Catalina de Portugal personificando a Santa Catalina de Alejandría
Hace ya algún tiempo publiqué una entrada sobre Catalina de Austria, reina de Portugal, en la que repasaba su imagen y la de su familia a través de diferentes manifestaciones en pintura, dibujo o grabado.
Hace ya algún tiempo publiqué una entrada sobre Catalina de Austria, reina de Portugal, en la que repasaba su imagen y la de su familia a través de diferentes manifestaciones en pintura, dibujo o grabado.
Un amigo, lector del blog (A.Iraizoz), aportó en sus comentarios información sobre varias imágenes que venían a completar la serie de las publicadas. Entre ellas, mencionaba una pintura que había podido ver en la biografía de la reina escrita por Ana Isabel Buescu, que llamó mi atención por su importancia: "Retrato de la reina Catarina de Portugal personificando a Santa Catarina (Domingos Carvalho, 1525-1537. Toledo. Museo de Santa Cruz, préstamo del Museo del Prado)".
Retrato de la reina Catalina de Portugal personificando a Santa Catalina PO1320 - MNP
Enseguida acudí a la información que ofrece el Museo del Prado tanto en la Galería Online como en la Enciclopedia del Museo donde se informaba de que se trataba de una obra del Siglo XIX del pintor portugués "Domingos Pereira Carvalho", por lo que pensé entonces que podría tratarse de una obra de carácter historicista que no encajaba en el tipo de imágenes que yo había buscado.
Pasado un tiempo decidí buscar en las propias fuentes de documentación del Museo y fui encontrando documentos que catalogaban la obra de diferente manera.
En el Catálogo del Museo de Prado de 1920 de Pedro de Madrazo podemos ver que se trata de una obra del pintor portugués del Siglo XVI, cuyo nombre CARVALHO se encuentra grabado en la hoja de la espada.
En el libro Retratos del Museo del Prado, Identificación y Rectificaciones de Allende-Salazar, Juan y Sánchez Cantón, F. J.; Museo del Prado; Junta de Iconografía Nacional. 1919; habla desde luego de una obra del XVI y se identifica el personaje con Catalina reina de Portugal que anteriormente había sido tomada por su tía Catalina reina de Inglaterra. Además se dice que solamente se conoce este cuadro del pintor firmante (Sousa Viterbo: Noticia de algunos pintores portugueses. Lisboa 1903), pero considera probable que este "Carvalho" pueda ser el pintor Domingos Carvalho que pintaba en Lisboa en 1537 y se relacionaba con el pintor flamenco Cristóbal de Utrecht (a quien se considera uno de los maestros de Alonso Sánchez Coello durante su estancia en Portugal).
La imagen fotográfica que conserva el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) muestra en la cartela que figura en el marco el autor y el siglo: "CARVALHO S. XVI".
Finalmente, el Catálogo razonado del Museo del Prado de Cruzada Villaamil de 1965 amplía los datos sobre la obra.
Una vez reunida la información, decidí enviarla al servicio de documentación del Museo del Prado para que, una vez comprobada, volviera a figurar como obra del siglo XVI de Domingos Carvalho. La propuesta de revisión fue atendida y en consecuencia han sido sido modificados los textos de la Galería y la Enciclopedia. La ficha correspondiente de la Galería Online puede verse en el siguiente enlace: Catalina-de-austria-reina-de-portugal-como-santa-catalina
Finalmente reseñar que la nueva ficha modificada de la Galería Online recoge la información siguiente: "Cruzada plantea que [la obra] perteneciese a la colección de Leonor de Mascarenhas, fundadora del convento franciscano de Los Ángeles y, de ahí, pasó al Museo de la Trinidad. No obstante, no ha sido posible encontrar en el inventario de doña Leonor, como tampoco en el del convento de los Ángeles, una tabla con este asunto y dimensiones (Texto extractado de Gómez de Nebreda, M. L. "Las pinturas del convento franciscano de los Ángeles de Madrid que pasaron al Museo de la Trinidad". Boletín del Museo del Prado, XX, núm. 38, MNP, 2002)".
A pesar de esta afirmación de la autora si miramos en detalle el estudio citado vemos que recoge entre otros el "Documento nº 4. Del 15 abril 1842: Inventario de pinturas de la Academia de San Fernando que se remiten al Museo de la Trinidad, en el que figura como procedente «Del Convento de los Ángeles: 1 Sta. Bárbara (tachado. A mano añade "Catalina") pintada en cobre con una medidas de ¾ de vara de alto por ½ vara de ancho".
