LAS TRIBUS DE ISRAEL
Jacob, que fue después llamado Israel, tuvo doce hijos y al menos una hija con dos esposas: Lía (madre de Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón, y de su hija Dina) y Raquel (madre de Aser, José y Benjamín) y con las siervas de Lía, Balah (Madre de Dan y Neftalí) y Zelfa (madre de Gad), Los doce hijos serían los patriarcas de las doce Tribus de Israel.
Representantes de primera línea de la pintura española del Barroco, Ribera, Murillo, Velázquez, Cano, recrearon a menudo pasajes de la historia bíblica relacionados con Jacob y sus hijos pero la presentación del conjunto familiar formando una serie es difícil de encontrar en España, probablemente porque no existía demanda en el estamento religioso de este tipo de iconografía para decorar las grandes iglesias y conventos de la época.
Muy diferentes características conformaba la demanda artístico-religiosa de los virreinatos de Nueva España y el Perú donde la arquitectura supera en barroquismo a la española tanto en el exterior como en la decoración de interiores, en los que retablos, esculturas y pinturas tenían un papel principal. En este sentido eran muy solicitadas las series pictóricas que permitían decorar los templos. Entre las diferentes series que se encargaban para cumplir esta función de ocultar con imágenes las paredes de los templos sabemos que la temática de los Patriarcas representantes de las Doce Tribus de Israel era una de las demandadas. Se trataba de un tema con ciertos visos ideológicos, o incluso políticos, aunque también había demanda de otros tipos de series eminentemente religiosas: apóstoles, escenas de la vida de la Virgen o de Santos, que en buena parte se realizaban en talleres y obradores sevillanos.
Este interés por la temática biblica y en concreto por las series de Patriarcas se ha relacionado con la creencia de que los indios procedían de las tribus perdidas de Israel. Así, algunos historiadores abogaban por el origen bíblico de los antiguos pobladores de América, como el escritor Diego Andrés Rocha (Sevilla, 1607 – Lima, 1688) dice: «yo tengo por cierto que muchos de estos Indios occidentales descienden de las diez tribus que desterró Salmanasar, y que entraron poblando esta América por las costas de México, por el reino de Anian», anotando en su "Origen de los Indios" las múltiples similitudes que dice haber observado entre indios y hebreos.
Ello podría explicar el interés de los comitentes en las series específicamente relacionadas con las tribus de Israel que les vinculaban con las sagradas escrituras. La serie de patriarcas formada por Jacob y sus doce hijos, tiene una importante presencia en los envíos que se documentan en esa época destinados a América realizados en Sevilla, en los que se constata la igualdad de las medidas de los lienzos de gran tamaño: dos varas y tercia de alto y una vara y tercia de ancho (Aprox. 2m. x 1m.) destinados a colgar en los grandes espacios de iglesias y conventos.
LAS SERIES DE PATRIARCAS CONOCIDAS
Para hablar de las pocas series existentes es imprescindible acudir al catálogo que publicó el Museo del Prado en 1995 a raíz de la exposición titulada Zurbarán - Las doce tribus de Israel y, en concreto a la aportación al mismo del profesor Benito Navarrete Prieto, que con el título Génesis y descendencia de «las doce tribus de Israel» y otras series zurbaranescas, analiza las conocidas, sus orígenes y derivaciones. De las cuatro que se mencionan en dicho catálogo, la exposición trajo a Madrid la mejor de todas, atribuida al pincel del propio Zurbarán, que por una serie de vicisitudes bien de carácter comercial o más probablemente de signo piratesco, terminaron en Inglaterra, actualmente repartidas entre el Auckland Castle, en el condado de Durham, y el Grimsthorpe Castle, en Bourne, Lincolnshire, obras que fueron, casi con seguridad, las primeras obras del artista en llegar a Inglaterra.
