A pesar del esfuerzo que realiza el Ministerio de Cultura en relación con la obras incautadas durante la guerra civil y que por razones obvias no fueron reclamadas en su momento y por tanto tampoco devueltas a sus legítimos propietarios, queda aun mucho trabajo por hacer. A medida que transcurren los años se hace cada vez más difícil tanto la identificación y localización de las obras como la de los herederos de las familias que se vieron despojadas de ellas sin posibilidad de recuperación, con alguna feliz excepción. Muchas instituciones públicas se beneficiaron del reparto de obras no reclamadas y no han realizado el inventario público que pueda permitir la localización de muchas de ellas que cuelgan de sus paredes o se guardan en sus almacenes sin que probablemente sean conscientes de su existencia y mucho menos de su origen.
DOS OBRAS LOCALIZADAS EN EL MINISTERIO DE HACIENDA
Sirva la introducción para hablar de dos interesantes obras de entre las muchas conservadas en la sede del Ministerio de Hacienda de la madrileña calle Alcalá, que, a mi entender, pudieron formar parte de un amplio conjunto de obras depositadas por el SDPAN a mediados del siglo pasado, de las que resulta difícil rastrear su origen, recepción e instalación en el Ministerio bien por falta de registros sobre su entrada, por la escasez de los datos de sus inventarios y por el hecho de que a menudo la información existente es errónea.
Se trata de dos obras de diferente tamaño -pertenecientes con toda probabilidad a un conjunto de tres- que figuran en el inventario del Ministerio como "Escuela italiana, cercana a Giuseppe Lupi. Siglo XVIII". La obra de mayor tamaño (óleo s/tela 119 x 94 cm.) figura con el título "Ordenación de un obispo en el interior de una catedral".
Título Inventario MHAC: "Ordenación de un obispo en el interior de una catedral". Anónimo.
La obra de menor tamaño (óleo s/tela 86 x 62,5cm.) lleva por título en el inventario del Ministerio "Coronación en interior de catedral con murales."
Título Inventario MHAC: Coronación en interior de catedral con murales. Anónimo.
Esta es la única información obtenida de la Oficialía mayor del Ministerio que, como veremos más adelante, solo parece acertar en la consideración de que se trata de obras de la Escuela Italiana, siendo errónea la fecha, los títulos y totalmente dudosa la 'cercanía' a un inexistente Giuseppe Lupi.
Antes de ocuparnos de la temática de las obras nos fijaremos en los interesantes marcos esculpidos en madera noble, probablemente nogal, que dan a ambas pinturas apariencia de retablo adaptando su forma al espacio arquitectónico representado. La terminación superior en forma de arco reproduce la forma del arco de medio punto para rematar la obra de menor tamaño y la del arco carpanel en la mayor. Toda su superficie se encuentra decorada, tallada con motivos vegetales con hojas de roble y de laurel y con figuras tanto en relieve como exentas. Sobre los laterales en forma de columnas, dos figuras esculpidas de arcángeles, en dos de ellos se pueden leer sus nombres Jehudiel y Uriel grabados a sus pies. La parte inferior del marco que funciona como el sotabanco de un retablo, también está decorada con diversas figuras y motivos vegetales.
La parte superior se remata con dos figuras de ángeles que sostienen un escudo en el que figura el anagrama A y M de la Virgen María rematado con una corona real, en un caso, y un escudo adornado con un motivo floral como símbolo de pureza, rematado también con corona pero de menor jerarquía, en el otro.
Detalle de la cornisa del marco mayor
Detalle de las cornisa del marco menorEl verdadero tema representado:
La Sala de la Inmaculada del Vaticano
El motivo representado en las obras no responde en absoluto a los títulos que figuran en el inventario del Ministerio. Su temática es bien conocida y pone en evidencia el error en la fecha y en los títulos inventariados ya que se trata de la copia de dos de los frescos de la Sala de La Inmaculada del Vaticano realizados en el siglo XIX, entre los años 1856 y 1865, por el pintor italiano Francesco Podesti (1800-1895).

Retrato de Francesco Podesti atr. a Fco. Maggi
Pinacoteca Civica F. Podesti - Ancona
La obra original
Para comprender la importancia de las dos obras repasaremos, sin ánimo exhaustivo, la historia de la Sala y describiremos su contendo que resulta bastante desconocido a pesar de ocupar una situación privilegiada dentro del Vaticano, junto a las estancias de Rafael.
