Interior de un cuerpo de guardia con la negación de San Pedro (Det.) MNP [P3685]
He comentado en otra ocasión, que el Museo del Prado está aprovechando este periodo de pandemia y de riguroso (e incomprensible) cierre del Archivo, para revisar sus contenidos digitales y entre ellos la información sobre obras y artistas de su Galería Online.
Nada se puede objetar a este proceso pero sí hay que pedirle que esté a la altura del rigor científico que caracteriza a la institución cuando al hilo de esta actualización se ponen o se quitan autorías o afectan a elementos esenciales de las obras, en cuyo caso deberían documentarse.
Un tema siempre pendiente es el estudio de los legados y de las donaciones producidas a lo largo de la historia del Museo del Prado, es un tema inacabable; cuando son numerosas suele dedicarse un primer esfuerzo de investigación a las obras principales pero muchas otras, pasados los años, siguen sin haber sido debidamente estudiadas. Este es el caso, por ejemplo, de la "Donación Pastrana" una de las más importantes por su calidad y número -más de doscientas obras- realizada en 1889 por María Dionisia Vives y Cires, (Habana 1825-Madrid 1892), condesa de Cuba y duquesa viuda de Pastrana. (En este blog dedicamos una entrada a ocho interesantes obras de esa donación que formaban parte de una serie de Patriarcas de las tribus de Israel que nunca han sido estudiadas).
De esa misma donación procede la singular obra "Interior de un cuerpo de guardia, con la negación de San Pedro", realizada al óleo sobre pizarra, considerada de Leonaert Bramer (Taller de) hasta que en una reciente revisión se ha devuelto al limbo del anonimato.
Leonaert Bramer (Delft, 1596 -1674)
Leonard Bramer, el artista más famoso de Delft de la generación anterior a Vermeer, como muchos pintores de su tiempo, viajó a Italia donde vivió 14 años, instalándose los últimos años en Roma donde era conocido como "Leonardo della Notte" (No confundir con su coetáneo Gerard van Honthorst también apodado en Italia Gherardo della Notte). Realiza un importante número de pequeñas obras sobre pizarra y es influenciado por el caravagismo adaptándolo a su propio estilo. Según Baldinucci, en Roma se alojó en el palacio del príncipe Mario Farnesio, sobrino del papa Paulo III, para quien hizo muchas obras y fue uno de los fundadores de la confraternidad de pintores nórdicos denominada Bentvueghels (Banda de pájaros). A su vuelta a Delft en 1628, disfrutó de un extraordinario éxito recibiendo multitud de encargos sobre todo para realizar decoración al fresco, que apenas se ha conservado, consiguiendo una fiel clientela para sus obras. Allí murió soltero a los 78 años.
La obra "Interior de un cuerpo de guardia, con la negación de San Pedro" fue objeto de un estudio realizado por Elena Cenalmor y publicado en el Boletín del Museo (2013) que constituye, a mi entender, el modelo de actuación del Museo sobre sus obras. Tras una rigurosa y documentada investigación, la especialista identificaba a Leonaert Bramer como autor de la obra. No obstante, a pesar de las evidencias de autoría que señalaba el estudio, el Museo consideró a medias dicha atribución ya que desde entonces figuró como obra de taller.
Gracias al estudio (disponible en la web del Museo) conocimos un poco mejor a este singular pintor cuya fama internacional ha ido creciendo en los últimos tiempos a medida que ha ido aumentando su conocimiento. En la actualidad se le considera uno de los pintores holandeses más originales de su generación. Afirma Cenalmor que hay constancia de unas 160 pinturas autógrafas del artista, 38 de las cuales están realizadas sobre pizarra, en general de pequeño tamaño, que eran buscadas por coleccionistas que las solían adquirir en parejas o series. El Museo dispone de otras dos obras de este pintor, realizadas sobre lienzo, la incorporación de esta suponía ampliar la base para el estudio de este autor.
En el inventario de la donación Pastrana la obra aparecía adjudicada a "Enrique van Steenuyck" nombre semiespañolizado que corresponde al pintor holandés Hendrick van Steenwijck de Jongere, de quien el Museo posee dos obras realizadas sobre lámina de cobre, relacionadas con la misma temática aunque su comparación ponía en evidencia que carecían de cualquier elemento técnico o estilístico en común.
