miércoles, 5 de agosto de 2020

EL GATO DE POLERÓ

Vicente Poleró. Fot. J. Laurent. Archivo Mº Historia de Madrid

Hace ya cinco años dediqué un artículo de este blog a Vicente Poleró y desde entonces estoy atenta a lo que se publica sobre él.  Me alegró ver en su momento que el Museo del Prado había atendido la propuesta de mostrar en su Galería online el retrato, guardado (y olvidado) en el almacén, de Camila García de Poleró, pintado por Luis de Madrazo. El retrato había sido donado por su hija Consuelo, también pintora, junto con el de su padre, obra de Federico de Madrazo, actualmente depositado en el Museo de Lugo.

Recientemente la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina, ha adquirido para su colección de manuscritos la recopilación de romances escritos por los miembros de la Academia del Gato que en 1873 se reunieron en un volumen titulado Romancero español, que se ha incorporado a la Biblioteca Digital de la CM.

Hasta ahora tenía conocimiento de esta obra y de su relación con Vicente Poleró a través de dos antiguos artículos publicados por el Ayuntamiento de Madrid. 

El primero de ellos apareció en la Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento, en tiempos de la República, en 1934, debido a la pluma del periodista y autor dramático Alejandro Larrubiera y Crespo (1869-1936), en el que se comenta ampliamente la historia de la formación y los objetivos de la Academia del Gato, incluyendo la biografía de la mayoría de sus componentes y el primer romance publicado de la serie. Al revisar ahora la información he podido comprobar que Larrubiera no solo cita, sino que reproduce en su práctica totalidad otro artículo publicado por el periodista malagueño Eduardo Lustonó (1849-1905) en la Ilustración Española y Americana de 15 de Marzo de 1903. Este último afirma que su fuente fueron las propias actas de la ya extinguida tertulia.

El segundo artículo, más reciente, de Juan Contreras, Marqués de Lozoya, lo publicó el Instituto de Estudios Madrileños en 1973, formando parte de un ciclo de conferencias. En él contaba que rebuscando en su biblioteca familiar "tuve la fortuna de tropezar con dos volúmenes, bien encuadernados a la española, que ostentan sobre el lomo, en letras doradas, esta inscripción: Academia del Gato. Romancero Español. Tomo I-Tomo II. El primer volumen consta de ciento cincuenta folios, que hacen 300 páginas, escritas en menuda y compacta letra de varias manos, y de 236 el segundo".  Decía el Sr. Contreras que la obra perteneció a la biblioteca de don Jerónimo López de Ayala y Álvarez  de Toledo, Conde de Cedillo, su tío y suegro, en la que ingresó seguramente "como donativo de don Vicente Poleró, pintor y arqueólogo insigne con quien mantuvo el Conde, en su juventud, estrecha amistad". (El Conde de Cedillo será el prologuista de la obra de Poleró Estatuas Tumulares de Personajes Españoles de los Siglos XIII AL XVII. 1902).

La reciente adquisición de la Biblioteca madrileña (¿Se tratará del ejemplar del Marqués de Lozoya?) y la digitalización del volumen publicado del romancero me ha permitido conocer el contenido completo de la obra y me ha dado la ocasión de revisar los artículos citados y recordar la curiosa historia de esta efímera Academia.
           "Primer pensamiento que como encavezamiento (sic)  para todos los romances se pensó hacer por fin de economizar el gasto de los grabados. Vicente Poleró."

LA ACADEMIA DEL GATO

La denominada Academia del Gato surge alrededor de 1869 en la tertulia literaria y artística que se reunía en el Café de Levante, situado en la calle de Alcalá, junto a la Puerta del Sol. La iniciativa, que culminará con la creación de la Academia, partió del pintor y restaurador Vicente Poleró y Toledo
Antiguo Café de Levante. Puerta del Sol, 5. 1935

La necesidad de disponer de un local más adecuado para la actividad de dicha Academia y la falta de recursos para financiarlo fue resuelta con el ofrecimiento de Vicente Poleró de su propia casa en la Calle Santa María de la Cabeza, 49, en la que el 21 de marzo de 1870 se celebró la primera sesión, reuniéndose allí a partir de entonces todos los lunes.