El año 1848 el Papa Mastai-Ferretti, Pío IX (1792-1878), estableció una comisión teológica de expertos para estudiar la posibilidad de proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción y escribió una carta a todos los obispos del mundo solicitando sus opiniones al respecto. La respuesta fue unánime a favor de la propuesta planteada lo que supuso que el 8 de diciembre de 1854 el Papa hiciera la proclamación oficial del dogma de la Inmaculada Concepción definido en la bula «Ineffabilis Deus».
Para celebrar el acontecimiento el Pontífice decide, emulando a sus predecesores renacentistas, dedicarle una sala con un ciclo de frescos alusivos al acontecimiento. Para ello elige un espacio del segundo piso, una sala de paso de planta rectangular adyacente a las Estancias de Rafael y encomienda su realización a Francesco Podesti, probablemente el mejor pintor de historia italiano de la época, nacido como el propio Papa en Ancona, que era un personaje sobresaliente en el panorama artístico y académico romano.
Vista de conjunto de la Sala de la Inmaculada
El encargo no se reduce a la pintura los frescos sino a un proyecto de diseño y decoración integral de la sala: puertas, ventanas y contraventanas, mármoles taraceados, escultura, mobiliario y elementos decorativos a los que se añadirá un gran mosaico romano proveniente de Ostia antigua que fue adquirido expresamente para su suelo. Las tareas dan comienzo en 1856 y no serán definitivamente terminadas hasta 1865.
La decoración pictórica, al igual que las Salas de Rafael que le sirven de inspiración, se inicia en la bóveda, con pinturas integradas en seis casetones octogonales en cuyo interior se representan cuatro escenas bíblicas protagonizadas por mujeres, dos con las alegorías de la Fe y la Doctrina y uno más en el centro dedicado al escudo papal.
Francesco Podesti. Decoración del techo con las alegorías en la parte superior e inferior y las escenas bíblicas en los cuarto casetones centrales
Siguiendo por la pared norte encontramos en ella cuatro grandes ventanales que dejan poco espacio mural disponible para la pintura cuya temática responde al homenaje de los continentes a la Iglesia que se representa sentada en un trono.


F.Podesti. Fresco y grabado de la pared norte con amplios ventanales
En las otras tres paredes el pintor desarrolla tres escenas consecutivas: En la pared del Oeste se encuentra la Discusión del dogma, donde Podesti representa a los prelados que se reúnen para definir el dogma en una sala abovedada renacentista, realizando verdaderos retratos de los personajes que se encuentran en torno a la imagen de la virgen sobre un pedestal.
F. Podesti. Fresco y grabado de la pared oeste: La discusión del Dogma Francesco Podesti representó en los frescos a todos aquellos que estuvieron
presentes en el momento de la definición y proclamación del dogma después de
haberlos retratado del natural, de manera que mostrara con extrema exactitud la
verdad de los hechos. Por este motivo chocó con la Curia romana, que no querían que estuviera representado el jesuita Passaglia, (sentado en primer término mirando al espectador) que a pesar de haber sido
un ardiente partidario de la proclamación del dogma, se había declarado contrario al poder temporal del Papa. De hecho su retrato fue objeto de un atentado del que la prensa se hizo eco, por el que perdió la cabeza. Podesti lo volvió a pintar, negándose rotundamente a borrar un personaje que había protagonizado los acontecimientos y fundamentó su negativa
con el ejemplo de Judas Iscariote, que ciertamente se comportó peor
que el padre Passaglia y "¡sin embargo siempre ha estado representado en los cuadros
de la Última Cena!"
A continuación en la pared Sur, la más amplia, se presenta la escena principal, la Proclamación del dogma de la Inmaculada, hecho que históricamente tuvo lugar en la Basílica de San Pedro.En la representación el espacio se divide en dos niveles: el celestial y el terrenal, recordando la disposición del fresco de la Disputa del Sacramento de Rafael de la cercana Sala de la Signatura.
F. Podesti. Fresco principal de la Sala: La proclamación del dogma de la Inmaculada
F.Podesti. Grabado de la Proclamación del dogma de la Inmaculada
El recorrido termina en la pared Este con la escena de la Coronación de la Imagen de María, acto que también tuvo lugar en San Pedro. Francesco Podesti, que estuvo presente en dicho acontecimiento, introduce en la escena su propio autorretrato.