Hendrick van Steenwijck: Jesús en el atrio del Pontífice y La negación de San Pedro". 1649 [P2138 y P2139] MNP
Pero quizás por inercia la autoría del joven Steenwijck se mantuvo en el Museo más de cien años pues en el Inventario de Nuevas Adquisiciones de 1996 seguía figurando esa atribución. Posteriormente fue catalogada como obra de autor anónimo.
Referencia del Inventario de Nuevas Adquisiciones MNP 1996
Esa situación cambió en 2013 gracias al estudio mencionado de Cenalmor que como hemos señalado, atribuía la obra, con un alto grado de seguridad, al pintor de la escuela de Delft, Leonaert Bramer. El estudio no solo analiza con detalle la trayectoria del pintor y las características técnicas de las obras que realizaba durante el tiempo en que vivió en Italia, sino que aporta dos obras reconocidas del mismo autor comparándolas con la del Prado; Las dos pinturas relacionadas están realizadas sobre pizarra gris, elemento base muy poco frecuente que permitía aprovechar sus cualidades de textura y color convirtiéndolos en elementos característicos de la obra. Además de las similitudes técnicas y estilísticas, las obras analizadas presentan idéntica iconografía relacionada con escenas sobre la vida del apóstol San Pedro.
Una de ellas es "La liberación de San Pedro por un ángel" de Los Ángeles County Museum of Art, realizada en óleo sobre pizarra y datada hacia 1625. A diferencia de la obra del Museo del Prado, que según informa Cenalmor fue restaurada "eliminando la gruesa capa de suciedad y barniz oxidado que impedían apreciar la calidad de la pintura", la de Los Ángeles, no ha sido restaurada y presenta restos de suciedad que dificultan la apreciación de los detalles.
A la izquierda, la Negación de S. Pedro del Museo del Prado, a la derecha, la Liberación de S.Pedro de los Ángeles
A pesar del diferente estado de la pintura son evidentes los elementos comunes en ambas obras: el tratamiento de las figuras, los efectos de luz, incluso los escenarios parecerían formar parte del mismo edificio, nótese la ventana enrejada circular, presente en ambas obras, único elemento apreciable en el fondo neutro de la escena que, como hemos indicado anteriormente, apenas está pintado pues el autor aprovecha para su definición la textura y el color que le ofrece la pizarra. Tal como indica Cenalmor: en la mayoría de sus obras sobre pizarra, el artista no cubre toda la superficie con pintura y trata de aprovechar al máximo el fondo oscuro para ambientar la escena nocturna, ... Sugiere las arquitecturas –los escalones, la ventana, a través de la cual se ve la luna, y la gran puerta del patio– empleando unas pinceladas marrones muy secas y casi imperceptibles, de forma muy similar a como utiliza la tinta en los dibujos.
La segunda obra que se utiliza para establecer la comparación pertenece al Haggerty Museum of Art de Milwaukee y reproduce la misma escena de La Negación de Pedro, tomada desde un punto de vista más cercano al espectador lo que aumenta la escala de las figuras. En la escena vemos personajes comunes e idénticos elementos mobiliarios que los del cuadro del Prado, incluyendo la chimenea con la misma estructura y ubicación, por no hablar de la pequeña luna a la derecha que aparece en algunas de sus obras como una señal de identidad; elementos, todos ellos, que dejan poco margen para dudar de su pertenencia al mismo autor. Según indica la autora del estudio el pintor repitió este tema al menos cuatro veces en pintura y seis en dibujo.
Negación de San Pedro h.1625 Milwaukee, Haggerty Museum of Art.
La identificación de Leonaert Bramer como autor de la obra del Museo del Prado por sus concomitancias con sus homólogas americanas resulta evidente y la investigación realizada, está tan cargada de argumentos técnicos, históricos y estilísticos que si ya no entendíamos que el Museo titubeara a la hora de calificarla como obra del pintor atribuyéndola a un presunto taller, todavía se entiende menos que en fechas recientes (16.1.2021) se haya retirado dicha atribución haciendo retornar la obra a su anterior estatus de "anónima".
