sábado, 27 de marzo de 2021

CARLO ANTONIO PORPORATI

La identificación de un nombre en una estampa del Museo del Prado, me ha conducido hasta la obra del grabador turinés Carlo Antonio Porporati y su relación con la pintora Louise Elisabeth Vigée-Lebrun.

PORPORATI, INCISORE DEL RE DI SARDEGNA (1741 - 1816)

Carlo Antonio Porporati nació en Volvera, un pequeño pueblo cercano a Turín, el 18 de noviembre de 1741. Estudió arquitectura militar y diseño topográfico, tras lo cual entró a prestar sus servicios para el ejército piamontés en el taller de Topografía Real donde hacía los dibujos a pluma para los grabadores. 

Anónimo. Retrato del Grabador Porporati. (H.1768)
Ecole Nationale Supérieure des Beaux-Arts. París

Estando en una ocasión realizando el dibujo del plano del episodio histórico conocido como la "Sorpresa de Asti" (1746) para un grabador venido de Milán, este enfermó y por la urgencia del encargo Porporati tuvo que ocuparse también de hacer el grabado, con tan buenos resultados que obtuvo una beca para estudiar en París gracias a la intervención del ministro de Estado, el conde Bogino, ante el rey Carlo Emanuele III.

Vivió en París entre 1768 y 1773 donde se dedicó de modo concienzudo al estudio del oficio; haciendo visitas a la calcografía real, a las colecciones de estampas y a los estudios de los más famosos grabadores y asistiendo al taller de Juste Chevillet (1729-1802) hasta convertirse en un especialista en grabado. En una breve estancia en Turín, grabó el retrato del rey interpretando un dibujo del pintor de la corte Dupra, como homenaje de agradecimiento a su benefactor, por el que obtuvo una generosa gratificación, un aumento de salario y la libertad de dedicarse al buril.

De nuevo en París asistió a la escuela de Jacques Firmin Beauvarlet (1731-1797) y en ese tiempo entabló una gran amistad con el célebre pintor Greuze, de quien grabó su cuadro "La niña con el perro" que causó gran admiración por la magistral talla y por la extraordinaria riqueza de los medios tonos, y tuvo tal éxito que en ocasiones este grabado se vendió a un precio elevado.
La niña con el perro. J.B. Greuze  y Grabado de Porporati

En 1773 fue recibido como miembro de la Academia francesa con la presentación del grabado Susana en el baño a partir del cuadro de J.B. Santerre, obra con la que el pintor había sido admitido en la Academia en 1704. Actualmente la lámina de cobre de Porporati de 529 x 393 mm. se encuentra en la Calcografía del Louvre. Ese mismo año fue nombrado académico en Turín.
Antonio Carlo Porporati, Susana en el baño (1773) siguiendo la obra de Jean Baptiste Santerre (1704) Ambas obras en el Museo del Louvre

Louis Petit de Bachaumont, en sus Mémoires secrets, alaba un grabado de Porporati expuesto en el Salón de 1777 titulado La muerte de Abel. Está basado en una obra de Van der Werf que el grabador subtituló "Prima mors, primi parentes, primus luctus" en el que expresó de un modo intenso el miedo y la sorpresa de Adán y Eva ante el cadáver de su hijo, al tratarse de una situación que se producía por primera vez en la historia de la humanidad.

C.A. Porporati según Van der Werf , La muerte de Abel (1777)

Un grabado que se hizo famoso es el conocido como "La Zingarella" realizado por Porporati a partir de la Madonna del Coniglio de Correggio del Museo de Capodimonte en Nápoles, antes de que una concienzuda limpieza hiciera desaparecer de la obra algunos elementos añadidos en su momento por el propio pintor. En sus Diarios de Viaje, Valentín Carderera comenta: "En Rivoli compré la Singarella de Porporati" (19 de agosto de 1856).
La Madonna del coniglio o La Zingarella. Grabado de Porporati siguiendo la obra de Corregio (der.) del Museo Capodimonte - Nápoles