La Serie de Durham
Formada por trece obras en las que se representa a Jacob de pie como un anciano encorvado y a sus doce hijos en distintas actitudes como representantes de las doce tribus de Israel es considerada sin discusión como la más importante de las series existentes, realizada por Francisco Zurbarán (Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664) y modelo de las restantes series que se conocen que son realmente escasas. Según escribe Gabrielle Finaldi en el Catálogo de la exposición mencionado, "Zurbarán buscó la mayor diversidad posible en los tipos físicos y sociales, así como en las edades, los trajes y las actitudes. Algunas figuras aparecen de frente, otras de perfil o de espaldas. Los personajes se convierten en personificaciones de las virtudes y, pese a su individualidad, pasan a ser arquetipos de sabiduría, virilidad, valor, belleza juvenil y ardiente religiosidad. La unidad pictórica de la serie viene dada por la consonancia del formato y por la utilización de un horizonte bajo y de un inmenso cielo que sirve también para aumentar la talla, tanto física como moral, de los patriarcas."
La Serie de Durham
Formada por trece obras en las que se representa a Jacob de pie como un anciano encorvado y a sus doce hijos en distintas actitudes como representantes de las doce tribus de Israel es considerada sin discusión como la más importante de las series existentes, realizada por Francisco Zurbarán (Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664) y modelo de las restantes series que se conocen que son realmente escasas. Según escribe Gabrielle Finaldi en el Catálogo de la exposición mencionado, "Zurbarán buscó la mayor diversidad posible en los tipos físicos y sociales, así como en las edades, los trajes y las actitudes. Algunas figuras aparecen de frente, otras de perfil o de espaldas. Los personajes se convierten en personificaciones de las virtudes y, pese a su individualidad, pasan a ser arquetipos de sabiduría, virilidad, valor, belleza juvenil y ardiente religiosidad. La unidad pictórica de la serie viene dada por la consonancia del formato y por la utilización de un horizonte bajo y de un inmenso cielo que sirve también para aumentar la talla, tanto física como moral, de los patriarcas."
Jacob
Rubén Simeón Leví Judá
Dan Neftalí Gad Aser
Isacar Zabulón José Benjamín
Zurbarán - Serie completa de Jacob y sus doce hijos. Durham
Los Grabados flamencos - BNE
A falta de referencias pictóricas cercanas, Zurbarán acudirá a grabados de artistas flamencos y alemanes cuyos modelos recorrían Europa en la época y eran ampliamente utilizados. Además de las que se conservan en El Escorial, una de esas series de Patriarcas se guarda en la BNE, realizada en 1585 en Amberes por Johan Sadeler, (Bruselas 1550 - Venecia 1600) con la colaboración del dibujante Jansz Visscher y los editores Crispin van den Broeck y Gerard de Jode.
Zurbarán probablemente utiliza este tipo de grabados como referencia pero adaptándolos a su propio estilo monumental estableciendo los modelos pictóricos a seguir, tanto por su propio obrador como por otros artistas.
La fuente documental, común a las diferentes representaciones, para la descripción de los Patriarcas la encontramos en el libro del Génesis cuando Jacob en su lecho de muerte otorga a sus hijos las «Bendiciones secretas» que además de predecir el destino de cada tribu y señalar su territorio asignaba un símbolo para cada una de ellas: a Rubén, "impetuoso como el mar" le simboliza el agua, a Simeón, una espada; a Leví que se dedicó al sacerdocio no se le asigna símbolo concreto, a Judá, a pesar de ser el cuarto hijo le concede el superior gobierno y es representado por un león; a Dan, una serpiente; a Neftalí, un ciervo; a Gad, un hombre armado; Aser, a quien le dice que cocinará manjares dignos de un rey, se simboliza con un manojo de espigas y panes; a Isacár un asno; a Zabulón una áncora; la tribu de José se repartirá entre sus hijos Efraín y Manasés; y finalmente a Benjamin le representa un lobo.
Aunque la simbología apuntada coincide en muchos de los personajes, no lo hace en la totalidad y alguno aparece cambiado, por ejemplo en la serie de Zurbarán, Neftalí aparece con una pala, mientras que en el grabado se muestra el símbolo bíblico del ciervo. En el Zabulón de Zurbarán no aparece el símbolo del ancla aunque pueda considerarse su condición de marino por la vestimenta y el horizonte marino del fondo.