Sobre la historia del nombre de la Academia, cuenta Eduardo Lustonó que "cuando [Poleró] apenas empezaba a saber dibujar y sin tener todavía la más leve noción del colorido, pudo proporcionarse unos colores al óleo y en su afán de aplicarlos discurrió que una hermana suya sujetase un hermoso gato blanco que tenían, mientras que él lo copiaba, como lo efectuó, siendo su primera obra al óleo". Pasado el tiempo, continúa el cronista, Poleró encontró su "opera prima" a la venta en un puesto del Rastro por seis cuartos, pero no quiso adquirirlo. La anécdota fue contada por el propio Poleró en la primera reunión del grupo y al siguiente domingo el recién nombrado secretario, Julián Díaz Cobeña, se acercó al Rastro y adquirió la pintura, ofreciéndola a los tertulianos que la convirtieron por aclamación en el símbolo de la nueva sociedad que se denominó "Academia del Gato". La obrita de Poleró presidió desde entonces la sala de reuniones y la imagen del felino pasó a integrar el símbolo de la nueva Academia.
V. Poleró. Logotipo de la Academia del Gato, 1873

Vicente Poleró expone en el preámbulo del Tomo II, que se incluyó como prólogo en la publicación de 1873, las circunstancias que llevaron a la fundación del grupo en una época de ruina económica y de desastres políticos y militares: "Teníamos el corazón dolorido por las desgracias de la patria. Teníamos abrumada la inteligencia bajo la presión candente de los comentarios políticos que rara vez se interrumpen en el ahumado recinto de los cafés. ... Las artes y las letras vertieron en nuestras almas el bálsamo de sus consuelos; nos acariciaron con sus dulcísimos encantos y nos adormecieron al arrullo de sus fantásticas inspiraciones."

El propósito principal de los fundadores de la Academia era "Desterrar de entre el pueblo los absurdos e inmorales romances, que hoy sirven de pasto a sus aficiones poéticas, extraviando su gusto y pervirtiendo sus instintos; despertar en él ideas de grandeza y de justicia con la enseñanza de los hechos que abundan en su gloriosa historia"

              "Escribamos para el pueblo, recordémosle su historia y sus tradiciones, para que se goce en ellas; despertemos en él el entusiasmo de sus más santas empresas" 

A lo largo de tres años, se fueron publicando los romances de carácter histórico hasta un total de cincuenta, cuyos originales están escritos con numerosas tachaduras, enmiendas y correcciones. En un primer momento se fueron vendiendo sueltos, como pliegos de cordel, a dos cuartos cada ejemplar. Cada romance iba acompañado de un dibujo o grabado en madera alusivo al asunto que se tratara y al final figuran siempre las iniciales del escritor y el logotipo creado que consistía en un escudete en cuyo centro campeaba la cabeza del gato sujetando una pluma entre sus dientes.

El reglamento establecía un máximo de diez socios fundadores, aunque también preveía que hubiera miembros supernumerarios. Todos debían pagar una cuota de dos reales mensuales. Dice Lustonó que "antes de proceder a la publicación de un trabajo se discutía en plena sesión, dándose el caso en diferentes ocasiones de ser rechazados muchos romances, por no llenar, a juicio de los académicos, las condiciones que se requerían para figurar en el Romancero..., rigorismo que, lejos de aflojar, estrechó los vínculos amistosos de todos los académicos".

ACADÉMICOS: ESCRITORES

La Academia del Gato estaba formada por un grupo heterogéneo de abogados, ingenieros o periodistas con inquietudes literarias y algunos pintores y grabadores dispuestos a dedicar su tiempo y recursos a una actividad cultural de dudosa viabilidad económica. Dice Contreras: "No había poetas en la Academia del Gato, sino eruditos y artistas con veleidades literarias". Pocos de ellos, salvo honrosas excepciones, continuaron la carrera literaria hasta el fin de sus días. La mayoría fue abandonado el arte o teniéndolo como afición, dedicándose a su profesión principal.