Es decir una referencia explícita a una imagen de Santa Catalina que coincidiría con la estudiada si no fuera porque dice estar “pintada en cobre”. No obstante, una vez transformadas las medidas que se apuntan (78 cm x 60 cm.) no se adecuan a las que se suelen utilizar en la pintura sobre plancha de cobre que generalmente son de pequeño formato y en cambio si que coinciden con las de la pintura de Domingos Carvalho. Ello nos llevaría a considerar que la obra referenciada se encuentra efectivamente entre las de Leonor de Mascarenhas aunque hubiera un error en relación al material del soporte en su catalogación.
UN POSIBLE RETRATO DE CATALINA DE PORTUGAL
Hace un tiempo apareció en el mercado del arte otro posible retrato de la reina Catalina de Portugal que fue vendido en Francia como Retrato de una Dama de Calidad.
La obra sorprende por su novedad respecto a la imagen que tenemos de Catalina de Austria, pero no resulta extraña por sus características ya que encajan con el estilo de la época y con la moda tanto relativa al vestuario como al peinado y que se puede poner en relación con muchos otros retratos reales contemporáneos. En la hipótesis de que se tratara realmente de Catalina, habría que situar el retrato hacia 1530. Si tenemos en cuenta que ella nace en 1507 y se casa en 1525, con 18 años, el retrato podría situarse en los años siguientes a su matrimonio, entre 1525 y 1530.
La entidad vendedora incluye la obra en la Escuela Francesa de fines del XVI – Época: Renacimiento; aunque la considera realizada entre 1520 / 1572 en el entorno de François Clouet.
El personaje viste a la moda refinada y lujosa de la primera mitad del Siglo XVI con un elegante vestido con tejidos gruesos de brocado, bordados y encajes, con notables joyas compuestas de perlas de gran tamaño como las de los pendientes que tienen forma de pera y la gran cruz que cuelga de su cuello compuesta de piedras preciosas con una gran perla colgante y otras cuatro en las esquinas haciendo juego con el broche que adorna su pelo. Un cinturón formado por una cinta de cadena plana que la modelo sujeta con la mano y que parecería servir para sujetar un zibellino o quita-pulgas que no se encuentra a la vista, quizás porque el cuadro pueda haber sido recortado, lo que no seria de extrañar dado que no se ve el borde de las mangas ni del pañuelo que podrían haber sido cortados por el deterioro que es visible en la parte inferior de la pintura.
En cuanto a la camisa blanca que podemos apreciar a través del acuchillado de las amplias mangas, constituye también un signo de riqueza y elegancia, al igual que el encaje que decora puños y cuello de la camisa. Fue común poseer varios pares de mangas, lo que permitía combinarlas con los vestidos para crear distintos modelos.
Es interesante ver los retratos de las mujeres de su generación, es decir los de sus tres hermanas Leonor, Isabel y María y los de sus dos primas-cuñadas portuguesas, Isabel y Beatriz, todas ellas nacidas entorno a la primera década del siglo XVI. Existe una tercera prima-cuñada portuguesa, María hija de Leonor que nace en 1521 por lo que en esta época todavía es una niña.
Con la excepción de María de Hungría que mantiene una imagen más fiel a la moda borgoñona, vemos que todas las demás siguen la moda española de los años 30 cuando se pone de moda un complejo peinado que consiste en llevar el pelo recogido en dos moños, que rodean las orejas, que pueden ser lisos, ondulados o trenzados. Esta moda no durará mucho tiempo, más o menos dos décadas, pues ya la generación siguiente cambiará totalmente de peinado. En este caso vemos que la mayor similitud se observa entre la supuesta Catalina y su cuñada Isabel, no solo en el peinado sino en la ropa y los detalles de adorno y joyas.
Tambien encontramos cierto parecido físico y muchas semejanzas entre las joyas y sus componentes entre los que abundan grandes perlas en forma de pera, que luce la probable Catalina y las que aparecen en algunos retratos de su hija María Manuela, que como sabemos será la primera esposa de Felipe II.
En conjunto se puede decir que en la obra vendida como "Dama de Calidad" vemos una convincente imagen de Catalina de Austria, reina de Portugal y nos alegra poder contemplar de ella una apariencia lejos de la que el sobrio pintor Antonio Moro realiza en 1550 en la madurez de la reina, que se ha convertido en la práctica en su único e injusto referente.
Pasado un tiempo decidí buscar en las propias fuentes de documentación del Museo y fui encontrando documentos que catalogaban la obra de diferente manera.
En el Catálogo del Museo de Prado de 1920 de Pedro de Madrazo podemos ver que se trata de una obra del pintor portugués del Siglo XVI, cuyo nombre CARVALHO se encuentra grabado en la hoja de la espada.
