A su vuelta se instala en Madrid donde participa en la vida cultural del momento, es miembro de El Liceo Artístico y Literario Español y colabora en la Colección Litográfica que lleva a cabo José de Madrazo, para la que realiza litografías de reproducción, temas de género, sobre obras de Paul de Vos y F. Snyders, varias de las cuales se conservan en el Museo del Prado.
En 1860 Ramón participa en la Exposición Regional Alicantina con diversas obras, tal como figura en su catálogo, recibiendo, al igual que su sobrino Francisco Javier, que también presentó varias obras, medalla de plata: "D. Ramon Amérigo: Alicante: cuatro bodegones, un florero, un paisaje, un cuadro de género y dos con animales."
Alterna su actividad de grabador de copias y retratos de personajes eclesiásticos de la época con la realización de obras originales, pricipalmente retratos bodegones y paisajes.
Izq. Ramón Amérigo. Rto.de Trinitario "Trino" Glez. de Quijano. Dip. Alicante
Der. Ramón Amérigo - V. López, 1833 “Retrato exactísimo del Emmo.Sr. Dn. Pedro Quevedo y Quintano..."
Grabados de R. Amerigo con dibujo de V. Lopez: Izq.: La Católica Reyna, ... guía á su nieta al templo de la gloria. BNE.
Der.: El Milagro [de la curación del rey] MNROM.
Sus grabados se conservan en la actualidad en las más importantes instituciones, Biblioteca Nacional, Museo del Prado, Academia de Bellas Artes de San Fernando y Museo del Romanticismo, entre otras.
Una información poco conocida hasta ahora sobre este artista es que se suicidó en Madrid a los 72 años en su casa de la Ronda de Atocha nº 10, "disparándose un tiro en la cabeza con un cachorrillo", de acuerdo con la información aparecida el 3 noviembre 1878 en el diario La Iberia. Con la palabra cachorrillo, actualmente en desuso, se referían en la época a una pequeña pistola.
El Museo Lázaro Galdiano conserva el Retrato anónimo de un grabador de entre 1840-1845 a quien el especialista Camps Cazorla sitúa en la órbita valenciana, entre los seguidores más jóvenes de Vicente López, que bien podría tratarse de Ramón Amérigo Morales pintado por él mismo.
Anónimo. Retrato de un Grabador [Ramón Amérigo?] 1840-45. MLG
Federico Amérigo Rouvière (1841-1912)
El hermano menor de Ramón era José Gabriel Amérigo Morales (1807-1884), a quien su vocación de empresario le llevó a emigrar a Estados Unidos donde hizo fortuna y se casó con Josefa Rouvière. La familia se trasladó a Cuba donde nació su hijo Federico y alli vivieron hasta 1853, año en que vuelven a España. En Alicante financió la edificación de las casas del llamado "Pasaje Amérigo", aun existente. Fue empresario y banquero y como miembro del Partido Moderado y llegó a ser alcalde de Alicante en dos ocasiones, en 1856 y en 1875.
Federico Amérigo Rouvière, h.1910
Federico Amerigo Rouviere, su hijo, aunque muchos le tienen por alicantino, nació en Matanzas, y pasó sus primeros años en Cuba hasta su vuelta a España a la edad de 12 años. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y posteriormente hizo carrera diplomática. Destinado a Roma como secretario de la Legación Española en Italia, compatibilizó la tarea oficial con sus estudios de pintura y se casó con la italiana Enriqueta Puccinelli.
En Roma coincidió con Mariano Fortuny y con Joaquin Agrasot, con los que mantuvo una relación de amistad. Especializado en paisajes y escenas de costumbres se conocen pocas de sus obras aunque en los últimos tiempos han aparecido algunas en el comercio.
Federico Amérigo Rouviere. La loza rota. ComercioFederico Amérigo Rouviere. Paisaje MBA La Habana
Más tarde abandona la actividad diplomática y regresa a España en 1873 para dedicarse al teatro, como promotor y escenógrafo, actividades que realiza en Alicante donde pinta el telón de boca del Teatro Principal, del que era empresario gestor su propio padre, y algunos frescos en el mismo edificio, obras que quedaron destruidas en febrero de 1939, cuando una bomba cayó sobre el escenario principal del teatro, y lo destruyó parcialmente.
Antigua foto del Teatro Principal de Alicante. Fin XIX
Como empresario teatral llevó a Valencia a la célebre soprano Adelina Patti, realizó escenografías para el teatro de Alicante, para el teatro Iris de Valencia y el Teatro Español de Barcelona. Parece que también realizó alguna escenografía en Madrid, aunque hay que decir que la actividad de decorador de Federico en esa época a veces se confunde con la de su primo Francisco Javier que también trabajará esta especialidad. Alternaba su trabajo como decorador con la realización de retratos y pintura de costumbres o de historia como La muerte de Safo y Cristóbal Colón.
En 1890 viajó de nuevo a Cuba donde fue nombrado pintor escenógrafo del Teatro Tacón de la Habana, despué fue a Méjico donde continuó con sus proyectos de empresario teatral y con la realización de escenografías como las del famoso Teatro-Circo Orrin. Regresó a Alicante en 1909 donde vivió hasta su muerte a los 72 años; la prensa local le calificó de "Nómada del Arte".