Conocemos la práctica totalidad de ellos porque los nombres de los escritores aparecen al pie de cada uno de los romances, aunque en la publicación aparecen solamente sus iniciales. Siguiendo el orden alfabético utilizado por Lustonó expongo a continuación la lista revisada de los académicos que tomaron parte en el Romancero, completando en algunos casos las breves reseñas que el periodista nos da de ellos, incluyendo entre paréntesis los títulos de sus romances que a cada uno le corresponden. A pesar de que el marqués de Lozoya afirma que Poleró Carderera colaboran en la redacción de los romances, no consta en ninguno de ellos la firma que acredite tal intervención, como tampoco se conoce aportación alguna de este último a los dibujos y grabados.

Alfredo Boccherini y Calonje (Madrid, 1845 - 1907)

Firma con las iniciales AByC. Bisnieto del famoso músico Luigi Boccherini de quien publicó una biografía y el catálogo de sus obras. A pesar de ser ingeniero industrial, su gran afición a las letras le llevó a publicar una colección de romances históricos y tradicionales. Fue redactor del diario conservador madrileño El Eco de España y  colaboró en varios periódicos literarios. 

Autor de: La calle de la Cabeza, El reloj de San Plácido, La peña de los enamorados, El Cristo del socorro y El Caballero de Gracia.

Luis Bonafós Vázquez,  (+1903) 

Firma con las iniciales FS que corresponden a su seudónimo anagramático: «Fabio Sunols». Era intendente militar. Realizó en 1901 el Catálogo de la Biblioteca del Centro del Ejército y de la Armada. Con su pariente y compañero de Academia Luis Díaz Cobeña firmó las tragedias clásicas Norma y Epiceris. Escribía la crítica musical y de teatros en El Correo Militar. 

Autor de: El Nuevo Mundo, Los hermanos Carvajales, La campana de Huesca y El mulato de Murillo.

José del Castillo y Soriano (Madrid, 1849 - 1928) 

Firma con sus iniciales JCS. Abogado, periodista, escritor y político. Con el seudónimo “El Sotillo” dio al teatro algunas obras muy aplaudidas. Ingresó en el cuerpo facultativo de archiveros y bibliotecarios llegando a alcanzar el cargo de segundo jefe de la Biblioteca Nacional, fue Gobernador Civil en distintas provincias y durante más de 20 años el cargo de secretario general de la Asociación de Escritores y Artistas.. 

Autor de: La batalla del Guadalete, A la luz de un candil. El tributo de las cien doncellas, Justicias del rey don Pedro, La muerte de Escobedo y Trafalgar.

Jaime Clark. (1844 - 1875) 

Firma con las iniciales CS. Nacido en Nápoles, en la primavera de 1864, se trasladó a España a fin de estudiar castellano. Amigo de Juan Valera se hizo famoso por sus diez traducciones de Shakespeare y de las Poesías de Heine y otros poetas alemanes. 

Autor de: Jaque al rey.

Carlos Luis de Cuenca y Velasco. (Madrid, 1849 - Ávila, 1927) 

Firma con las iniciales QNK. Escritor y abogado del Cuerpo Jurídico Militar, en el que llegó a teniente fiscal del Supremo de Guerra y Marina. Publicó algunas de sus composiciones con el  título de Alegrías. Junto con José del Castillo y Soriano escribió el libreto La Divina Zarzuela, en 1885. Ejerció el periodismo, siendo redactor del Heraldo de Madrid, La Correspondencia Militar, ABC, El Debate, crítico de teatro en La Ilustración Española y Americana y redactor jefe de Blanco y Negro
Autor de: El laurel de la Zubia.

