viernes, 14 de septiembre de 2012

LEONOR DE MASCARENHAS

En una reciente visita al Museo de Arte Antiga de Lisboa he podido admirar el retrato de una mujer que me resultó conocida y aunque no estaba identificada, la relacioné con Leonor de Mascarenhas, aya de Felipe II y de su hijo D. Carlos además de camarera mayor de la infanta María de Austria.

Retrato de Senhora com Rosário
Maestre desconhecido - c.1550-60
Óleo sobre madera de carvalho
Proveniência: Palácio das Necessidades. Lisboa 1913


La cartela del cuadro no daba mucha información pero la situaba en un tiempo y un lugar. La fecha coincide con los años de madurez de Doña Leonor de Mascarenhas (1503-1584) y el lugar de procedencia, el Palácio das Necessidades, que en octubre de 1910 vio como su conjunto de obras de arte fue distribuido por varios museos, con ocasión del golpe de estado republicano.

La imagen del personaje que yo conocía era la que aportaba Sánchez Cantón en el artículo «Doña Leonor de Mascarenhas y Fray Juan de la Miseria» en el Boletín nº 26 de la Sociedad Española de Excursiones (1918) 104-113 y 279-282.

En el artículo se informa que el cuadro pertenecía en ese momento a la colección del Marqués de la Vega Inclán, estaba atribuido a Alonso Sánchez Coello, aunque el especialista Sánchez Cantón no considera esa atribución y apunta, aunque con poca convicción, la idea de que el autor pudiera ser Juan Narduch de Nápoles, más conocido como Fray Juan de la Miseria. 
En una Nota posterior informa de que "alguien" le aporta la sugerencia de que pudiera ser obra de Sofonisba Anguissola, aunque con los escasos datos de que disponía el autor sobre la pintora en esa fecha no es raro que no considerase dicha atribución. 

La imagen reproducida por Sánchez Cantón en 1918 procede del convento de Santa María de los Ángeles, que ella fundó y se corresponde con el  original que reproduzco a continuación, del que la última noticia que tengo es de pertenecer a la colección de los condes de Limpias.

En el marco puede leerse la siguiente leyenda:
    DOÑA LEONOR DE MASCAREÑAS, HAIA DE DON FELIPE SEGUNDO Y
 DEL PRINCIPE DON CARLOS SU HIYO.
FUNDADORA DEL MON.DE S.MA.DE LOS ANGELES  LA REAL DE MADRID



¿Quién era Leonor de Mascarenhas?


Sabemos que Leonor de Mascarenhas era una dama portuguesa, hija de Fernán Martins de Almada y de Doña Isabel da Veiga (el apellido Mascarenhas era de su abuela paterna), de linajes antiguos e ilustres del reino de Portugal; que fue dama de la reina doña María segunda mujer del rey don Manuel de Portugal, que vino a Castilla con su amiga Isabel Freire cantada por poetas como Sá de Miranda y Garcilaso, formando parte del séquito de la que iba a ser emperatriz Isabel por su matrimonio con Carlos V. También sabemos que acompañó a Isabel desde su matrimonio en Sevilla en 1526, hasta su fallecimiento en Toledo en 1539. 

Aunque siempre ha sido considerada como el aya de Felipe II, realmente ese cargo lo ejerció Doña Inés de Manrique, antigua dama camarera mayor de Isabel la Católica, sobrina del famoso poeta Jorge Manrique, a quien la emperatriz Isabel fue a buscar al Monasterio de Calabazanos (Palencia) en donde se había recluido desde que quedó viuda de Juan Chacón. (Fernández Oviedo. Libro de la Cámara real). Leonor de Mascarenhas, por ser una de las damas de mayor confianza de la emperatriz, fue también asignada al servicio y cuidado del príncipe, dada la avanzada edad de Doña Inés, para que se hiciera cargo y la sustituyera cuando fuera necesario.

De quien si se ocupó plenamente en condición de aya fue del príncipe don Carlos, tras la prematura muerte de su madre la Princesa María Manuela de Portugal, Felipe II le encargó personalmente esa tarea:     
         “Doña Leonor, mi hijo queda sin madre, vos lo habéis de ser suya, porque de ninguna otra le fiaré, como quien tiene tan larga experiencia de lo bien que sabéis hacer este oficio”

Doña Leonor lo fue tan de veras y con tanto amor, como si fuera su propio hijo y aunque la separan de él antes de cumplir los nueve años, siempre mantuvieron una estrecha relación. Cuando Don Carlos es encarcelado, ella se retira definitivamente a un monasterio y “eligió para su morada un aposento que no tenía más que cuatro varas de largo y dos de ancho, por tener allí una ventanica que caía al altar mayor, y aquí estuvo cuatro o cinco años sin salir de él si no era a confesar y comulgar y sin hablar con nadie sino con las monjas y con la Princesa de Portugal, que la visitaba muchas veces”.

Estas notas de su vida han sido extraídas de Algunos apuntamientos de la vida y obras virtuosas que en ella hizo la muy ilustre señora Doña Leonor Mascareñas, Aya del Rey Don Felipe, nuestro Señor, segundo de este nombre, y del Príncipe Carlos, su hijo heredero de estos Reinos y única fundadora de este Monasterio de Santa María de los Ángeles la Real de esta Villa de Madrid”. Se trata de un manuscrito que se encuentra en la Biblioteca del Instituto Histórico de la Compañía de Jesús en Roma, y es copia moderna de otro, probablemente original, escrito por una religiosa contemporánea, cuyo paradero se ignora, que fue publicado por vez primera en 1942 por el padre J. Mª March en el Boletín nº 50 de la Sociedad Española de Excursiones.