La serie de Puebla - México
Para terminar con las series de Patriarcas en pintura conocidas hay que mencionar otras dos derivadas de la de Zurbarán; una de ellas recientemente restaurada (2017) conservada en el Museo Casa de los Muñecos de la Universidad Autónoma de Puebla (México), que fue dada a conocer en su día por el maestro, recién desaparecido, Bonet Correa, («Obras zurbaranescas en Méjico», Archivo Español de Arte, 1964). La serie poblana “Las doce tribus de Israel o Los hijos de Jacob” consta de doce pinturas de tamaño natural, faltando la correspondiente al patriarca Judá. Algunos de los personajes no siguen los modelos aunque sí el estilo del maestro. En todo caso por sus características se considera que en ninguno de ellos está presente la mano del Zurbarán y que la serie fue realizada enteramente por pintores de su obrador sevillano.
La serie de Lima - Juana Valera
La segunda, conservada en el refectorio del convento de la Franciscana Orden Tercera de Lima (Perú) publicada por el padre Gento Sanz, (Lima, 1945) y por H. Schenone, (Buenos Aires, 1951), se atribuye en la actualidad a una de las poquísimas pintoras del virreinato, Juana Valera y Escobar, activa en la segunda mitad del siglo XVII. En el inventario de bienes que realiza a la muerte de su marido, el capitán Mújica, en 1667, declara poseer una cantidad de lienzos pintados por ella misma de clara inspiración zurbaranesca, entre los que se encuentra una serie titulada las Doce tribus de Israel, lo que ha supuesto el principal fundamento de la atribución de la serie de Lima.
Al igual que ocurre con la de Puebla en la realizada por Juana Valera se pueden ver diferencias en la representación de algunos personajes a pesar de la coincidencia de la mayoría con los de la edición original de Durham. Cabría pensar que la pintora no tuvo a su disposición la totalidad de la serie y tuvo que innovar alguno de sus modelos.
Finalmente señalar que tenemos noticia de que existe una serie en España, que conocemos solo por referencias, que se conserva en el Hospital de los Venerables en Sevilla, parece ser que del siglo XVIII.
La serie escultórica de la Iglesia de los Santos Juanes en Valencia
No podríamos cerrar esta relación sin mencionar el singular grupo de trece estatuas decorativas apoyadas en repisas en los pilares de la barroca iglesia de los Santos Juanes en Valencia, también conocida como "Sant Joan del Mercat". Las imágenes de Jacob y sus doce hijos personificando las Doce tribus de Israel que fueron realizadas en estuco, entre 1695 y 1700, por Giovanni Giacomo Bertessi (Cremona,1643-1710) son conocidas como "Els Blancs". Las representaciones iconográficas de los personajes también están tomadas de los grabados antes mencionados de Jan Sadeler.
A decir del profesor Alonso Fernández de la Universidad de Barcelona, las estatuas, decorativas y rechonchas, (Tormo, 1923), "carecen de valor estilístico pero presentan un notable interés iconográfico".
A falta de referencias pictóricas cercanas, Zurbarán acudirá a grabados de artistas flamencos y alemanes cuyos modelos recorrían Europa en la época y eran ampliamente utilizados. Además de las que se conservan en El Escorial, una de esas series de Patriarcas se guarda en la BNE, realizada en 1585 en Amberes por Johan Sadeler, (Bruselas 1550 - Venecia 1600) con la colaboración del dibujante Jansz Visscher y los editores Crispin van den Broeck y Gerard de Jode.
Zurbarán probablemente utiliza este tipo de grabados como referencia pero adaptándolos a su propio estilo monumental estableciendo los modelos pictóricos a seguir, tanto por su propio obrador como por otros artistas.
Rubén Simeón Leví Judá
Dan Neftalí Gad Aser
Isacar Zabulón José Benjamín
Johan Sadeler, Gerard de Jode, (ed.) y Crispin van den Broeck, (dib.) Los doce Patriarcas.
Amberes, 1585. BNE
La fuente documental, común a las diferentes representaciones, para la descripción de los Patriarcas la encontramos en el libro del Génesis cuando Jacob en su lecho de muerte otorga a sus hijos las «Bendiciones secretas» que además de predecir el destino de cada tribu y señalar su territorio asignaba un símbolo para cada una de ellas: a Rubén, "impetuoso como el mar" le simboliza el agua, a Simeón, una espada; a Leví que se dedicó al sacerdocio no se le asigna símbolo concreto, a Judá, a pesar de ser el cuarto hijo le concede el superior gobierno y es representado por un león; a Dan, una serpiente; a Neftalí, un ciervo; a Gad, un hombre armado; Aser, a quien le dice que cocinará manjares dignos de un rey, se simboliza con un manojo de espigas y panes; a Isacár un asno; a Zabulón una áncora; la tribu de José se repartirá entre sus hijos Efraín y Manasés; y finalmente a Benjamin le representa un lobo.