Detalle de la firma en el Retrato de la reina Catalina de Portugal personificando a Santa Catalina
Catálogo Museo del Prado 1920
En el libro Retratos del Museo del Prado, Identificación y Rectificaciones de Allende-Salazar, Juan y Sánchez Cantón, F. J.; Museo del Prado; Junta de Iconografía Nacional. 1919; habla desde luego de una obra del XVI y se identifica el personaje con Catalina reina de Portugal que anteriormente había sido tomada por su tía Catalina reina de Inglaterra. Además se dice que solamente se conoce este cuadro del pintor firmante (Sousa Viterbo: Noticia de algunos pintores portugueses. Lisboa 1903), pero considera probable que este "Carvalho" pueda ser el pintor Domingos Carvalho que pintaba en Lisboa en 1537 y se relacionaba con el pintor flamenco Cristóbal de Utrecht (a quien se considera uno de los maestros de Alonso Sánchez Coello durante su estancia en Portugal).
Retratos del Museo del Prado, Identificación y Rectificaciones. 1903
La imagen fotográfica que conserva el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) muestra en la cartela que figura en el marco el autor y el siglo: "CARVALHO S. XVI".
A pesar de esta afirmación de la autora si miramos en detalle el estudio citado vemos que recoge entre otros el "Documento nº 4. Del 15 abril 1842: Inventario de pinturas de la Academia de San Fernando que se remiten al Museo de la Trinidad, en el que figura como procedente «Del Convento de los Ángeles: 1 Sta. Bárbara (tachado. A mano añade "Catalina") pintada en cobre con una medidas de ¾ de vara de alto por ½ vara de ancho".
Es decir una referencia explícita a una imagen de Santa Catalina que coincidiría con la estudiada si no fuera porque dice estar “pintada en cobre”. No obstante, una vez transformadas las medidas que se apuntan (78 cm x 60 cm.) no se adecuan a las que se suelen utilizar en la pintura sobre plancha de cobre que generalmente son de pequeño formato y en cambio si que coinciden con las de la pintura de Domingos Carvalho. Ello nos llevaría a considerar que la obra referenciada se encuentra efectivamente entre las de Leonor de Mascarenhas aunque hubiera un error en relación al material del soporte en su catalogación.
Hace un tiempo apareció en el mercado del arte otro posible retrato de la reina Catalina de Portugal que fue vendido en Francia como Retrato de una Dama de Calidad.
Anónimo - Retrato de una dama de calidad - Posible Catalina reina de Portugal
La obra sorprende por su novedad respecto a la imagen que tenemos de Catalina de Austria, pero no resulta extraña por sus características ya que encajan con el estilo de la época y con la moda tanto relativa al vestuario como al peinado y que se puede poner en relación con muchos otros retratos reales contemporáneos. En la hipótesis de que se tratara realmente de Catalina, habría que situar el retrato hacia 1530. Si tenemos en cuenta que ella nace en 1507 y se casa en 1525, con 18 años, el retrato podría situarse en los años siguientes a su matrimonio, entre 1525 y 1530.
La entidad vendedora incluye la obra en la Escuela Francesa de fines del XVI – Época: Renacimiento; aunque la considera realizada entre 1520 / 1572 en el entorno de François Clouet.
El personaje viste a la moda refinada y lujosa de la primera mitad del Siglo XVI con un elegante vestido con tejidos gruesos de brocado, bordados y encajes, con notables joyas compuestas de perlas de gran tamaño como las de los pendientes que tienen forma de pera y la gran cruz que cuelga de su cuello compuesta de piedras preciosas con una gran perla colgante y otras cuatro en las esquinas haciendo juego con el broche que adorna su pelo. Un cinturón formado por una cinta de cadena plana que la modelo sujeta con la mano y que parecería servir para sujetar un zibellino o quita-pulgas que no se encuentra a la vista, quizás porque el cuadro pueda haber sido recortado, lo que no seria de extrañar dado que no se ve el borde de las mangas ni del pañuelo que podrían haber sido cortados por el deterioro que es visible en la parte inferior de la pintura.
En cuanto a la camisa blanca que podemos apreciar a través del acuchillado de las amplias mangas, constituye también un signo de riqueza y elegancia, al igual que el encaje que decora puños y cuello de la camisa. Fue común poseer varios pares de mangas, lo que permitía combinarlas con los vestidos para crear distintos modelos.
Es interesante ver los retratos de las mujeres de su generación, es decir los de sus tres hermanas Leonor, Isabel y María y los de sus dos primas-cuñadas portuguesas, Isabel y Beatriz, todas ellas nacidas entorno a la primera década del siglo XVI. Existe una tercera prima-cuñada portuguesa, María hija de Leonor que nace en 1521 por lo que en esta época todavía es una niña.