Aunque considero que es un personaje sobre el que se ha profundizado poco, todos los datos que tenemos de ella nos permiten afirmar que es una persona clave en la casa de Austria en la que juega un papel cuasi familiar y todo hace considerar que ése es el trato que se le dispensa por los diferentes miembros de la familia real.

Además de esta faceta “familiar” también es conocida su labor caritativa y su obra promotora tanto del desaparecido convento de Santa Mª de los Ángeles, como de otras iglesias y conventos de Madrid y Alcalá de Henares. Para información sobre esta etapa puede consultarse el artículo:

Las noticias que nos han llegado de ella suelen coincidir en el relato de la parte de su vida que transcurre en la corte española, aunque las fuentes discrepan en lo que se refiere a su vida en la corte portuguesa. Podemos ver dos tendencias  en su biografía juvenil que no son fácilmente conciliables. 

Por una parte se encuentran quienes hablan de ella desde el ámbito religioso, que la consideran como una mujer virtuosa, beata  y casta desde una edad muy temprana:

      «...tan santa como noble... Desde sus tiernos años hizo voto de castidad, ajustó con estos deseos los de caridad... cumpliéndose en ella lo que dixo el Espíritu Santo de la muger fuerte, que nunca tuvo su mano cerrada al pobre. Quiso ser Religiosa, pidió licencia para ponerlo en execucion a la Majestad de Filipo Segundo, que pareciéndole si ponia por obra sus deseos, haría falta a muchos de piedad, en que se ocupava, le fue a la mano, diziendo: tenia por mejor fundasse un monesterio» (Jerónimo de Quintana -1629). 

Por otra parte están quienes hablan de ella como una dama "de grande hermosura y raras dotes: la briosa y esquiva doña Leonor de Mascarenhas" (Carolina Micheaelis - 1885centro de atención de amadores y poetas aunque parece que la dama siempre fue esquiva a estos devaneos lo que era constante motivo de disgusto para sus cortejadores. También se ha identificado a Leonor con una dama muy celebrada en el Cancionero de Resende (1516).

Doña Leonor no solo fue objeto de trovas; ella misma las compuso, por eso al pasar de los años Sá de Miranda la comparó con Vittoria Colonna, Marquesa de Pescara, poetisa italiana muy admirada por Miguel Ángel con quien se reunía, junto con otros artistas como Francisco de Holanda en tertulias literarias y artísticas.
Vittoria Colonna por Miguel Ángel

Hay incluso quien considera que Leonor de Mascarenhas fue el amor platónico por quien suspiraba Ignacio de Loyola antes del comienzo de su vida religiosa. Parece que ocasiones no le debieron faltar para conocerla en la corte lisboeta. Lo que sí sabemos es la devoción que Leonor  profesó por la Compañía de Jesús en la que siempre fue considerada como protectora de la obra y del jesuita y podría pensarse en la importancia de su labor difusora entre los miembros de la casa real que tan adeptos fueron a la Compañía.

Algunos dicen que la Leonor de Mascarenhas de la que habla el Cancionero de Resende es un personaje distinto de la Leonor que vino a España en 1526 acompañando a la emperatriz Isabel y que ha pasado a la posteridad por su gran virtud religiosa y por lo que precisamente no fue, aya de Felipe II. Por mi parte pienso que bien puede tratarse de la misma persona que tras vivir una juventud alegre y cultivada en la corte portuguesa pasó a la corte española en la que el aspecto religioso todo lo inundaba.

Finalmente, también considero que ella bien podría ser la persona retratada en el cuadro del museo de Arte Antiga de Lisboa: Retrato de Senhora com Rosário que aparece al inicio de esta entrada y que me ha dado la excusa para de escribir este artículo. 

4 comentarios:

  1. Hola Concha,
    Enhorabuena por el magnífico artículo y muchas gracias por el enlace con el mio.
    Ha sido muy sorprendente ver esa otra faceta de D. Leonor anterior a su etapa castellana.
    El bellísimo palacio lisboeta del marqués da Fronteira es propiedad de D. Fernando José Fernandes Costa Mascarenhas y ha pertenecido siempre a los Mascarenhas. ¿Serán la misma familia?
    Voy a poner el retrato de D. Leonor atribuido a Sofonisba para ilustrar mi artículo que carecía de su retrato indicando, eso si, la fuente.
    Quiero decirte también que hace poco estuve en el Prado con mi hija y gracias a tus artículos vimos in situ algunos de tus acertados comentarios.
    Un saludo

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  2. En el catálogo de la exposición: Felipe II un monarca y su época, p70 el retrato de Leonor Mascareñas figura como perteneciente a la colección de los Condes de Limpias

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  3. Gracias por la información, enak. Efectivamente también Maria Kusche en su libro Retratos y Retratadores cita esa referencia, pero no he encontrado información sobre esa colección, donde se encuentra o si es posible acceder a ella.

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  4. Interesante trabajo, Concha. Y sugestivo apunte de Antonio Iraizoz acerca del posible vínculo de Leonor con Ignacio de loyola, si tenemos en cuenta que según me explicaron en el Palacio Fronteira, es en esa gruta del jardín donde Loyola dio su ultima misa antes de salir a catequizar a Oriente. En todo caso habla de la posibilidad de que se hubieran conocido allí, sin más. Un saludo cordial, Noni Benegas

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