Aunque la simbología apuntada coincide en muchos de los personajes, no lo hace en la totalidad y alguno aparece cambiado, por ejemplo en la serie de Zurbarán, Neftalí aparece con una pala, mientras que en el grabado se muestra el símbolo bíblico del ciervo. En el Zabulón de Zurbarán no aparece el símbolo del ancla aunque pueda considerarse su condición de marino por la vestimenta y el horizonte marino del fondo.
La serie de Puebla - México
Para terminar con las series de Patriarcas en pintura conocidas hay que mencionar otras dos derivadas de la de Zurbarán; una de ellas recientemente restaurada (2017) conservada en el Museo Casa de los Muñecos de la Universidad Autónoma de Puebla (México), que fue dada a conocer en su día por el maestro, recién desaparecido, Bonet Correa, («Obras zurbaranescas en Méjico», Archivo Español de Arte, 1964). La serie poblana “Las doce tribus de Israel o Los hijos de Jacob” consta de doce pinturas de tamaño natural, faltando la correspondiente al patriarca Judá. Algunos de los personajes no siguen los modelos aunque sí el estilo del maestro. En todo caso por sus características se considera que en ninguno de ellos está presente la mano del Zurbarán y que la serie fue realizada enteramente por pintores de su obrador sevillano.
Vista parcial de la exposición realizada en 2017, en el Museo Universitario Casa de los Muñecos en Puebla (México) con motivo de la restauración de la serie
La segunda, conservada en el refectorio del convento de la Franciscana Orden Tercera de Lima (Perú) publicada por el padre Gento Sanz, (Lima, 1945) y por H. Schenone, (Buenos Aires, 1951), se atribuye en la actualidad a una de las poquísimas pintoras del virreinato, Juana Valera y Escobar, activa en la segunda mitad del siglo XVII. En el inventario de bienes que realiza a la muerte de su marido, el capitán Mújica, en 1667, declara poseer una cantidad de lienzos pintados por ella misma de clara inspiración zurbaranesca, entre los que se encuentra una serie titulada las Doce tribus de Israel, lo que ha supuesto el principal fundamento de la atribución de la serie de Lima.
Al igual que ocurre con la de Puebla en la realizada por Juana Valera se pueden ver diferencias en la representación de algunos personajes a pesar de la coincidencia de la mayoría con los de la edición original de Durham. Cabría pensar que la pintora no tuvo a su disposición la totalidad de la serie y tuvo que innovar alguno de sus modelos.
Simeón Zabulón Isacar Benjamín
Leví Aser
Arriba cuatro de los Patriarcas que siguen el modelo Zurbarán, abajo dos diferentes.
Juana Valera Escobar. Algunos Patriarcas de "Las Doce tribus de Israel", V.O.T. Lima (Perú)
La serie escultórica de la Iglesia de los Santos Juanes en Valencia
No podríamos cerrar esta relación sin mencionar el singular grupo de trece estatuas decorativas apoyadas en repisas en los pilares de la barroca iglesia de los Santos Juanes en Valencia, también conocida como "Sant Joan del Mercat". Las imágenes de Jacob y sus doce hijos personificando las Doce tribus de Israel que fueron realizadas en estuco, entre 1695 y 1700, por Giovanni Giacomo Bertessi (Cremona,1643-1710) son conocidas como "Els Blancs". Las representaciones iconográficas de los personajes también están tomadas de los grabados antes mencionados de Jan Sadeler.
Giacomo Bertessi. Rubén y Benjamín. Iglesia de los Santos Juanes. Valencia
A decir del profesor Alonso Fernández de la Universidad de Barcelona, las estatuas, decorativas y rechonchas, (Tormo, 1923), "carecen de valor estilístico pero presentan un notable interés iconográfico".
