sábado, 19 de enero de 2019

DAMIÁN DOMINGO, PINTOR Y MAESTRO FILIPINO


Damián Domingo Gabor (h.1790 - 1834)

 Retrato de Damián Domingo, realizado por su hijo José Domingo copiado de su autorretrato en miniatura. Col. Hrs. Jaime Ongpin

Damián Domingo nació alrededor de 1790 en la ciudad de Tondo –la segunda en importancia de la isla de Luzón, después de Manila– probablemente el 27 de septiembre, festividad de los santos Cosme y Damián, de donde vendría su nombre. 

La información biográfica del pintor fue escasa durante décadas, basada fundamentalmente en una primera biografía escrita y publicada por el pintor Miguel Zaragoza en La Ilustración Filipina el 7 de mayo de 1894, con el título "Don Damián Domingo, Primer Profesor de Pintura Filipino", que constituyó un importante punto de partida para su conocimiento aunque carecía de información sobre sus orígenes, sobre los que se especularon diversas opciones. 

Durante el siglo XX se escribieron otras biografías (Clotet, Quirino, Zaide, Ongpin, Joaquín, o Santiago), en su mayor parte basadas en la de Zaragoza, pero en 1992 el estudioso de la pintura filipina Luciano P. R. Santiago, encontró casi por casualidad en el Archivo Nacional de Filipinas el testamento del pintor, documento que sirvió para disipar dudas existentes y para conocer con más detalle su biografía y su entorno familiar. Es un documento breve, de dos páginas, con un sello de dos reales en cada una, que forma parte del Libro Notarial de 1834, un volumen encuadernado en cuero del escribano Don Clemente Cobarrubias, de la antigua provincia de Manila. 

El 23 de julio de 1834, en su residencia en Tondo, Manila,  Domingo dictó su testamento en español, sin necesidad de traductor, al notario que lo anotó en tercera persona. En él dice que se encuentra "postrado en cama con una enfermedad natural que Dios, nuestro Señor, se ha complacido en enviarle y temeroso de la muerte, lo cual es natural para todas las criaturas humanas, pero en total posesión de su juicio, memoria, comprensión y voluntad". Persona muy religiosa, manifiesta profesar el credo, los misterios y los sacramentos de Nuestra Santa Madre Iglesia, católica, apostólica y romana" y pide que sus restos sean enterrados envueltos en un hábito religioso. 

Este documento de últimas voluntades, que se desarrolla en once cláusulas, nos ha permitido conocer que Damián Domingo era un mestizo-chino natural de la ciudad de Tondo, hijo de Domingo Macario y Ermenigilda Gabriel, ambos fallecidos en el momento de la redacción del texto.

  
Autorretrato de Damián Domingo1826, y recipiente en el que se guarda en la col. L. Araneta.

Conocemos la imagen del pintor a través de una miniatura pintada al óleo sobre lámina de marfil en 1826, que es el autorretrato más antiguo conocido del arte filipino, en el que Damián Domingo nos permite ver un rostro joven y agraciado en el que se distinguen perfectamente los rasgos chino-mestizos, la tez amarillenta, ojos ligeramente estrechos, nariz recta, pómulos altos y pelo fosco negro. Vestido de uniforme de la armada española, correspondiente al grado de alférez, que ostenta con orgullo, gracias al título honorífico otorgado por el gobierno para reconocer su dedicación a la escuela y sus habilidades artísticas. Durante mucho tiempo se pensó que esta miniatura se había perdido, pero se conserva como una auténtica pieza única en la Colección Luis Araneta, donde se guarda en un recipiente que es un huevo de avestruz envuelto en oro, nácar y plata.

Uno de sus hijos, José, hizo posteriormente una versión al óleo del retrato de su padre (ver al inicio) en la que parece intentar mostrar un aire más "español" que el original, en cuya base, fuera del óvalo figura la inscripción: Damián Domingo / Gabor Alférez. A la izquierda el nombre de pila, Damián y el primer apellido Domingo que proviene del nombre del padre y a la derecha Gabor, probable segundo apellido que es una variante del apellido materno "Gabriel" y el título Alférez, que su hijo escribe en el marco exterior de la copia del retrato publicado por Carlos Quirino en "Damián Domingo, Filipino Painter" (1961). Hay que recordar que en esta época la mayoría de los filipinos no transmitían sus apellidos de una generación a otra lo que daba lugar a una gran confusión. No fue hasta 1849 cuando el gobernador Clavería puso fin a esa situación al decretar la incorporación de apellidos españoles a las familias filipinas y su sistematización de acuerdo con la norma española.

