[ LE TAGE VU DE TOLÈDE ]
Recientemente he tenido ocasión de conocer esta original pintura de El río Tajo visto desde Toledo que se encuentra en el Musée des Beaux-Arts de Pau (Francia). La obra, pintada en 1904 por el francés Charles Cottet, me sorprendió desde el primer momento por haber adoptado un enfoque fuera de lo común, al tratarse de una visión que da la espalda a Toledo en lugar de representar la prototìpica y bella imagen del promontorio toledano, a la que pocos artistas se resisten.
Charles Cottet, Le Tage vu de Tolède. 1904 MBA Pau (Fr)
El pintor ha aprovechado la oportunidad de realizar su obra en un día de tormenta lo que dota al conjunto de un colorido especial y original con el agua oscurecida por el barro y el cielo cubierto de nubes, dejando traslucir sus intereses y tendencias en pintura.
El Museo de Pau ofrece una descripción de la obra firmada por DV que traduzco por su interés: "En una gama cromática dominada por los ocres, revela, a través de la variedad de su toque, todo su virtuosismo. En efecto, sobre el tinte marrón donde el artista representa el Tajo terroso, se eleva el acantilado, tratado en una cuasi-abstracción que levanta los pocos toques de verde que evocan los olivos y el empaste de salmón que subrayan la arquitectura de la hacienda. La gran pincelada rápida que sugiere este cielo aún amenazante acentúa la atmósfera vehemente de la obra. En esta obra, ejecutada con extrema libertad, la fluidez de su gesto y su espontaneidad de ejecución demuestran tanto su dominio de la materia como su conocimiento del paisaje. Envolviendo su obra en un misterio imperceptible, Cottet consigue dar una visión poética y atormentada a este extracto de Castilla".
La primera tarea fue la de identificar el lugar representado y la ubicación del pintor para la realización de la obra, pues en el recorrido del río alrededor de Toledo existen varias zonas que presentan altas y escarpadas paredes rocosas haciendo honor al nombre del río.
Charles Cottet, Le Tage vu de Tolède. Detalle, 1904 MBA Pau (F)
Acercando la mirada al conjunto de edificaciones que se representan en la pintura se puede distinguir una edificación con una fachada singular que nos ayuda a situarnos, pues reconocemos en ella la de la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza con su característica espadaña, situada en el entorno de los cigarrales, denominación que de antiguo se aplica a las casas de labor o de recreo del entorno toledano:“Hállanse en contorno desta ciudad muchos cigarrales, así dichos, porque en el estío cantan allí mucho las cigarras.” (Jerónimo de la Higuera, 1538-1611)
Fachada de la ermita de N.Señora de la Cabeza en la actualidad. Toledo
La falda del promontorio sobre el que se alza la ermita ha sufrido cambios en su morfología a lo largo del siglo transcurrido desde la realización de la pintura, pues como puede verse en la fotografía actual, la ladera ha descargado buena parte de su material rocoso, con lo que el promontorio ha perdido parte del volumen y redondez que le caracterizaba a principios del S.XX, habiéndose ampliado, en consecuencia la base de tierra y piedra a sus pies en la que ahora crecen los arbustos.
Vista actual del cerro de la Cabeza (2022) y Pintura de Cottet (1904)
Francisco de Pisa describe la ermita en los "Apuntamientos para la segunda parte de la Historia de Toledo". (1612); "Ermita de N. Señora de la Cabeza, extramuros. Volviendo por la puente de San Martín, a la otra parte del rio, a mediodía se ofrece en lo alto de un cerro la ermita de N. Señora de la Cabeza, que ha pocos años que se fundó a imitación y en memoria de otra mayor iglesia que hay del mismo título dos leguas de la ciudad de Andújar, en un monte llamado la Cabeza."
Se ignora el porqué de su abandono, pero a fines del siglo XVIII se encontraba en ruinas, tal como se conoce por un dibujo de 1855 del litógrafo Alfred Guesdon, hasta que en 1859 se reedificó constituyendo de nuevo la cofradía y trasladando la imagen de la Virgen que estaba depositada en la antigua parroquia de San Martín situada cerca de la puerta del Cambrón y demolida por ruinosa en esas mismas fechas.
En cuanto al punto en el que se situó el pintor para captar esta vista del cerro de la Cabeza, hay que pensar que tomó posición en el extremo derecho del mirador que mira hacia el río del Paseo del Tránsito, desde donde está hecha la fotografía anterior.