A diferencia del concienzudo trabajo realizado por Cenalmor, que fue publicado en el Boletín del Museo cumpliendo los rigurosos requisitos que se exigen para su aceptación, incluyendo su análisis por expertos en la materia, (convendría saber la identidad de tales expertos, a quienes el museo muestra la misma desconsideración que a la autora), no se menciona ningún estudio específico que avale la propuesta del autor anónimo que ahora desmonta en pocas frases la autoría de Leonaert Bramer,
Aunque solo se tuviera en cuenta el uso de la base de pizarra ya se reduciría enormemente el campo de estudio por el exiguo numero de pintores que la utilizaron, lo que convierte esta característica en un elemento esencial para su identificación. La técnica de pintura sobre materiales pétreos, especialmente sobre mármol pero también otras superficies, ónice, ágata, jaspe... entre las que se encuentra de forma minoritaria la pizarra, se desarrolla en Italia a partir de la primera mitad del XVI por varios pintores de primera línea como Tiziano o Sebastiano del Piombo. Hacia 1580, el taller de Bassano en Venecia comienza a realizar pinturas devocionales en piedra de toque y pizarra, técnica que se extiende a Verona con artistas como Pasquale Ottino o Alessandro Turchi, y también es utilizada por europeos que en ese tiempo aprenden en Italia como Jacques Stella, Jacques Courtois o el propio Leonaert Bramer, por citar solo los que la usaron con mayor frecuencia, aunque hubo otros que la utilizaron puntualmente.
Para hacernos una idea del escaso uso de este material hay que decir que entre las miles de obras que posee el Museo del Prado, solamente seis están realizadas sobre pizarra: El Cristo con la Cruz a cuestas de Sebastiano del Piombo (h.1535), el Ecce Homo de Tiziano (1547); la Coronación de espinas de Bassano, (h.1590); los Desposorios de la Virgen de autor anónimo; Omnia vincit Amor, placa irregular atribuida a Bonzi y la Escena Nocturna con la Negación de Pedro que aquí comentamos.
La información que aporta ahora el Museo sobre la obra se inicia con un resumen de los argumentos que en su momento sirvieron para realizar la atribución: "Afinidad estilística, iconografía de los personajes y, sobre todo, por el hecho de ser un nocturno pintado sobre pizarra, género y soporte que dieron fama a ese pintor durante sus años de actividad en Roma, entre 1619 y 1627".
Pero al autor de la revisión estos elementos no le parecen suficientes, a pesar de su importancia y aun siendo todos ellos característicos de las obras que Leonaert Bramer realiza en pizarra y ser escasísimos los pintores que pudieran reunirlos. Por ello a continuación de los argumentos que sirvieron de base para la atribución al taller de Bramer, la información actual del Museo incluye los utilizados para retirarla que, a diferencia de los primeros, parecen basarse en apreciaciones visuales como "el excesivo inacabado del fondo", consideración que sorprende por tratarse de una característica propia del uso de la pizarra. Este "inacabado" que por definición no puede ser "excesivo" está presente en las tres obras comentadas y constituye una seña de identidad de este tipo de pinturas. También se menciona la falta de rotundidad plástica en las figuras, la inexactitud en el dibujo, principalmente en la figura de san Pedro, lo que nos lleva a la pregunta de cuales son las obras que le han servido para hacer la comparativa, pues si se observan las presentadas en el estudio, las características son tan similares que no cabe la posibilidad establecer diferencias entre ellas.
Finalmente el argumentario culmina con "el escaso dramatismo en los contrastes lumínicos así como en la representación de los reflejos parecen hablar de una obra probablemente de escuela francesa." Sin mencionar, por supuesto ningún artista de esa inexistente escuela francesa de pintura sobre pizarra, pues si bien existen artistas franceses singulares que utilizan está técnica, todos ellos la aprendieron en Italia.
Desautorizar las conclusiones de un estudio publicado en el Boletín del Museo del Prado, requiere algo más que unas apreciaciones visuales escritas de forma anónima en en la página web del Museo. El propio Museo debería defender el nivel científico de su publicación y no permitir su cuestionamiento sin el estudio correspondiente. Desde aquí instamos al Museo a publicar los argumentos técnicos que hayan servido para hacer esta desatribución.
P - ¿Usted cambió alguna autoría...?
R - Sí, pero siempre publicación científica mediante, que es lo que pediré a quien cambie alguna autoría. Que sea el resultado de un trabajo intelectual, publicado y contrastado. Se lo exijo a quien quiera cambiar el estatus de una obra.
M. Falomir en una entrevista de N. Pulido, ABC (19/11/2018)
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