Leonor (1498-1558) Isabel (1501-1536) María (1505-1558)
Isabel (1503-1539) Beatriz (1504-1538)
Catalina? (1507-1578)
Con la excepción de María de Hungría que mantiene una imagen más fiel a la moda borgoñona, vemos que todas las demás siguen la moda española de los años 30 cuando se pone de moda un complejo peinado que consiste en llevar el pelo recogido en dos moños, que rodean las orejas, que pueden ser lisos, ondulados o trenzados. Esta moda no durará mucho tiempo, más o menos dos décadas, pues ya la generación siguiente cambiará totalmente de peinado. En este caso vemos que la mayor similitud se observa entre la supuesta Catalina y su cuñada Isabel, no solo en el peinado sino en la ropa y los detalles de adorno y joyas.
Tambien encontramos cierto parecido físico y muchas semejanzas entre las joyas y sus componentes entre los que abundan grandes perlas en forma de pera, que luce la probable Catalina y las que aparecen en algunos retratos de su hija María Manuela, que como sabemos será la primera esposa de Felipe II.
Composición con la probable Catalina de Austria a la izquierda y dos imágenes de su hija María Manuela a la derecha
En conjunto se puede decir que en la obra vendida como "Dama de Calidad" vemos una convincente imagen de Catalina de Austria, reina de Portugal y nos alegra poder contemplar de ella una apariencia lejos de la que el sobrio pintor Antonio Moro realiza en 1550 en la madurez de la reina, que se ha convertido en la práctica en su único e injusto referente.
En primer lugar felicitarte por tu blog Concha, que he descubierto hace poco, y que es una mina para el curioso impenitente que soy interesado en la retratística del XVI. En primer lugar el retrato de Carvalho lo había visto citado varias veces como la única pintura de escuela portuguesa antigua en el museo, por eso me llamó la atención verlo en la galería online como obra del XIX, me alegro que se haya aclarado el entuerto.
ResponderEliminarPor otro lado, en cuanto al segundo retrato, me recuerda mucho a la efigie de la emperatriz Isabel de Leoni que, en su doble versión, mármol y bronce, conserva el Prado. El peinado y la vestimenta es muy similar, así como la actitud de ambas manos: una sujetando la cadena de oro, y la otra el pañuelo. Es evidente que el retrato original está actualmente recortado. Puede que sea una versión algo posterior del retrato que sirvió de modelo para el bronce
Hola Fabritius, bienvenido al blog y gracias por tus comentarios. Creo que es evidente que estamos de acuerdo en bastantes cosas respecto al presunto retrato de Catalina pero no en el hecho de considerar que la retratada sea su prima hermana Isabel. Primero porque considero normal que haya similitudes entre dos mujeres, prácticamente de la misma edad, que siguen puntualmente la moda del momento; segundo porque las actitudes, postura, gestos o ademanes se pueden ver en tantos retratos que no pueden ser considerados como elementos de identificación.
EliminarEs preciso tener en cuenta que Catalina coincide un tiempo con su cuñada en Portugal y ella, que ha vivido alejada del lujo y de la moda, es posible que quisiera estar a la altura de Isabel de quien es famoso su gusto y refinamiento. Considero que incluso es normal que por su cercano parentesco exista un cierto parecido entre ellas aunque no tanto como para considerar que la retratada sea Isabel a quien le reconocemos unas facciones y en general un porte más "fino" que el que vemos en este retrato. En todo caso es un tema interesante que no doy ni mucho menos por concluido.
Enhorabuena por el espléndido trabajo, Concha. Que sorpresa me has dado cuando de repente me he visto involucrado en un tema de catalogación ¡del Prado!
ResponderEliminarPara colmo, todos estos personajes están ahora de plena actualidad moviéndose (con mayor o menor acierto) por la serie de TVE Carlos.
Apuntas también a la infanta D. María, hija de Leonor, un personaje que me fascinó por su mecenazgo con las artes en general y con la arquitectura a la "italiana" en particular. Ella y su cuñada-tía Catarina marcaron toda una época.
Por el correo te doy una noticia muy interesante sobre aquel D. Sebastián que vimos.
Gracias por la referencia y un abrazo.
Interesantísimo su blog y muy documentado. Vengo del Prado de ver ese cuadro en cuestión. En el cuadro de Catalina q también está en el Prado, ya reina de Portugal, más mayor claro, es morena del pelo negro, no pelirrojo. Esto es lo q me llama la atención, no sé qué opinión tiene Ud al respecto. Muchísimas gracias por compartir sus cultura y desde ahora la leeré con frecuencia. Un saludo
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado. Tengo entendido que en aquella época, y mucho antes, ya se utilizaban colorantes y decolorantes naturales para el pelo. No es raro encontrar por tanto, cambios de forma por la moda sino también de color.
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