Fotografía  en la que podemos ver el retrato realizado por José Domingo en cuyo marco exterior figura la inscripción: Damián Domingo Gabor, Alférez.

Hacia 1818 se casa con Lucía Casas una hija de Ambrocio (sic) Casas (c1750-1816), coronel del Batallón de chinos-mestizos, con una posición elevada en la colonia, como muestra el hecho de que su familia estuviera exenta del pago de tributos como si fueran españoles de origen. Su nombramiento en 1795 de Capitán de  Cazadores del Regimiento de Milicias del Príncipe, otorgado por Carlos IV, se encuentra en el Archivo de Simancas (SGU, LEG, 6911,4). El mismo Dr. Santiago que publica su testamento da cuenta del expediente conservado en el Archivo General de Indias "Sobre que se conceda a Don Ambrocio Casas la gracia de gozar los mismos privilegios que los Españoles en aquellas Yslas," (Ultramar 528).
Retrato de Ambrocio Casas, suegro de Damián Domingo

Ambrocio Casas, su suegro, era un personaje notable de Manila, además de su cargo en la milicia era fabricante de cañones, y se encargó de la fundición de la estatua de bronce del Rey Carlos IV, aunque murió sin verla erigida. Iniciada por encargo del Ayuntamiento de Manila en 1796, el molde fue realizado en España por el escultor Juan Adán y se envió a Manila para fundirlo por resultar mucho más económico. En la Maestranza de artillería se iniciaron los trabajos en 1806 y terminaron en 1808, pero la estatua estuvo guardada hasta 1824 haciendo coincidir su colocación con la famosa entrada del Retrato de Fernando VII pintado por Vicente López en la ciudad de Manila, que se realizó con tanta pompa y boato como si del rey en persona se tratara. El monumento con la estatua de Carlos IV todavía puede verse en su emplazamiento original, en la Plaza de Roma, frente a la Catedral de Manila.
Monumento a Carlos IV en la plaza de Roma (antes Mc Kinley). Manila

Cuenta la tradición familiar recogida por Santiago, que Domingo regaló a Lucía un pequeño retrato, que le había pintado de lejos mientras la cortejaba, y que por su calidad impresionó al futuro suegro que, a partir de entonces, le permitió visitar la en su casa. Este hecho le dio cierta fama y le supuso una gran demanda como retratista de miniaturas.

Damián Domingo y Lucía Casas tuvieron diez hijos de los que, según su testamento, le sobrevivieron ocho, dos de ellos, Severo y José, también fueron pintores y asistieron a la Escuela de su padre. Domingo había construido para su familia una mansión en la Calle Real de Tondo, frente a su famoso teatro, que albergaba también su estudio y la escuela de arte, demolida tras el gran terremoto de 1880. 

Damián Domingo pintor de retratos  

Como pintor, Domingo comienza haciendo retratos, como el comentado de su esposa Lucía Casas o su propio Autorretrato. En la semblanza de Damián Domingoque el jesuita Jose Mª Clotet publicó en 1916, cuenta que el pintor hispano-filipinoRafael Enríquez (1850-1937), le dijo que los jóvenes de Manila encargaban a Damián pintar retratos en miniatura de sus enamoradas. Ya que la costumbre no permitía a los pretendientes y pintores hacer visitas formales, tenían que contentarse con desfilar frente a las casas donde las jóvenes se mostraban en las ventanas tras sus abanicos de encaje. Después de dos o tres paseos, Damián les sorprendía con una imagen perfecta de la dama en cuestión. Por cada retrato, le pagaban siete u ocho pesos.

Según el mismo Clotet en el palacio del gobierno, en Malacañang, se encontraban diversos retratos de gobernadores generales que llevaban la firma de Domingo y comenta que "en este género de pintura, la fama que disfrutó era indiscutible, por lo que no solo las familias más destacadas de Manila y las provincias, sino también las principales autoridades eclesiásticas, civiles y militares le encargaron pintar sus retratos." 

Miguel Zaragoza y Aranquinza también dice en su biografía que "tal fue su fama como artista que incluso los Gobernadores Generales hicieron sus retratos, trabajos que aún se conservan en la galería de retratos de Gobernadores que existen en el palacio de nuestro principal funcionario". 