A partir de entonces los grabados que realizó no hicieron sino aumentar su fama: Venus acariciando el Amor de P. Batoni, El baño de Leda de Correggio, Le coucher de Jacques Van Loo, Maria Antonieta con una rosa en la mano de Louise Elisabeth Vigée-Le Brun; Garde à vous! (Cupido) de Angelica Kauffmann; los reyes de Cerdeña Carlo Emanuel de V. Blanseri (1771) y Vittorio Amedeo III de  D. Molinari (1775), Tancredo y Clorinda de Charles van Loo, Júpiter y Leda de Correggio, la Sacerdotisa compasiva de Esprit Antoine Gibelin, y otros.

C.A. Porporati: Garde a vous! de Angelica Kauffmann. 1790
Peint par Angélica Kauffmann - Gravé par Porporati, des Académies Royales de Paris et Turin. 
GARDE A VOUS !  
Dédié à Son Altesse  - Royale Marie Therèse, / Archiduchesse d'Autriche, - Duchesse d'Aoste. 
Libres, grands aujourd'hui, français! à mon Ecole, / vous allés Ennoblir un goût longtems frivole; / Si je vous Egarai, Je n'étois qu'un enfant; - Sans doute il faut aimer: Consacres votre vie, / Comme Jadis, aux Belles, aux arts ; mais avant / Aimés! aimés! servés et Sauvés la Patrie...Jbl. / 14 Juillet 1790. 
A Paris chez Daudet, Graveur, Quai des Ormes, maison de l'Horloger. / et chez Joubert, rue des Mathurins, aux deux Piliers d'or n°24. - Par son très Respectueux Serviteur Porporati. / (Tiré du Cabinet de S. Exc. M. le Prince Youssoupoff.) 

También grabó algunas planchas a la "maniera nera", un género muy poco tratado en Italia y realiza grabados de diseño propio de los que destacaremos el retrato de su hija Margherita
C. A. Porporati. Retrato de su hija (1790)

El propio Longhi le señaló como modelo de grabadores por "la precisión, la limpieza del corte, la virginidad del trabajo, la fusión y la transparencia de las tintas, la armonía del claroscuro, el equilibrio del artificio, y la constancia de estilo». (G. Longhi. La calcografía, Milán, 1830).

Fue nombrado grabador y conservador de estampas del rey y creó una escuela de grabado en Turín. En 1793 se traslada a Nápoles a petición de Vittorio Amadeo III para fundar una escuela de grabado. A su vuelta, en 1797 es nombrado responsable de la galería de Bellas Artes de Turín, ciudad en la que vivirá hasta su muerte en 1816.

LOUISE ELISABETH VIGÉE-LEBRUN

Louise Elisabeth Vigée Lebrun. Autorretrato. 1790

Elisabeth Vigée, nacida en París en 1755, era hija del pintor Louis Vigée que hacía retratos al pastel, y fue quien inició a su hija en la pintura. Cuando murió su padre tenía doce años, y su madre Jeanne Maissin pasó a ser su mentora acompañándola a menudo a que estudiara las pinturas del Palacio del Luxemburgo, donde conoció el claroscuro de Rubens, y al Palais-Royal donde pudo ver las de Jean Baptiste Greuze, de cuyas cabezas femeninas hizo numerosos estudios. Ella sintió desde niña la pasión de pintar, en su adolescencia ya hacía retratos de manera profesional y a los 15 años tenía ya su propio taller. El pintor de historia Doyen, su primer maestro, fue quien le enseñó la importancia del natural: "La nature est le premier de tous les maîtres". 