Luis Díaz Cobeña (1837 - 1915)

Firma con las iniciales LVD de su seudónimo "Lucio Viñas Deza".  Político y abogado de prestigio, de quien se publicaron innumerables textos jurídicos y llegó a ser decano del Colegio de Abogados de Madrid. Colaboró en diversos periódicos madrileños.
La afición literaria que cultivó especialmente en sus años jóvenes le llevó a colaborar con su pariente
Luis Bonafós con quien firma dos tragedias clásicas. De él decía Ángel Ossorio (hijo de Manuel) que era elegante y modesto a la vez, bondadoso, humorístico, cordial, y discreto hasta en sus minutas. 
Autor de: El cardenal Cisneros. Francisco de Avellaneda y El Avemaría.  

Jose Gutiérrez Cabiedes. (+ Quesada-Jaén, 1898)

Firma con las iniciales JC. Poeta y dramaturgo. En 1872 estrenó en colaboración con Castillo y Soriano el drama Doña María Pacheco, y posteriormente El gran Tamerlán. Formó parte de las redacciones de la Gaceta, El Diario del Pueblo, Las Ocurrencias y El Cronista. Por la coincidencia en la localidad y el apellido es probable su parentesco con el pintor Rafael Hidalgo [Gutierrez] de Caviedes. 

Autor de: La esposa de Padilla, La batalla de Otumba, El alcalde de Móstoles, Las Trinitarias Descalzas, Don Alfonso VIII, Granada, La victoria de Lepanto, El Rastro y Bailén.

Pedro Larraza. (Iniciales PL)

Abogado, escritor y pintor. Tío carnal de Unamuno. La Universidad de Salamanca conserva una "Marina" firmada por él, heredada por Unamuno posiblemente de su viuda. 

De este autor el manuscrito de la obra contiene, en su página 14, un romance dedicado a la Academia del Gato firmado en Guetaria, su patria, donde, al parecer, estaba desterrado y en la página 18 un Soneto a Cervantes firmado en 1872 el día 23 de abril, aniversario de su muerte. Finalmente, en la página 20 aparece una "Epístola a Perico" (que Contreras considera Pedro de Larraza) escrita por Ossorio y Bernard, firmada y fechada el 24 de abril de 1870.
Autor del Romance: Zaragoza

Nicolás Muñoz Cerisola (Málaga, 1849 - 1907)

Firma con las iniciales NM. Poeta, escritor y periodista. Siendo muy joven marcha a Madrid empezando allí su vida literaria. Cronista de Málaga y colaborador en la prensa local desde 1865, fundador del semanario El Museo (1874) y La Patria.
Publica novelas en La Ilustración Española y obras como Rimas (1875), Semblanzas (1876), Romances de ciego (1896) además de algunas obras de temática social y otras de carácter literario como La Antología de poetas árabes durante la dominación musulmana en España.

Autor de: La conquista de Málaga y Álvarez de Castro.
Francisco Muñoz y Ruiz (1843 - 1892) 

Firma con sus iniciales FM. Natural de Cádiz, vino a Madrid en 1869. Junto con Ossorio y Bernard escribe el drama histórico Abd al Rhamán III.  Fue redactor de El Imparcial, El Liberal y El Día y colaborador de diversas publicaciones literarias. Al igual que varios de los componentes del grupo era de ideología republicana.

Autor de: El suplicio de D. Álvaro de Luna.

Eduardo Navarro y Gonzalvo  (Valencia, 1846 - 1902) 

Firma con sus iniciales ENyG. Periodista, escritor, dramaturgo y libretista de zarzuela. Estudió Filosofía y Letras en su ciudad natal y luego se trasladó a Madrid, donde se dedicó al periodismo y al teatro. Colaboró en El Combate, La Igualdad, El Imparcial, El Globo y Blanco y Negro. De ideología republicana, sus artículos críticos y satíricos sobre la monarquía de Amadeo I le costaron algunos periodos de prisión. 
Estrenaba obras tan a menudo que el periódico satírico Madrid Cómico, en el que entró de redactor en 1880, le dedicó la portada a su caricatura con estos versos: “Es fecundo como pocos,/ y escribe con mucha gracia,/ y se va a hacer millonario/ si cobra como trabaja” 
Autor de: El Príncipe Don Carlos.