LA SERIE INCOMPLETA DEL MUSEO DEL PRADO
El Museo del Prado guarda en sus almacenes una serie incompleta formada por ocho de los Patriarcas de las tribus de Israel que, a pesar de que no tenga una relevancia artística que la haga digna de figurar en la exposición permanente del Museo, debería tener una mayor visibilidad por la singularidad de su temática en el ámbito geográfico español. La originalidad que supone su presencia en la colección y en general en el ámbito de la pintura barroca la haría merecedora de un mayor estudio y difusión. Su existencia es ignorada hasta el punto que ni siquiera es citada en el Catálogo de la Exposición de las Doce tribus que hemos mencionado anteriormente, a pesar de que este dedica una exhaustiva investigación a las pocas obras existentes relacionadas con el tema.
La serie del Prado la conforman únicamente ocho obras que representan a otros tantos hijos de Jacob, Patriarcas de Israel. Procede de la donación Pastrana, una de las más importantes por su calidad y su número, recibida por la pinacoteca nacional en el siglo XIX. Por las referencias que hemos podido obtener de los archivos del Museo y de los diferentes inventarios en los que las obras figuran, podemos constatar que no han sido objeto de estudio y que su clasificación corresponde más a una apreciación visual que técnica.
En el Inventario de la donación de Dolores Vives y Cires, duquesa viuda de Pastrana (1889), aparecen clasificadas como obras de "Escuela Flamenca" aunque tres de ellas por error fueron transcritas como de "Escuela Francesa".
Al incorporar las referencias de las obras al Inventario de Nuevas Adquisiciones del Museo del Prado (Lop-496) realizado en 1990 por Mercedes Orihuela, pasaron a ser consideradas como obras de autor "Anónimo Español del Siglo XVIII". Lo cierto es que ambas referencias, flamenca y española no son necesariamente contradictorias ya que no es raro encontrar en el ámbito español de la época pintores extranjeros aquí asentados, de nacimiento o de origen familiar flamenco.
En el manuscrito con los Inventarios de los muebles, alhajas, libros y cuadros de la Casa del Infantado y Pastrana referentes a los siglos XVII y XVIII . (BNE), y concretamente en el "Pliego de Inventario de Pinturas para el Vínculo" realizado en 1738, figura una referencia a doce obras que representan "Las doce tribus del Pueblo Ebreo" que probablemente pudiera tratarse de la serie que nos ocupa:
La serie está compuesta por ocho de los Patriarcas cuyo nombre aparece en todos los casos en la parte superior derecha, siempre precedidos por la letra T de Tribu y seguidos del numero de orden que por razón de nacimiento a cada uno le correspondería.
Los ocho Patriarcas que conserva el Museo son: Rubén (1), Simeón (3), Leví (2), Neftalí (10), Gad (8), Aser (9), Isacar (6) y Benjamín (12).
Las dudas en cuanto a su clasificación parece que existieron desde el primer momento de la donación, tanto en lo relativo a su posible autor/escuela como en cuanto a su propia caracterización como personajes bíblicos, dudas que se corroboran con algunas de las anotaciones que podemos ver en su parte trasera como muestran las dos imágenes siguientes: en la que corresponde a Gad figura "un guerrero" y en la de Isacar, "profeta".
Las figuras se presentan en tres cuartos sobre un fondo neutro, aunque no exentas de una cierta monumentalidad en su disposición, sus ropajes tienen una apariencia de composición "estampa" por su sencillez y su falta de matices. En siete de las obras, todas excepto la de Neftalí, aparece un elemento mobiliario, sin características precisas, que les sirve de punto de apoyo. Su apariencia es de madera lisa pulida, excepto uno, el correspondiente a Leví que aparece cubierto por una tela.
La iconografía de la serie deriva también de modelos flamencos, aunque de diferente autoría a los señalados anteriormente. En concreto el pintor se basa en los grabados de la serie realizada por el flamenco Jaques de Gheyn II (Amberes,1565 - La Haya, 1629) quien a su vez sigue los diseños realizados por el famoso pintor-historiador flamenco holandés Karel van Mander (Meulebeke, 1548 - Heemskerk, 1606)) conocido por su recopilación de biografías de pintores (Schilder-boeck, 1604). Diversos museos conservan ejemplares de estas series, como el MET de Nueva York, o el Museo Británico de Londres. Los grabados tienen unas medidas de 14.5 × 10.7 cm.
A continuación se muestran las ocho imágenes de los Patriarcas del Museo del Prado acompañadas por los correspondientes grabados de Jaques de Gheyn II que les sirvieron de referencia.
