jueves, 3 de noviembre de 2016

CATERINA VAN HEMESSEN - PINTORAS POR TRADICIÓN FAMILIAR (1)

La Historia del Arte y en especial de la pintura ha ignorado la presencia de las mujeres y lo ha hecho de forma sistemática, casi me atrevería a decir de forma premeditada, pues a lo largo de los tiempos ha habido mujeres que se han dedicado a la pintura, han sido reconocidas, incluso famosas, como demuestran las crónicas del tiempo que les correspondió vivir, pero son los historiadores los que más tarde deciden hacerlas desaparecer, no por ser mejores ni peores, sino simplemente por ser mujeres.

Los diccionarios y recopilaciones de artistas tan al uso desde el Renacimiento están llenos de nombres de pintores entre los que hay grandes genios, pintores de oficio y, buena parte de ellos, segundones que por el mero hecho de ser hombres aparecen catalogados a pesar de sus escasos méritos y forman parte de ese parnaso de papel que les adjudica un lugar para el recuerdo a través del tiempo.

A las mujeres en cambio hay que buscarlas entre líneas, en la letra pequeña de la Historia del Arte y eso cuando tienen la suerte de ser mencionadas ya que a menudo son sencillamente ignoradas o, lo que es peor, despojadas de sus obras que se adjudican a cualquier otro pintor de la época con quien exista algún tipo de coincidencia estilística. 

Pero esta entrada inicia una serie dedicada a un grupo de mujeres pintoras que tienen en común una característica peculiar que es el hecho de tener un padre pintor que les ha enseñado el oficio y les ha dado el nombre. Las consecuencias de esta relación familiar no siempre son positivas para ellas ya que a menudo se produce confusión entre las obras de ambos y los críticos tienden por una parte a ignorar o minimizar las aportaciones de la hija a la obra del padre y por otra a magnificar las influencias del padre sobre la hija.

De entre las muchas pintoras en las que concurre la situación comentada, esta primera entrada de PINTORAS POR TRADICIÓN FAMILIAR se va a ocupar de la pintora flamenca: Caterina van Hemessen.

Caterina van Hemessen (1528-1587) hija de Jan Sanders van Hemessen (1500c-1566)

Caterina van Hemessen es una de las primeras mujeres artistas, en el sentido moderno del término, de la que se tiene noticia. Nacida en Amberes, perteneciente a la escuela flamenca, se distinguió como retratista y especialista en miniaturas. Era hija del pintor Jan Sanders van Hemessen en cuyo taller debió aprender y posteriormente ser ayudante y colaboradora.

Hacia 1540, Caterina entró junto a su padre a formar parte de los pintores de la corte de María de Hungría, regente en esos momentos de los Países Bajos en nombre de su hermano, Carlos V. Cuando contrajo matrimonio con Christian de Morien, organista de la Catedral de Amberes, parece que Caterina abandona los pinceles temporalmente a pesar de lo cual formó parte como pintora, junto con su marido, del cortejo de María de Hungría cuando ésta regresó a España, al tiempo que lo hacía su hermano Carlos V el emperador. No fue mucho el tiempo que el matrimonio residió en España, en el palacio del Infantado (Guadalajara), porque al morir  su patrona, en 1558, la pintora y su marido volverían a su tierra natal.

María de Hungría es especialmente recordada en el mundo del arte por las importantes pinturas, esculturas y otros objetos valiosos que reunió y trajo consigo en su venida a España, al final de su vida. Muchas de las obras que trajo habían sido encargadas por ella, como el gran retrato de su hermano, Carlos V a caballo en Mühlberg de Tiziano o las esculturas de cuerpo entero de Felipe II y la magnífica suya propia que encargó a los Leoni que hoy podemos admirar en el claustro alto del Museo del Prado. También gracias a ella, vino a España el Descendimiento de Rogier van der Weyden, que compró en una iglesia de Lovaina y que su sobrino Felipe II trajo a Madrid.
Retrato anónimo de María de Hungría

En los años que Caterina pasa en España con María de Hungría volvió a coger el pincel para colaborar con su padre en la creación del Retablo de Tendilla del Monasterio Jerónimo de Santa Ana de Guadalajara que en la actualidad se encuentra en el Cincinnati Art Museum.
Retablo de Tendilla Det. Cincinnati Art Museum USA
Predela del Retablo de Tendilla - Cincinnati Art Museum USA

Las pinturas del retablo fueron realizadas en el estudio de su padre y de ellas nueve, de la parte central del retablo y la predela, las hizo Caterina, destacando las figuras centrales de San Jerónimo, el Calvario, y el Nacimiento de Jesús y en la predela: San Sebastián, Santa Isabel y María y San Francisco que son además las mejores del retablo.

