Haber tenido a un genio por maestro es posiblemente lo mejor que le pudo pasar a Luis Tristán Escamilla (1586c.-1624) para el desarrollo de su pintura. La influencia del Greco es bien visible en algunas obras del pintor toledano, aunque al estilo que recibe del maestro, el discípulo incorpora el naturalismo que ha aprendido en Italia, donde también fue tocado por la influencia del claroscuro de Caravaggio.
Dos años después de la muerte de El Greco, en 1616, tiene lugar la entrega de cuadros contratados a Luis Tristán destinados al retablo del altar mayor de la iglesia parroquial de Yepes, la Colegiata de San Benito Abad, conocida como la “Catedral de la Mancha”. El retablo fue encargado en 1613 a Gaspar Cerezo y Juan de Portillo, bajo la supervisión del escultor Pedro de León.
El conjunto de pinturas del retablo, considerado como la mejor obra del artista toledano, está compuesto por seis grandes escenas (2,70 x 1,62 mts) de la vida de Cristo: En el nivel inferior, La Adoración de los pastores y la Adoración de los Reyes Magos, quizás las dos obras más interesantes en las que mejor se aprecia el naturalismo aprendido en Italia; en el central, la Flagelación y la Subida al Calvario; y en el superior la Resurrección y la Ascensión, obras en las que se detecta con claridad la pervivencia de rasgos manieristas. El retablo se completa con ocho medias figuras encastradas en casetones sobre los nichos ocupados por esculturas, cuatro de santas en el nivel superior: Santa Mónica, Santa Águeda, Santa Lucía, y la Magdalena, antes conocida como Santa Llorosa, y otras tantas de santos en el inferior: San Roque, San Bartolomé, San Sebastián y San Agustín.
El retablo es mencionado por Antonio Ponz en su Viaje por España. (Madrid 1787 – 1791):
"También he ido desde Aranjuez a la villa de Yepes. Sabía que en aquella iglesia había un buen altar mayor con bellas pinturas, y, efectivamente, es así, pues vi en él seis quadros grandes de lo mejor de Luis Tristan, que representan El Nacimiento, La Adoración de los Reyes, El Señor a la Columna y Con la Cruz a Cuestas, La Resurrección y Ascensión; además hay repartidas en el retablo ocho pinturas chicas del mismo autor, con figuras de Santos de medio cuerpo. En uno de los quadros grandes hay esta firma = Luis Tristan. f. 1616.»
Por su parte el Conde de Cedillo en su Catálogo Monumental de Toledo afirmaba:
“Por lo valiente y correcto del diseño, nobleza y carácter de los personajes, acierto y grandiosidad en las composiciones y solidez de color, son lo mejor que produjo Tristán, cuya personalidad artística poco podría conocerse desconociéndose el retablo de Yepes”.
Las diversas historias que al respecto se cuentan cargando las tintas en un estado de destrucción y generalizado hacen difícil recomponer la cronología de unos hechos que aunque afectaron a la integridad del retablo, no perjudicaron a la mayor parte de sus pinturas que no sufrieron daño alguno que no hubiera sido ocasionado por el paso del tiempo, siendo gravemente afectado solo uno de los grandes lienzos.
La actuación preventiva de la Junta delegada de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico por el Instituto de Patrimonio (IPCE) y la conservación de sus Actas así como las correspondientes a las devoluciones realizadas por la Comisaría de Defensa del Patrimonio Artístico, han permitido reconstruir los procesos llevados a cabo para salvaguardar las obras de Arte en un entorno de guerra.
La Junta Delegada de Incautación de Madrid fue creada el 23 de julio de 1936 dentro de la Junta Central del Tesoro Artístico del Ministerio de Instrucción Pública del gobierno republicano con funcionarios y miembros voluntarios. Su misión era proteger el Patrimonio Histórico mediante su traslado a depósitos seguros. Su actividad se desarrolló en Madrid y sus provincias limítrofes hasta mediados de marzo de 1939, cuando se disolvió y entregó toda su documentación a las fuerzas franquistas al entrar en Madrid el día 29 de ese mismo mes.