Manuel Ossorio y Bernard (Algeciras, 1839 - Madrid, 1904)  

Firma con las iniciales de sus apellidos OyB. Inició su carrera en la administración, pasando por el Ministerio de Fomento y la Gaceta de Madrid, pero su verdadera vocación fue el periodismo. Su labor literaria con dos dramas e innumerables cuentos y artículos en las revistas de la época, está hoy totalmente olvidada, pero la obra que le da un lugar de honor en la cultura, es la Galería biográfica de Artistas Españoles del siglo XIX (1869) que, junto con su Ensayo de un Catálogo de Periodistas Españoles del S.XIX (1903) le convierten en un autor de consulta imprescindible para el estudio de la época. 
Autor de: La torre de los Lujanes, Pedro de Vera, El mejor premio del Arte, Muerte de Lope de Vega y Villamediana.

Gregorio Perogordo y Rodriguez
(Madrid, 1840-1891) 

Firma con las iniciales JR de su seudónimo "José Roldán" excepto los dos últimos que lo hace con JHG del seudónimo "J. Hernández y González". Abogado, poeta y pintor. Se ordenó sacerdote tras quedar viudo y fue rector de las Comendadoras de Santiago. 

Autor de: El voto de Alfonso VI, El compromiso de Caspe, La muerte de una artista, La prisión de Quevedo, Doña Juana la Loca, La perla de Ávila, Una aventura de Olmedo, El soplo de la muerte. Contra Dios o contra el rey y La Arganzuela.

Pablo Vera Bañón (+ Toledo, 1897) 

Iniciales PV. Pintor de origen alcoyano, formado en el taller de Espalter. En 1861 se traslada a Burgos para realizar el decorado del salón de Sesiones de la Casa Consistorial. Hacia 1870 recibe el encargo de decorar la capilla y otras salas del Alcázar toledano, ciudad en la que vivirá hasta su muerte. Cabeza de una saga que continúa con su hijo, José Vera González (1863-1936), y su nieto Enrique Vera Sales (1886-1956), acreditados pintores toledanos. (F. Dorado Temas Toledanos, nº 45, 1986), Colabora con sus caricatura-retratos en la revista La Campana Gorda

Autor del romance Alfonso VI en el destierro del que también realiza la ilustración.)

Pablo Vera. Romance 22. Alfonso VI en el destierro. 

DIBUJANTES Y GRABADORES

Varios artistas ilustraron los romances gatunos, si bien en este caso, la nómina de académicos es difícil de establecer pues varía de unos cronistas a otros. En todo caso la lista concreta de ilustradores "gatos" sería escasa ya que se aceptaron colaboraciones externas. Dice Lustonó que la casa editorial de Gaspar y Roig, para el mejor éxito de la empresa, facilitó algunos clisés [sic] firmados por Benedicto, Capuz, Hispaleto (Manuel), Lizcano, Miranda, Pizarro, Rico (Martín), José Severini y José Vallejo y Galeazo.

Tanto Lustonó como Larrubiera mencionan entre los artistas ilustradores del Romancero sin distinguir si se trata de pintor, dibujante o grabador, a Ignacio Calles, Eusebio Fernández Cuesta, José Galán, Luciano del Hoyo, Antonio Lanzuela, Carlos Múgica, Antonio Pérez Rubio y Vicente Poleró. Pero Contreras en el catálogo detallado publicado al final de su artículo, que contiene algunos errores, añade a esta lista a los pintores Luis FerrantManuel Ojeda Antonio Bravo, al grabador Joaquín Sierra y Ponzano y al dibujante Julián D. Cobeña. 

No siempre aparecen la firma o las iniciales del ilustrador en los propios dibujos, lo que hace casi imposible la confrontación de muchos de ellos con la información dada por los articulistas. Por ello, en esta ocasión me limitaré a exponer la reseña de aquellos cuya colaboración es amplia por lo probablemente fueran miembros integrantes de la Academia.