Su madre volvió a casarse con Jacques-François Le Sèvre con quien la pintora no tuvo buena relación, y en 1776 se casa en secreto con el marchante de arte Jean-Baptiste P. Lebrun. En contra de la costumbre, la pintora mantendrá su apellido uniéndolo al de su marido, quizás para no perder el reconocimiento que ya había adquirido con anterioridad. Lebrun era un conocido marchante, por lo que ella tuvo ocasión de estudiar muchas obras de arte que pasaron por sus manos. También se dice que sus contactos le permitieron hacer buenas ventas de sus obras, aunque todas las ganancias iban a las manos del marido que gastaba el dinero en su vida licenciosa. Su fama como retratista de miembros de la aristocracia le abrió las puertas de Versalles para retratar a la reina Mª Antonieta, de quien se convirtió en pintora asidua.  

En 1783 apoyada por Vernet y animada por el éxito de sus retratos, entre ellos los de María Antonieta, solicita ser admitida en la Academia. En un primer momento se rechaza su candidatura a causa de la profesión de marchante de su marido, aunque finalmente, ese mismo año será recibida como “Peintre de portrait et d’histoire”. La obra que presenta de recepción es “La Paix ramenant l’Abondance”, realizada en 1780.
L. E. Vigée Lebrun, La Paix ramenant l’Abondance, 1780. Museo del Louvre

Su estrecha relación con la corte y la aristocracia es la causa de que Elisabeth decida salir de Francia con su hija en 1789, dejando atrás a su marido que, preocupado por su seguridad durante la revolución, solicitó el divorcio. Salieron para el exilio gracias al pago de una obra que recibió en ausencia del marido, según cuenta en sus memorias: 
            "Une seule fois dans ma vie, au mois de septembre 1789, j'ai reçu le prix d'un portrait; c'était celui du Bailly de Crussol, qui m'envoya cent louis. Heureusement mon mari était absent, en sorte que je pus garder cette somme, qui, peu de jours après (le 5 octobre), me servit pour aller à Rome." (Souvenirs. Letre VII)

LA RELACIÓN CON EL GRABADOR PORPORATI 

La pintora y el grabador se habían conocido en París durante el pensionado de Porporati (1768 - 1783), donde amigos e intereses comunes facilitaron su relación. Coincidieron en las veladas musicales y literarias que se celebraban en el estudio de la pintora en el Hôtel Lubert donde se reunía la flor y nata de la ciudad, y ambos se relacionaron con el pintor Jean Baptiste Greuze, gran amigo del grabador e inspirador con sus retratos del estilo de la pintora. Terminados sus estudios, Porporati regresa a Turín y será en esa ciudad donde ambos volverán a encontrarse.

En el segundo volumen de Souvenirs Elisabeth Vigée narra la etapa italiana del exilio y refleja los problemas del viaje, la búsqueda de alojamientos y las dificultades habidas hasta llegar a su destino en Roma. El primer capítulo comienza en la noche de su llegada a Turín al sencillo alojamiento donde les conduce el cochero. A la mañana siguiente Elisabeth manda aviso de su llegada al grabador Porporati, de quien habla como amigo y elogia sus obras. Porporati, que a sus 49 años es un caballero que goza de una buena situación en la corte turinesa y es profesor de grabado en su propia escuela, acude de inmediato a su llamada y al ver la pobreza del alojamiento les ofrece su propia casa. La pintora duda, pero ante la insistencia del grabador acepta y recogiendo sus enseres le acompaña a su casa donde  la hija de este, Margherita, de 18 años, les acoge con toda clase de atenciones.

Autorretrato (det,) del grabador Carlo Antonio Porporati. Incisore G.Gallina. 
1800-1816 Accademia delle Science. Torino

Porporati se ocupa de enseñar la ciudad a su invitada, la acompaña a ver el Museo Real y las interesantes colecciones de pintura de particulares, también acuden a oír música al Gran Teatro donde ella tiene ocasión de encontrarse con personajes franceses que se han refugiado en Turín. Tras cinco o seis días de estancia en Turín la pintora continúa su camino. La siguiente etapa será a Parma y de allí a su destino soñado tantos años, Roma, donde permanecerá cerca de ocho meses y conocerá a Angélica Kauffmann con quien mantendrá una estrecha amistad. 