En cada visita de la Junta se levantaba “Acta de Incautación” por triplicado: una para los propietarios o responsables de las obras incautadas, otra, para el Ministerio de Instrucción Pública; y una tercera, para el Archivo de la Junta. Las obras se guardaban en los depósitos de Madrid previamente asignados. Esta exhaustiva documentación permitió la recuperación de las obras una vez terminada la contienda.
La visita de la Junta a la localidad de Yepes
Gracias a las Actas realizadas podemos afirmar que a finales de febrero de 1937 la iglesia parroquial de Yepes recibió la visita de la Junta Incautación de Madrid y Región Centro que iba a hacerse cargo del conjunto de objetos religioso-artísticos de la iglesia incluyendo las pinturas de Tristán para evitar su pérdida o deterioro.
Los miembros de la Junta que realizan la incautación son Ángel Ferrant, Thomas Malonyay y Vidal Arroyo, que hacen la requisa ante el alcalde de Yepes, Francisco Morales y con la presencia por parte del Comité del Frente Popular de Antonio Moralobos Carrasco.
Ángel Ferrant (Madrid, 1890-1961) Escultor, hijo del pintor Alejandro Ferrant Fischermans, fue durante la Guerra Civil Director accidental del Museo de Arte Moderno y miembro de la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Madrid, de la que llegó a ser Presidente en 1938. Se incorporó a la Junta de Incautación al inicio de 1937 dirigiendo muchas de las misiones destinadas a la tarea de salvación del patrimonio. Con el libro de Ponz en la mano, iban recogiendo y catalogando las obras de arte en peligro de pérdida o deterioro trasladándolas a lugares seguros. Al final de la guerra y tras el proceso de depuración, Ferrant es sancionado con la inhabilitación para cargos de confianza por su colaboración con la República, pero pudo continuar con su actividad artística y como profesor de escultura en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.
Thomas Malonyay (Budapest, 1902 - Sevilla d.1950) Pintor y copista de El Greco, afincado en Toledo, fue profesor auxiliar de alemán en Instituto de esta ciudad desde 1927. Formó parte del Comité de Defensa del Patrimonio en Toledo y de la Junta delegada de Incautación de Madrid en la que llevó a cabo el rescate de obras de arte durante toda la guerra. En 1939 fue detenido por sus ideas extremistas, "siempre hablaba mal de los nazis alemanes, particularmente de Hitler”, fue juzgado y condenado a 20 años de prisión menor, aunque se le aplicara el atenuante de “haber estado guiado por un espíritu de honradez”. Estuvo en las cárceles de Yeserías y Carabanchel hasta 1945 año en que consigue la libertad provisional condicionada al destierro en una finca de Utrera. (Francisco García Martín, “Un toledano de adopción: Tomás Malonyay”, en Anales toledanos, n. 44, 2008)
Lázaro Vidal Arroyo Medina. (Toledo, 1901 - d.1957) Pintor y Concejal del Ayuntamiento de Toledo, de Izquierda Republicana y presidente del Comité de Defensa de Monumentos de la Ciudad de donde pasó a formar parte de los equipos de la Junta de Incautación de Madrid. Al final de la guerra y, al igual que Malonyay, fue juzgado y condenado a 20 años de reclusión menor, a pesar de la aplicación del atenuante de "espíritu de honradez" (Roberto Félix García “La protección del tesoro artístico en la provincia de Toledo”, en blog Vestigios de la Guerra Civil en la provincia de Toledo, 6/II/2021). Se da la paradoja de que Vidal Arroyo fue juzgado por ambos bandos, durante la guerra por una denuncia de desafección al régimen y de pertenecer a un partido de derechas y por lo contrario al finalizar la misma. (Expte. nº 82 instruido contra Vidal Arroyo Medina, por el delito/s de Desafección al Régimen. FC- Causa_General,8,Exp.15)
En el Acta de 25 de Febrero figuran con el nº 1“Siete lienzos pequeños de Luis Tristán que proceden del retablo mayor de la iglesia que estuvieron colocados en el intercolumnio” en referencia a las medias figuras de santos y santas. No se especifica ningún deterioro, pero deducimos que falta uno, el que representaba a San Sebastián, hecho que no se menciona, lo que hace pensar que no se encontraba en su lugar en el momento de la incautación. También figuran en el acta tres de los grandes lienzos: con el nº 2, Jesús con la cruz a cuestas, con la indicación: “rajado”; con el nº 3, la Ascensión de Cristo; y con el nº 4, la Natividad indicando que está “rota”. Este último lienzo, más conocido como la Adoración de los Reyes Magos, estaba roto en varios pedazos, lo que explica la referencia nº 5: “Algunos fragmentos procedentes del mismo retablo”
En el Acta del día 28 figuran los lienzos restantes, con el nº 11: La Adoración de los pastores; con el nº 12: La Resurrección de Cristo; y con el nº 13: La Flagelación de Cristo. De los que no se indica deterioro alguno.