Carlos Múgica y Pérez (1821-1892) 

Pintor, dibujante e ilustrador originario de Villanueva de Cameros (Logroño). Estudió en la Academia de San Fernando y en 1848 decidió trasladarse a Roma a sus expensas; a su vuelta colaboró con Carlos Luis Ribera en la decoración pictórica del Congreso de los Diputados. Dedicado más especialmente al dibujo de láminas, ha firmado un gran número de ellas para revistas y periódicos. En 1858, ganó por oposición la plaza de profesor de dibujo de anatomía en la recién creada Escuela Superior de Pintura y Escultura de Madrid y poco después también fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios. (Realiza 5 ilustraciones, las correspondientes a los romances 6, 8, 10, 34 y 42, firmando en unas "Mujica" y en otras "Mª")
C. Mugica. Romance 8º  El Nuevo Mundo

José Vallejo y Galeazo (Málaga, 1821-Madrid, 1882) 

Pintor, ilustrador, dibujante y grabador. Profesor de dibujo de la Escuela de Minas de Madrid, al estallar la guerra de África, se alistó voluntario y fue destinado al Cuartel General de O'Donnell. Además de hacer estudios artísticos durante la campaña, ganó una cruz de San Fernando por sus servicios en la batalla de Tetuán. Organizó una Escuela de Artes y Oficios en la calle del Turco y más tarde una «Escuela de Artes para señoritas». Fue ilustrador de importantes obras como Viajes de Fray Gerundio; Iconografía española de Valentín Carderera, Historia de las órdenes de caballería, Crónicas de la guerra de África, y muchas otras. También realizó numerosos dibujos para publicaciones periódicas. (Según Contreras son suyas las ilustraciones de los romances 14, 18, 27, 33 y 48).

Entre los grabadores, el nombre de Galán sobresale del conjunto, siendo el responsable del grabado de un total de 23 de las ilustraciones. Poco sabemos de este artífice, a quien Contreras llama Don José mientras que Ossorio y Bernard se limita a indicar una "N" como inicial de su nombre y decir que su firma "se ve al pie de numerosas láminas de los periódicos". 

Algo más sabemos de su colega Carlos Capuz Alonso (1834-1899. Grabador xilógrafo, natural de Valencia y discípulo de la Real Academia de San Fernando, premiado con mención honorífica y medallas de segunda y tercera clase en Exposiciones Nacionales desde 1860 a 1878, cuya firma podemos ver en cuatro de las ilustraciones publicadas.
Romance 27º La Victoria de Lepanto, Vallejo / Capuz
Romance 10º Francisco de Avellaneda. Múgica / Galán

Vicente Poleró (Cádiz, 1824 - Madrid, 1911)

Termino incluyendo en la relación de artistas a Vicente Poleró, promotor y factótum de la Academia del Gato, a pesar de que su papel en ella sobrepasa con creces su aportación a las ilustraciones del romancero. Vemos su clara firma "V. Pº" en doce de las ilustraciones de los romances, ocho de las cuales están grabadas por Galán. A pesar de que en pintura su especialidad fueron los interiores de monumentos, en estas ilustraciones predominan los retratos de los personajes que protagonizan los romances, más que escenas relativas a los mismos.
Vicente Poleró, Retrato de Velázquez en el Romance 26º 
Vicente Poleró. Retrato de Lope de Vega del Romance 31º 
Vicente Poleró. Retrato de Alonso Cano del Romance 19º

Para terminar hago mías las palabras con que cierra su relato Juan Contreras

           "Al sacar del olvido la Academia madrileña del Gato queremos, en ella, rendir un homenaje a tantas tertulias de poetas y de artistas que iluminaron con la luz de una ilusión un momento en las vidas, acaso desventuradas de cuantos se reunían para elevar la cultura de una España cerril, desgarrada por una perpetua guerra entre hermanos."