Los cuatro patriarcas ausentes
Como hemos comentado anteriormente faltan cuatro de los Patriarcas en la serie del Museo del Prado. Si, como parece, el grupo procedía de la Colección Medinaceli-Pastrana, cuyo Inventario señala que algunas de las obras "están maltratadas", ello podría explicar la causa de su desaparición.
Nos podemos hacer la idea de la imagen de los cuatro patriarcas ausentes, Judah, Dan, Zabulón y José, por los correspondientes grabados de Jaques Gheyn II / Karel van Mander.
El Museo del Prado guarda en sus almacenes una serie incompleta formada por ocho de los Patriarcas de las tribus de Israel que, a pesar de que no tenga una relevancia artística que la haga digna de figurar en la exposición permanente del Museo, debería tener una mayor visibilidad por la singularidad de su temática en el ámbito geográfico español. La originalidad que supone su presencia en la colección y en general en el ámbito de la pintura barroca la haría merecedora de un mayor estudio y difusión. Su existencia es ignorada hasta el punto que ni siquiera es citada en el Catálogo de la Exposición de las Doce tribus que hemos mencionado anteriormente, a pesar de que este dedica una exhaustiva investigación a las pocas obras existentes relacionadas con el tema.
La serie del Prado la conforman únicamente ocho obras que representan a otros tantos hijos de Jacob, Patriarcas de Israel. Procede de la donación Pastrana, una de las más importantes por su calidad y su número, recibida por la pinacoteca nacional en el siglo XIX. Por las referencias que hemos podido obtener de los archivos del Museo y de los diferentes inventarios en los que las obras figuran, podemos constatar que no han sido objeto de estudio y que su clasificación corresponde más a una apreciación visual que técnica.
En el Inventario de la donación de Dolores Vives y Cires, duquesa viuda de Pastrana (1889), aparecen clasificadas como obras de "Escuela Flamenca" aunque tres de ellas por error fueron transcritas como de "Escuela Francesa".
Pagina del Inventario de la Donación Pastrana en la que figuran las obras de la serie
En el manuscrito con los Inventarios de los muebles, alhajas, libros y cuadros de la Casa del Infantado y Pastrana referentes a los siglos XVII y XVIII . (BNE), y concretamente en el "Pliego de Inventario de Pinturas para el Vínculo" realizado en 1738, figura una referencia a doce obras que representan "Las doce tribus del Pueblo Ebreo" que probablemente pudiera tratarse de la serie que nos ocupa:
- 24 Pinturas iguales de vara y mª de alto y más / de vara
de ancho con marcos dorados Algunas de ellas / maltratadas. Las doce de las Doce
tribus del Pueblo / Ebreo y las otras doce de las 12 Semitas.
A pesar de que no hay una exacta coincidencia entre las medidas reseñadas en el Inventario, en el que parecen haber sido calculadas a ojo y que serían algo menores de las que se encuentran en el Museo, lo cierto es que la diferencia es pequeña y coincidirían en todo caso en un formato mediano, como el que presentan las obras del Prado, por lo que habría una alta probabilidad de que fueran las mismas que se aportaron en la donación. Por otra parte gracias a esta referencia podríamos situar las obras entre finales del XVII y el principio del siglo XVIII.
Las obras y sus precedentesLa serie está compuesta por ocho de los Patriarcas cuyo nombre aparece en todos los casos en la parte superior derecha, siempre precedidos por la letra T de Tribu y seguidos del numero de orden que por razón de nacimiento a cada uno le correspondería.
Ejemplo de inscripción con el nombre y el número
Los ocho Patriarcas que conserva el Museo son: Rubén (1), Simeón (3), Leví (2), Neftalí (10), Gad (8), Aser (9), Isacar (6) y Benjamín (12).
Las dudas en cuanto a su clasificación parece que existieron desde el primer momento de la donación, tanto en lo relativo a su posible autor/escuela como en cuanto a su propia caracterización como personajes bíblicos, dudas que se corroboran con algunas de las anotaciones que podemos ver en su parte trasera como muestran las dos imágenes siguientes: en la que corresponde a Gad figura "un guerrero" y en la de Isacar, "profeta".