Desde allí viaja a Nápoles donde realiza los retratos de la reina María Carolina de Austria, hermana de la reina de Francia, María Antonieta, y de sus hijas Marie-Thérèse, Marie-Louise y Marie-Christine.
E.L. Vigée. La reina María Carolina y sus hijas Marie-Thérèse, Marie-Louise y Marie-Christine (1791)

Dos años después, finalizando su periplo italiano, Elisabeth pasa por Turín y de nuevo Porporati le ofrece alojamiento en su casa de campo a dos leguas de la ciudad. Ella acepta con gusto la hospitalidad que su amigo le ofrece y se instala con su hija y la institutriz que les acompaña. Los felices recuerdos de esa estancia están recogidos en el capítulo X del segundo libro de Souvenirs, en el que describe los parajes, las puestas de sol y los sonidos del agua, que se ven truncados por la llegada de cartas que hablan de los espantosos acontecimientos del 10 de agosto en París. Abrumada por las noticias prefiere volver a Turín y poco después decide marchar a Milán.

No sabiendo como agradecer la hospitalidad y las atenciones que ha recibido de Porporati, la pintora realiza un precioso retrato de la hija de este, Margherita, que él graba de inmediato para poder regalarle algunas pruebas antes de su marcha.
Louise-Elisabeth Vigée-Lebrun - Retrato de la hija de Porporati (1792)

Después de una breve estancia en Milán, la siguiente etapa de su viaje será Viena donde permanecerá  dos años y desde allí a Rusia, obteniendo grandes éxitos y siendo aceptada en las correspondientes Academias. Pudo regresar finalmente a Francia durante el reinado de Napoleón I, aunque todavía realizó algunos viajes a los Países Bajos y a Inglaterra donde pintó a Lord Byron. Publicó sus Memorias en 1835 y vivió en París hasta su muerte en 1842.      

La estampa del Museo del Prado

Como comentaba al inicio, la identificación de una palabra hasta ahora no reconocida en una inscripción de una estampa del Museo del Prado me ha llevado a establecer la relación entre estos dos artistas que se conocieron en el París pre-revolucionario y cuya amistad se mantuvo a lo largo del tiempo: Elisabeth Vigée-Lebrun y Carlo Antonio Porporati.

Se trata de la estampa procedente del legado de Pedro Fernández Durán y Bernaldo de Quirós, (1931) titulada "Autorretrato de Louise-Elisabeth Vigée-Le Brun con sombrero", de autor Anónimo y catalogada con el número D2293: "Siglo XVIII. Lápiz, Sanguina, Cuadriculado sobre papel verjurado, 395 x 240 mm."

Autorretrato de Louise-Elisabeth Vigée-Le Brun con sombrero D2293 MNP
(Copia de la obra original de la pintora)

Se trata de un dibujo preparatorio para un grabado que reproduce uno de los más famosos autorretratos de Vigée-Lebrun, que ha sido objeto de frecuentes grabados y reproducciones. Es preciso señalar que existen dos versiones pintadas del Autorretrato que la pintora realiza en 1872.

El primero es un óleo sobre tabla, de 60 x 40 cm. que se encuentra en una colección privada. La obra tuvo un gran éxito y probablemente el mismo año realizó una segunda versión sobre lienzo de mayor tamaño (98 x 70 cm.), aumentando la iluminación y cambiando el color del vestido, que fue expuesta en el Salón (1872), que es la versión que se conserva en la actualidad en la National Gallery.
L.E.Vigée, Autorretratos con sombrero de paja, 1782. Colección privada (izq.) y National Gallery (der.)