F. Podesti. Fresco y grabado de la pared este y grabado: La coronación de la Virgen
En el centro del zócalo, una cartela octogonal sujeta por dos ángeles data y describe el acto representado en la obra y termina con la firma de su autor. FRANCISCUS PODESTI EQ. INVENIT ET PINXIT
El dogma de la Inmaculada, uno de los cuatro dogmas marianos de la Iglesia Católica, proclamado en 1854 por el papa Pío IX en la bula Ineffabilis Deus, sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, convirtiendo en verdad teológica lo que hasta entonces era tenido por tradición.
El papel de España, que tanto había luchado por la definición dogmática, fue reconocido por el pontífice haciendo levantar un monumento, siguiendo la antigua costumbre romana de las columnas honorarias, en la Piazza di Spagna, en honor de nuestro país. Se utilizó como pedestal una alta columna romana de fuste marmóreo verdoso excavada en el monasterio de las benedictinas del Campo Marzio hacía setenta y siete años, sobre la que se colocó la escultura en bronce de la Inmaculada, de Giusseppe Obici. El ocho de septiembre de 1857 fue inaugurada y al término de la ceremonia, un español, Tomás Illa y Balaguer, se dirigió al Beato Pío IX diciendo: “Hoy recoge la nación española el premio dispensado por Vuestra Santidad por lo mucho que durante tantos siglos trabajó para acelerar la declaración del inefable dogma... ”. A lo que el Papa respondió: "...Ciertamente que la nación española ha sido en todos los tiempos la que más se ha distinguido en la defensa de tan augusto misterio..."
Las obras conservadas en el Ministerio de HaciendaTras la descripción de la Sala, volvemos a las dos obras comentadas que representan dos de los frescos de las paredes de la Sala de la Inmaculada que reproducen fielmente su contenido: El de La de La Proclamación del dogma y el de La Coronación de la Virgen.
Las obras son de una gran calidad pictórica, hasta el punto que cabe perfectamente la posibilidad de su atribución al propio autor de los frescos, Francesco Podesti, de quien se sabe que hizo otras copias de medidas similares aunque no tan lujosamente enmarcadas, como pueden verse en el Catálogo Generale de Beni Culturali del Ministero della Cultura Italiana.
En la actualidad las obras del Ministerio de Hacienda no se encuentran expuestas y aunque conservan un estado general bueno merecerían una intervención de limpieza en la pintura y de restauración de pequeños daños en los marcos. Sería deseable que pudieran salir del almacén y que se dispusiera su colocación en alguna de las estancias del recorrido de la visita que ofrece periódicamente el Ministerio.
Por otra parte sería del máximo interés conocer si alguna otra institución guarda en sus almacenes la tercera obra que debía completar el conjunto, ya que si bien da claramente la impresión de que fueron concebidas formando un tríptico o retablo, cada una de ellas tiene suficiente importancia para ser considerada como una obra unitaria individual.
Otras versiones
En una primera versión de la obra realizada por el propio Francesco Podesti que se encuentra en el Museo cívico de Ancona, podemos ver en el lienzo una primera versión de la Proclamación del Dogma en el que el pontífice se muestra sentado, hecho que al parecer no complació al prelado que pidió al pintor que le retratara de pie, como asi hizo en la versión definitiva.
Francesco Podesti. Primera versión de la Proclamación del Dogma. Museo cívico de Ancona
Existen otras copias realizadas por el pintor Podesti en colecciones privadas italianas, como hemos comentado anteriormente, lo que abunda en la idea de que las obras depositadas en el Ministerio de Hacienda por su calidad y similitud puedan haber sido también realizadas por él.
Las pinturas de la Sala de la Inmaculada fueron en su momento muy celebradas y copiadas, aunque en la actualidad esas copias, al igual que las del Ministerio no guardan la memoria de su origen, incluso en copias monumentales como las que decoran la fachada de la hermosa Igreja Matriz de Santa María de Válega, freguesia portuguesa del concelho de Ovar cuya fachada principal se decora en 1959 con azulejos policromados lde la Fábrica Aleluia de Aveiro, gracias al patrocinio del comerciante António Maria Augusto da Silva, comendador de la Orden de la Benemerência.
Proclamación del dogma en la fachada de la Iglesia de Válega. det. (Portugal)
Finalizada el 8 de diciembre de 2025
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