Al no recibir nuevas noticias en diciembre del mismo año el párroco, preocupado, escribe al subdirector del Museo del Prado, Francisco Sánchez Cantón.
Efectivamente La Adoración de los Reyes Magos, una de las obras más interesantes del retablo (Ver imagen más arriba), había sido restaurada y se hallaba expuesta en el Museo.
Transcurren prácticamente dos años cuando el Sr. Rivadeneira recibe el aviso del Sr. Cantón para recoger las obras pendientes de devolución. En otro escrito del 10 de septiembre de 1942 el párroco agradece al Subdirector del Museo la comunicación recibida para ir a recoger las obras excepto una que sigue en el taller de restauración, aceptando las condiciones impuestas que figurarán en el escrito de recepción.
Días después el párroco se disculpa por no poder ir personalmente a recoger las obras y comunica que serán recogidas inmediatamente por el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Yepes, Sr. Martín Ampudia, que "recogerá todos los que estén en condiciones y ya avisará cuando esté terminado el que falta...".
Nota de Rivadeneira a Sánchez Cantón (14.9.1942) Archivo MNP
Recepción de las obras firmada (16.9.1942) por el teniente alcalde de Yepes, Sr. Martín Ampudia. Archivo MNP
Finalmente, el lienzo de La flagelación fue entregado al año siguiente, el día 3 de mayo de 1943, a David Juárez, sacristán de la parroquia de Yepes.
De las siete medias figuras de santas y santos incautadas solo cinco volvieron a su lugar en la iglesia. Los originales de Santa Mónica y la Magdalena quedaron en el Museo del Prado "a cambio y como compensación de los gastos y trabajos con que dicho Museo salvó y restauró estos cuadros" es decir, a modo de “comisión” por los trabajos realizados. No sabemos si esta fórmula de 'pago en especie', fue impuesta por el Sr. Sánchez Cantón, tampoco sabemos si fue utilizada solamente para la Iglesia de Yepes o si fue una forma habitual de cobro por parte del Museo.
Para cubrir su vacío en el Retablo, el Museo encargó sendas copias al pintor-restaurador Federico Avrial y Alba (1896 - 1957) quien incluyó en las mismas una inscripción explicando la sustitución efectuada.
La integridad de la obra de Luis Tristán en Yepes exigiría la presencia de estas magníficas santas junto al resto de las pinturas del retablo. Últimamente estas obras han participado en la exposición “Tristán. Entre lo divino y lo humano” (2024) del Museo del Greco en Toledo, pero son pinturas que desde hace tiempo abandonaron la exposición permanente del Museo del Prado y pasaron a su almacén.
El hueco del San Sebastián desaparecido fue cubierto con una nueva imagen del santo que es una copia de la obra de Giovanni Bazzi “Sodoma” que, según el Dossier “Salvemos la Colegiata de Yepes”, fue realizada por una religiosa del Convento Carmelita de la localidad. Es probable que la autora fuera Carmen Martínez Nacarino, la misma que realizó a mediados del siglo pasado para el convento la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia que allí se venera. La hermana Carmen Mª de la Eucaristía en el ámbito religioso, había sido discípula en Madrid del escultor Miquel Blay. No queda en el convento ninguna hermana de la época que pueda recordar el hecho.
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