Cottet pintó al menos una segunda obra representando el mismo tema del río desde otra perspectiva que se conserva en el Musée de Beaux Arts de la ville de Quimper. La obra esta realizada igualmente al óleo sobre cartón y probablemente en el mismo tiempo de su estancia en Toledo. Curiosamente la obra podría ser la continuación en el tiempo y en el espacio de la obra anterior, en la que vemos que ha pasado la tormenta y el cielo, todavía con nubes, clarea con una luz que ilumina el conjunto basado igualmente en ocres y verdes pero dotándolo de más brillo y luminosidad.
Charles Cottet, Le Tage, h.1904. Óleo s/ cartón, 37 x 46,3 cm MBA de Quimper
De su estancia española conocemos otras obras, como La Plaza Mayor de Segovia. actualmente en el Museo del Prado, proveniente de la reasignación de obras realizada en 2016 con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Aunque aparece catalogada hacia 1909 es probable que sea posterior ya que fue presentada en la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza de 1919 y fue adquirida por el Estado un año más tarde al propio pintor por 4.000 francos que al cambio de de la época (40,6) equivalían a 1.624 pts. según consta en el documento de adquisición de esta y otras obras que se conserva en el Archivo del Museo del Prado procedente del Museo de Arte Moderno (MAM_29_Exp_5_Doc_1). La presencia del pintor en Segovia está documentada en 1904. (Revista El Manantial Nº VII - 1929, p.34).
Charles Cottet, La Plaza mayor de Segovia, MNP P008130 (No expuesta) Ch.Cottet, la Catedral de Burgos (Comercio) y Alrededores de Burgos (MuMa, El Havre)
Charles Cottet, Vistas de Córdoba y Salamanca. (Rev. Museum 1918-1920)
EL PINTOR, CHARLES COTTET
(Le Puy-en-Velay, 1863 - París, 1925)
Charles Cottet, Autorretrato Óleo sobre papel pegado sobre lienzo 73 x 92 cm. MBA Quimper
Charles Cottet estudió en París en la École des Beaux-Arts y en la Académie Julian, con Puvis de Chavannes y Alfred Philippe Roll. Varios de sus compañeros de estudio como Lucien Simon, o André Dauchez formarían con él el grupo Bande noire que se caracterizaría por el uso de tonos sombríos, opuestos a la paleta brillante de los posimpresionistas y por el deseo de evocar escenas de costumbres populares. Viajó y pintó por Egipto, Italia, España y Suiza, aunque fue su estancia y sus visitas periódicas a la costa bretona de 1886 las que han dejado mayor huella en su pintura.
Quizás su venida a España estuviera relacionada con su amistad con el pintor Ignacio Zuloaga, a quien pudo conocer en Roma y con quien se relacionó posteriormente en el París de 1890, que era el centro de las vanguardias artísticas e intelectuales. También tuvo relación con el pintor catalán Ramón Casas que le hizo uno de sus característicos retratos.
Ramon Casas, Retrato de Charles Cottet, 1900. MNAC
Pero su retrato más conocido es el realizado por el pintor suizo Félix Valloton (1865-1925) que le retrató con un aire algo caricaturesco en su obra Cinq peintres (Cinco pintores).
Izq. retrato de Charles Cottet detalle de la obra "Cinco pintores" de Félix Valloton, en el que aparecen de izquierda a derecha, de pie, Félix Vallotton, sentados, Pierre Bonnard, Édouard Vuillard y Charles Cottet, y de pie Ker-Xavier Roussel. 1902-1903, Óleo sobre lienzo, 145 x 187 cm. Winterthur.
Charles Cottet se suma al variado elenco de artistas franceses que visitaron Toledo en las postrimerías del siglo XIX y los inicios del XX animados por las relaciones de amistad y camaradería establecidas con las pintoras y pintores españoles que eligieron continuar su formación en París. También supuso un importante aliciente para su visita el redescubrimiento de la figura de El Greco. Pasaron por Toledo y dejaron huella en sus obras Maurice Denis, Adrien Dauzats, Léon Bonnat, Zacharie Astruc, Carolus-Durán, Denis Etcheverry, Louis-Jules Arnout, Louis M. Desiré-Lucas, Edmé Emile Laborne, René Binet, o Ferdinand-J. Gueldry, entre otros.
El paisaje de Toledo y de la ribera del Tajo están entre las cosas más ardientes y más tristes del mundo. (Maurice Barrés)
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