Se desconoce cuales eran esos posibles retratos de gobernadores ya que en la actualidad solo sabemos que se conservan en Filipinas dos retratos de personajes pintados por Damián Domingo que formaban parte del gobierno. En ambos casos se trata de personas directamente relacionadas con el gobernador Pascual Enrile y Alcedo; uno de ellos, su sobrino, Nicolás Enrile y Mendez*, (Cádiz, 1804), alférez de navío de la Armada y el otro su ayudante el capitán José Mª Peñaranda (1806-1849) ingeniero militar y cartógrafo. Ambos seguirán su carrera en Filipinas llegando a ser Secretarios del Gobierno.
  *Alguna información filipina  considera que se trata del propio gobernador, lo que no es compatible si se compara con otros retratos seguros del personaje, como el existente en el Museo Naval).
Damián Domingo. Retratos de Nicolás Enrile y Mendez (Det.) y José Mª Peñaranda (Det.) 1832

Los retratos de medio cuerpo se realizan sobre placa de marfil con una técnica propia de la miniatura y revelan una cierta ingenuidad en su ejecución. Al examinarlos vemos las mismas características de las miniaturas dando la impresión de que la base está preparada de la misma manera, usando los mismos colores y los mismos trazos de pincel, o, mejor dicho, la misma ausencia de ellos ya que es imposible distinguir una pincelada.

Un ejemplar de este tipo de retratos se encuentra en el Museo Nacional de Artes Decorativas, en Madrid, realizado por el propio Domingo que evidencia la relación comentada entre su técnica retratística con la miniatura. Se trata del retrato de un joven en el que figura la inscripción: Damián Domingo lo pintó 1832, en el lateral derecho, en posición vertical ascendente, siguiendo la misma disposición del Retrato de Peñaranda que fue realizado el mismo año y es de características similares .
Retrato de muchacho. 13,50 cm. x 10 cm.
Museo Nacional de Artes Decorativas CE05755

Tenemos la suerte de poder identificar al retratado por la dedicatoria que aparece en la nota que se encuentra sobre la mesa, en la que claramente podemos leer:
A la Sra. Dª / Gestrudis Seque/ra de Enriquez / S.H.  R.
Detalle de la nota en el retrato

Haciendo el seguimiento de la información de la nota hemos podido conocer que el personaje retratado, que pertenece al mismo rango social que los personajes anteriormente comentados, es el joven Rafael Enriquez Sequera, nacido en 1817, en Poitiers (FR), cuarto de los siete hijos que tuvieron el alicantino Francisco Enriquez y Girón, (1776-1845), coronel de infantería, Intendente General del Ejército y Hacienda en Filipinas entre 1828 y 1836, y su esposa Gertrudis Sequera Carvajal (Granada 1786-1864) perteneciente a una de la líneas familiares descendientes de Colón (1).

Entendemos que se trata de su hijo Rafael, y no de alguno de los otros cuatro hermanos varones, tanto por la edad que representa, unos 15 años, como por las iniciales que aparecen al pie de la nota que hacen alusión a S[u] H[ijo] R[afael] que trabajó como empleado de Hacienda hasta su temprana muerte en 1849.

(1) Información obtenida del Índice de personas nobles y otras de calidad que han estado en Filipinas, 1521-1898. W.E. Retana y de Los descendientes de Cristóbal Colón. Rafael Nieto y Cortadellas 1952) 

Los "Tipos del País" de Damián Domingo
La especialidad que ha dado mayor notoriedad a Domingo es la de las ilustraciones sobre temas nativos que se conocen como "Tipos del País". Se trata de dibujos coloreados a la acuarela que representan personas que viven en las islas recorriendo todas las clases sociales y la diversidad de tipos étnicos existentes. Aunque no fue el primero en hacer este tipo de representaciones, su forma de hacer tuvo mucho éxito a juzgar por sus notables seguidores. Inició esta actividad por encargo del comerciante en telas Rafael Babom, un católico de Calcuta que llegó a Manila hacia 1820. Damián realizó varios de esos álbumes de los que se conservan cinco. El que se encuentra la Biblioteca Newberry de Chicago, con 29 láminas, está datado entre 1827 y 1832 y es el único en el que aparecen todas las ilustraciones firmadas a la manera clásica por él, como "Damianus Dominicus pinxit".
Portada del ejemplar de la Biblioteca Newberry (Chicago)

 Damián Domingo. Mestizos de Manila. "Colección de Trajes Manila..."