Según sus memorias, Elisabeth acompañó a su marido en un viaje de negocios a Bélgica y Holanda en 1782 y en Amberes tuvo ocasión de ver en una colección privada el retrato de Rubens de su cuñada Susanna Lunden, conocido como "El Sombrero de Paja", (óleo s/lienzo, 79 x 54 cm.)  actualmente en la National Gallery. El juego de luces y sombras de Rubens le gustó tanto que le sirvió de inspiración para hacer su propio retrato, manteniendo la visión frontal, el cielo nuboso y el sombrero, aunque algo más rústico.
      "Estaba tan encantada e inspirada por el "Chapeau de paille" de Rubens que realicé el autorretrato mientras estaba en Bruselas. Intentando lograr el mismo efecto me pinté con sombrero de paja, una pluma y unas flores silvestres, sosteniendo una paleta en la mano". Vigée Le Brun.
P.P. Rubens El sombrero de paja, h.1623, NG 

La estampa del Museo del Prado presenta un dibujo realizado a sanguina y cuadriculado, que reproduce el contorno de la figura para su transferencia posterior a la lámina de cobre. Tiene una serie de números e inscripciones en su parte inferior. En primer lugar aparece el nombre de Angelica Kauffmann lo que resulta, evidentemente, una atribución errónea tanto si se refiere a la figura de la retratada como a su posible autora. (Resulta curioso constatar cómo tan a menudo se confunden los nombres de pintoras famosas).

La segunda inscripción, en la parte inferior derecha, mucho más interesante, nos informa de manera precisa de la naturaleza del dibujo y sobre todo de su autoría, no reconocida hasta ahora según la información que aporta el Museo:

 Disegno che servi di calco / sul rame verniciato che possedeva / Porporati, incissore del Re di Sardegna
(Dibujo que sirvió de modelo para el cobre barnizado que poseía Porporati, grabador del rey de Cerdeña.) 
Inscripciones en la lámina

Como puede leerse, la inscripción inferior nos informa de que se trata del dibujo preparatorio para la realización de un grabado al barniz*; dibujado con toda probabilidad por el propio grabador turinés que lo poseía: Carlo Antonio Porporati, quien, como hemos visto, realizó diversas obras relacionadas con la pintora además de mantener una fluida relación con ella. De confirmarse esta propuesta de atribución, se trataría de la única obra de Porporati en el Museo, grabador de gran reconocimiento internacional pero escasísimamente representado en colecciones españolas.

*El dibujo se trasfiere a una lámina de cobre barnizada, mediante una punta o buril, dejando con ello el cobre al descubierto. Se sumerge a continuación la placa en un baño de ácido que ataca las líneas donde el cobre no está protegido por el barniz, produciendo la "mordida" en la que luego entrará la tinta que aparecerá sobre el papel después de pasar por la prensa.

Autorretrato del grabador Carlo Antonio Porporati. 1790 Uffizi - Florencia

3 comentarios:

  1. Hola
    He encontrado un grabado de Porporati (Garde a vous), dedicado a María Teresa, Archiduquesa de austria.Como puedo saber si es auténtico? Sé que se hacían muchas copias antes de destruir la placa, por lo que su valor no suele ser elevado.
    Le agradezco cualquier comentario al respecto.
    Miguel Ángel Santiago

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  2. ¡Enhorabuena! Creo que tienes suerte de haber encontrado! y poder disfrutar de un grabado singular, como el que me comentas de Carlo Antonio Porporati, con escasa representación en España. Siento no tener conocimientos para responder a tus preguntas. (He incorporado la base del grabado y su transcripción para que puedas compararlo.)

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  3. Gracias,Concha, por contestarme. Mi grabado está coloreado e invertido, es decir, el ángel mira hacia la izquierda, y tras el nombre de la pintora aparece: 573-1
    No sé si significa que es el primero de 573; si así fuera sería interesante, aunque lo dudo. Otra diferencia es que en el mío no aparece el texto que comienza por:"Libres,..." Solo tiene las dos líneas principales de la dedicatoria.
    Al estar coloreado es muy bonito.
    Un cordial saludo

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