Francisco Javier Amérigo Aparici (1842-1912)
Hijo de Francisco, (1805?- 1876) el mayor de los hermanos Amérigo Morales, del que solamente sabemos que estaba casado con Petra Aparici, y que después de residir un tiempo la familia en Valencia, en 1859 se trasladan a Madrid.
Francisco Javier Amérigo Aparici a pesar de su origen alicantino parece ser que nace en Valencia a causa del traslado de sus padres a dicha capital. Allí inicia sus estudios de pintura en la Academia de San Carlos, siendo discípulo de Francisco Martinez Yago. Consigue temprano sus primeros premios como la medalla de plata que obtuvo en la Exposición regional en Alicante en 1860 donde presenta varias obras, entre ellas un cuadro inspirado en la guerra de África. En esta exposición, como hemos comentado, coincide con su tío Ramón, que también es premiado con el mismo galardón.
Tenía diecisiete años cuando se trasladó con su familia a Madrid e ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando bajo la dirección de Madrazo y Ribera. Cuenta Alcántara que "en Alicante conoció a Fortuny cuando éste hizo su viaje a África, y el insigne artista, a quien le unió después una íntima amistad, desarrolló ante sus ojos la tentadora perspectiva de la bella Italia, paraíso de los pintores. Allá partió el 65 a los veintidós años sin pensión ni auxilio de ningún género, como ave viajera segura de hallar en todas partes lo necesario".
Francisco Javier Amérigo Aparici, h.1910
Desde Roma envía a la Exposición Nacional de 1867 Un retrato de un niño, por el que obtuvo mención honorífica de 1ª clase; pero su primer éxito de importancia no lo conseguirá hasta la Exposición de 1876 con su cuadro Un viernes en el Coliseo de Roma, por el que obtuvo medalla de tercera clase y fue adquirido por el Estado para el Museo Nacional.
A su vuelta de Italia se instala en Madrid, se casa con Ángeles González y González, con quien tuvo tres hijos: Ángeles, Rosa y Francisco. Fue nombrado profesor ayudante de Dibujo de la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid y durante un tiempo, quizás por motivaciones económicas, se dedica á la escenografía; dice Ossorio y Bernard que fue "notabilísimo en la pintura escenográfica, con la que decoró diversos teatros de Madrid". En la prensa de la época se mencionan sus éxitos por la pintura de los decorados de diversas obras del Teatro Martín de Madrid durante algo más de una década de 1875 al 1986.
Es curioso que la escenografía fuera la especialidad de su primo Federico, cuyas carreras corren en paralelo a lo largo de sus vidas que se inician en fechas muy cercanas y terminan el mismo mes del mismo año. Es posible que su primo le introdujera en esta actividad relacionada con el mundo del teatro, aunque realmente desconocemos qué tipo de relación personal había entre ellos, existe algún documento que nos hace pensar que mantienen el contacto, como la esquela de su padre fallecido en 1876 en la que figuran sus dos hermanos, los tíos de Francisco, Ramón, el pintor-grabador y José Gabriel, en ese momento alcalde de Alicante.
También toma parte en la decoración de San Francisco el Grande, obra monumental en la que participan Carlos Luís de Ribera, Casado del Alisal, Plasencia, Martínez. Cubells, Domínguez, Ferrant, Moreno Carbonero y otros. Amérigo pinta en la Sacristía la Aparición del Divino Pastor a San Francisco, obra por la que le fue concedida una Encomienda de número de la Orden de Isabel la Católica.
Fco. Javier Amérigo. Aparición del divino pastor a S. Francisco
Sacristía de la basílica de S. Francisco el Grande. Madrid
A esta obra le seguirá una de las que le dio más renombre Del saqueo de Roma, alabada y criticada por su teatralidad, sublime para algunos y exagerada para otros. Por ella recibirá una medalla de primera clase tras su presentación en la Exposición de 1887. La obra fue adquirida al pintor por 8.000 pesetas y hoy forma parte de la colección del Museo del Prado, depositada en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Su amistad con el ministro Victor Balaguer debía ser estrecha, como muestra el hecho de que también le regalara para su museo el boceto de la obra recién premiada en cuya base también figura su dedicatoria.
Francisco J. Amérigo. Boceto de la obra "Del saqueo de Roma", 1887
Museo V. Balaguer, Vilanova i la Geltrú.
Ese mismo año recibe el encargo de realizar el cuadro de conmemoración de la Inauguración de Exposición de Filipinas de 1887, mencionado al principio, destinado al efímero Museo de Ultramar.
Uno de sus últimos reconocimientos, con medalla de primera clase, lo recibe por otra obra de carácter histórico, de gran tamaño, el Derecho de Asilo (1892), obra en la que vuelve a mostrar su faceta más teatral. Depositada en la actualidad en el Colegio Cervantes de Jerez de la Frontera, al parecer cedida por el Instituto Padre Luis Coloma, a la espera de ser rescatada y restaurada por el Museo del Prado como lo fue su compañera, La Muerte de Lucano de Garnelo, felizmente rehabilitada antes de su deterioro fatal.
La suerte que asiste al Derecho de Asilo de Amérigo en el enclave en que se encuentra, no es otra que el estar colgada en un sitio inaccesible al ataque despiadado de la chiquillería, aunque su estado era ya "regular" en 2001, según se recoge en el artículo sobre el Prado Disperso en el Boletín nº 40 del Museo del Prado.
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