Las figuras se presentan en tres cuartos sobre un fondo neutro, aunque no exentas de una cierta monumentalidad en su disposición, sus ropajes tienen una apariencia de composición "estampa" por su sencillez y su falta de matices. En siete de las obras, todas excepto la de Neftalí, aparece un elemento mobiliario, sin características precisas, que les sirve de punto de apoyo. Su apariencia es de madera lisa pulida, excepto uno, el correspondiente a Leví que aparece cubierto por una tela.
La iconografía de la serie deriva también de modelos flamencos, aunque de diferente autoría a los señalados anteriormente. En concreto el pintor se basa en los grabados de la serie realizada por el flamenco Jaques de Gheyn II (Amberes,1565 - La Haya, 1629) quien a su vez sigue los diseños realizados por el famoso pintor-historiador flamenco holandés Karel van Mander (Meulebeke, 1548 - Heemskerk, 1606)) conocido por su recopilación de biografías de pintores (Schilder-boeck, 1604). Diversos museos conservan ejemplares de estas series, como el MET de Nueva York, o el Museo Británico de Londres. Los grabados tienen unas medidas de 14.5 × 10.7 cm.
A continuación se muestran las ocho imágenes de los Patriarcas del Museo del Prado acompañadas por los correspondientes grabados de Jaques de Gheyn II que les sirvieron de referencia.
RUBÉN, como primer hijo aparece con el número 1. La corona en la mano parece representar la pérdida de dicha primogenitura establecida por su padre en castigo por haber ocupado su lugar en su lecho. El símbolo del agua que aparece en la parte inferior saliendo de una vasija, coincide con el símbolo bíblico mencionado en "Las Bendiciones" (Nº Cat. P03724)
SIMEÓN: Aparece con el número tres a pesar de que tradicionalmente se le considera el segundo hijo de Jacob. Al igual que su hermano Leví es preterido por su padre por su crueldad al acabar con todos los hombres de Siquem, en represalia por la violación de su hermana Dina. Es representado blandiendo una espada como corresponde a su símbolo bíblico. (Nº Cat. P03726).
LEVÍ: Hijo de Lia, al igual que Simeón, aparece señalado con el número dos, aunque es el tercero. Lleva en la mano derecha un pequeño cetro que apoya sobre un tocado en forma de casco del que penden unas cintas; con la mano izquierda sujeta una espada. A pesar de ser penalizado como su hermano Simeón por sus excesos de violencia y no tener asignado un símbolo concreto, se le representa con atuendo de apariencia sacerdotal. (Nº Cat. P03725)
NEFTALÍ: que aparece con el número diez es representado con el ciervo que le simboliza como amante de la libertad. (Nº Cat. P03718)
GAD: con el número 8, es considerado como un guerrero y por ello se representa con la apariencia de un hombre armado. (Nº Cat. P03720)
ASER; Con el número de orden nueve, presenta un aspecto más humilde que sus hermanos, Su padre le vaticina que servirá mesas dignas de un rey. Su símbolo es el manojo de espigas y el cesto con los panes recién horneados. (Nº Cat. P03719)
YSACAR: Aparece con el número seis y es calificado por su padre de trabajador y fuerte como una mula, y por ello suele aparecer representado llevando una carga y acompañado por un jumento. (Cat, P03717)
BENJAMÍN, figura con el número doce por ser el menor de los hermanos y aparece junto al símbolo que le fue asignado por su padre, un lobo que a veces es un perro. (Nº Cat. P03723)
Los cuatro patriarcas ausentes
Como hemos comentado anteriormente faltan cuatro de los Patriarcas en la serie del Museo del Prado. Si, como parece, el grupo procedía de la Colección Medinaceli-Pastrana, cuyo Inventario señala que algunas de las obras "están maltratadas", ello podría explicar la causa de su desaparición.
Nos podemos hacer la idea de la imagen de los cuatro patriarcas ausentes, Judah, Dan, Zabulón y José, por los correspondientes grabados de Jaques Gheyn II / Karel van Mander.
Judá con el simbolo del León Dan, representado con una serpiente
Zabulón con el símbolo del ancla José como un príncipe con arco y flechas
En el museo de la Seu d’Urgell hay una colección completa de los 12 patriarcas más Jacob en su lecho de muerte. Retratos de De cuerpo entero y datados del XVI
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