Su obra, no muy amplia pero de gran interés por lo que supone de precursora de otras pintoras, se compone fundamentalmente de retratos, incluyendo su famoso autorretrato, que se caracterizan por tener un fondo neutro oscuro y se distinguen por la meticulosidad que deriva de su formación como miniaturista.

El autorretrato con 20 años, del Kunstmuseum de Basilea, Suiza, es sin duda su obra emblemática.  La artista aparece frente al caballete en disposición de comenzar a pintar, teniendo en su mano izquierda una pequeña paleta rectangular, sujetando al mismo tiempo varios finos pinceles y un tiento en el que apoya la mano derecha que está pintando. En la cabeza peinada con el pelo recogido con raya en medio, cubierto con una fina toca bordada y almidonada que se adapta al contorno de su cabeza por delante y cae suelta por detrás. Su mirada se dirige al exterior, pero no hacia el espectador sino probablemente al espejo en que se mira para poder retratarse. Una inscripción aparece en el ángulo superior izquierdo en la que se indica su nombre y su edad.
Autorretrato. Kunstmuseum. Basilea
Inscripción: EGO CATERINA DE HEMESSEN ME PINXIT 1548 
AETATIS SUA 20

Las mismas características pueden apreciarse en el retrato que representa a una Dama tocando la espineta de la misma fecha que el anterior, indicando en este caso una edad de 22 años. Por el parecido entre ambas se ha considerado que probablemente se trate de su hermana. En este caso la inscripción señala que ella lo pintó pero no menciona la identidad de la retratada.
Retrato de dama. Wallraf-Rich. Museum Colonia
Inscripción: CATERINA DE HEMESSEN / PINGEBAT 1548 
AETATIS SUAE 22   

Esta forma de exponerse públicamente para mostrar sus habilidades como damas de elevada cultura y formación artística y musical coincide con las primeras obras de Sofonisba Anguissola que por este mismo tiempo comienza a pintar sus autorretratos en los que se muestra pintando o tocando la espineta  como Caterina. Es probable que aunque no se conocieran personalmente las dos pintoras tuvieran referencias mutuas gracias al flujo comercial y cultural entre Cremona y Amberes. Caterina estuvo en España hasta pocos meses antes de la llegada de Sofonisba Anguissola, lo que pudo dar lugar a que le hablaran de ella. El hecho de que Catherina fuera unos cuatro años mayor que Sofonisba, hace pensar que sea la flamenca la que introduce el modelo que luego seguirá no solo la pintora italiana sino un importante número de pintoras que adoptan la fórmula del autorretrato como medio de darse a conocer. 

Siguiendo este mismo estilo conocemos la pareja de retratos formando pendant que se encuentra en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica.
Retratos de hombre y de mujer. Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas 
Inscripción en ambos: CATHERINA / DE HEMESSEN / PINGEBAT / 1549; 
Caballero: AETATIS / SVAE / 42 
Dama: AETATIS / SVAE / 30

El padre: Jan Sanders van Hemessen (1500c-1566)
Nació en Hemiksem, entonces llamado Hemessen y fue aprendiz de Hendrick van Cleve I en Amberes. Viajó a Italia alrededor de 1520 donde estudió los modelos de la antigüedad clásica y las obras de Miguel Ángel y Rafael. De nuevo en Amberes, en 1524 es admitido como maestro en el Gremio de San Lucas en el que se había formado. Se casó con Barbara de Fevere, hija de un comerciante de Amberes. No se sabe con certeza si trabajó para la corte de Margarita de Austria, pero sí lo hizo, juntamente con su hija, para la de su sobrina María de Hungría.

Aunque su especialidad fuera la pintura de costumbres y escenas religiosas y de género, de las que existen abundantes muestras, también realiza retratos de personajes de la época, cuyo estilo influyó en el modo de pintar de su hija, aunque, a diferencia de ella, no suele utilizar los fondos neutros sino que incluye elementos de mobiliario o paisaje.
Dama pesando oro, Staatliche Museen, Berlin 
Caballero de 34 años ante un paisaje. 1530-40 Amberes

En la sala 56 del Museo del Prado pueden verse dos obras suyas: El cirujano o La extracción de la piedra de la locura, [P1541] y La Virgen con el Niño [P1542].


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