Para hacer las láminas Domingo usaba cinco pinceles chinos de marta cibelina, alguno de una sola cerda. Sus ilustraciones hacen un recorrido por todos los personajes de la sociedad isleña con la finalidad de dar a conocer las telas que vendía el Sr. Babom. Se dice que entre los personajes Domingo pudo haber pintado a su esposa y una de sus hijas de camino a la iglesia.
Damián Domingo. Posible retrato de Lucía Casas (det.) Álbum de Newberry

La pintura religiosa de Damián Domingo

Domingo también realiza por encargo una serie de pinturas para las iglesias y conventos locales, de las que se han conservado pocas y solo de cuatro se afirma con seguridad su autoría: “Nuestra Señora entregando el Rosario a Santo Domingo y Santa Catalina”, (c1815), "La Sagrada Familia" (c1830), "La Cátedra de San Pedro" (c1825) y “La Inmaculada Concepción”. Las tres primeras pertenecen a sus descendientes, y la última al Museo de la Universidad Xavier. 
  Damián Domingo. izq,: La Virgen del Rosario entre Santo Domingo y Santa Catalina. 
Der.: Sagrada Familia 
Ambas en la Col. Herederos Luis Ongping

No sería extraño que con el tiempo se le atribuyan otras obras, inseguras en la actualidad, dado el importante nivel de investigación que en las últimas décadas se ha dirigido a la historia de la pintura en Filipinas en el siglo XIX. Sus obras religiosas recuerdan la pintura española del XVII lo que sugiere que podría haber utilizado como modelos las obras llevadas Manila por las cinco grandes órdenes religiosas.

Su posible maestro, Faustino Quiotan (1770-1825)
A pesar de que probablemente Domingo no pudo tener una enseñanza formal, se piensa que además de inspirarse en las obras religiosas que pudo contemplar en conventos e iglesias de Filipinas debió tener algún buen maestro, con el que aprendería no solo a pintar sino también a enseñar y gracias a ello pudo llevar a cabo la tarea docente en su escuela. Se ha considerado que este maestro pudo ser Faustino Quiotan (c1779-1825), el más antiguo pintor mestizo-chino conocido, especializado en pintura religiosa y activo en el distrito de Santa Cruz de Manila.
 Faustino Quiotán, la Virgen del Caracol de Cavite y S. Basilio

Tampoco es descartable que Domingo hubiera podido aprender alguna de sus técnicas de dibujantes o pintores foráneos que formaran parte de alguna de las diversas expediciones de naturalistas que estuvieron en Filipinas desde finales del siglo XVII hasta primer tercio del XIX como Pineda, Ravenet o Brambilla. Esta actividad propició en las islas la existencia de una amplia tradición de pintores, dibujantes y grabadores de temas naturalísticos dada la demanda para publicaciones científicas.

El clan Domingo

Damián Domingo encabeza un clan artístico que tuvo un gran reconocimiento en las islas y fuera de ellas. De él forman parte sus dos hijos pintores, Severo José (quien pinta su retrato), su nieta Pascuala, hija mayor de Severo, casada con Román Ongpin, de quien parte una línea familiar que ha llegado hasta nuestros días conservando buena parte de su legado pictórico; y otros dos nietos, Vicente y Francisco, que dedicaron su vida al arte de la pintura.

Entre ellos destacamos la figura del menor, Francisco Domingo y Casas, nacido hacia 1845, quien tomó como segundo apellido el de su abuela paterna, Lucía Casas, cuya familia, como hemos comentado, disfrutaba de los privilegios de la nobleza española, aunque eran mestizos chinos.

Francisco Domingo, que probablemente era botánico además de pintor, realizó alrededor de 50 láminas de plantas en color para la Flora del Padre Blanco, lo que indica su alta consideración como artista. Sus retratos estaban adornados con plantas en primer plano.


Francisco participó en la Exposición General de Filipinas de 1887 en Madrid con la obra titulada Monumento a Pineda, con la que ganó una medalla y que fue comprada por el ingeniero de montes  Sebastián Vidal,  naturalista español, director del Jardín Botánico de Manila.

De 1891 a 1895 Francisco Domingo fue invitado por los hermanos Zaragoza para participar en La Ilustración Filipina, donde se publicaron sus dibujos, sobre todo paisajes y los retratos que realizó de personajes históricos como Antonio Pineda, su abuelo Damián Domingo y su bisabuelo Ambrocio Casas. También pintó obras religiosas para el convento de los agustinos en Intramuros, donde todavía se conservan.

De entre las diversas fuentes consultadas, una mención especial para Luciano "Chito" P. R. Santiago, escritor, historiador y psiquiatra filipino conocido por sus libros sobre historia, arte y cultura de Filipinas, principal artífice de la recuperación de la memoria del pintor Damián Domingo "Primer Maestro de Pintores en Filipinas".