nada menos que cinco personajes de la serie: Fernando el Católico, Fruela I, Chintila, Sisenando y Gundemaro, lo que no deja de ser un reconocimiento y un impulso económico de mucha importancia.
Todo ello nos da una idea de la relación clientelar que dominaba las relaciones artísticas de la época y de la importancia y la capacidad de influencia que algunos de los artistas mencionados alcanzaron en su momento.
En cuanto al destino final de las obras, hay que pensar que finalmente se integraron en la Colección artística de la Academia de Manila, al menos Luciano P. R. Santiago en su estudio Philippine Academic Art: The Second Phase (1845-98) menciona la realizada por Agustín Sáez cuando habla de su contratación como director: "La Junta ya estaba familiarizada con su copia de la "Escala de Jacob" de Rivera, por la que le habían pagado una hermosa tarifa (3.000 reales) por recomendación de la Real Academia para su inclusión en la colección de Manila".
Todo ello nos da una idea de la relación clientelar que dominaba las relaciones artísticas de la época y de la importancia y la capacidad de influencia que algunos de los artistas mencionados alcanzaron en su momento.
En cuanto al destino final de las obras, hay que pensar que finalmente se integraron en la Colección artística de la Academia de Manila, al menos Luciano P. R. Santiago en su estudio Philippine Academic Art: The Second Phase (1845-98) menciona la realizada por Agustín Sáez cuando habla de su contratación como director: "La Junta ya estaba familiarizada con su copia de la "Escala de Jacob" de Rivera, por la que le habían pagado una hermosa tarifa (3.000 reales) por recomendación de la Real Academia para su inclusión en la colección de Manila".
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