miércoles, 25 de enero de 2023

FRANCISCA DE ALMEIDA - PINTORA POR TRADICIÓN FAMILIAR (5)

Siguiendo la serie dedicada a las Pintoras por Tradición Familiar, que tienen en común el hecho de pertenecer a una familia artística, en general por tener un padre de quien han recibido el nombre y la tradición, o, como en este caso, también un hermano pintor de quien han aprendido el oficio, presentamos en esta quinta entrega a Francisca, hija del conocido miniaturista portugués José de Almeida Furtado. A pesar de no ser la única hija pintora de este artista, Francisca sobresale por méritos propios sobre sus hermanas, también dedicadas a la miniatura.
 
Autorretrato. Francisca de Almeida Furtado, 1865 MNAA (Lisboa)

Revisando la historia de la pintura ibérica, y en general europea, de la segunda mitad del S. XIX, encontramos muchas pintoras que participaron con sus obras en exposiciones y concursos públicos en los que a menudo fueron elogiadas por la crítica del momento. Sin embargo, en pocas ocasiones llegan a dar el salto a la fama perdurable que constituiría su entrada en la Historia oficial del Arte. Apenas encontramos pintoras en ese contexto, pues los historiadores las suelen dejar arrinconadas en catálogos y hemerotecas que las mencionan sin tener en cuenta que con sus logros y fracasos forman tambiėn parte de la historia de la pintura, para cuyo ejercicio tuvieron que vencer numerosas trabas y dificultades y a menudo recurrir a una gran fuerza de voluntad para superarlas.

Pero si no ser mencionadas constituye el principal problema para su visibilización, todavía peor es el hecho de que sean tomadas por hombres, lo que hace doblemente difícil su recuperación y consideración por la moderna Historia del Arte, en la que poco a poco se va incorporando una visión más amplia que las incluye.

La errónea identificación de una pintora atribuyéndola condición masculina no es un hecho aislado, así como la adjudicación de obras de pintoras a sus colegas masculinos. Es paradigmático el caso de la pintora que da título a este blog, cuyas obras fueron atribuidas a los grandes pintores del momento, por su gran calidad. La reversión de esas falsas atribuciones es una tarea inacabada a pesar de los recursos dedicados en los últimos tiempos para la reasignación a Sofonisba Anguissola de sus propias obras, pues subsisten ciertos sectores que se resisten a aceptar dichas recuperaciones.

Solo en el curso de las investigaciones que publico en este blog para dar a conocer historias de pintoras, he encontrado -sin buscarlos- casos de identificaciones erróneas: 

La pintora Emilia Carmena Monaldi, también conocida por su apellido de casada como Emilia Carmena de Prota (Madrid, 1823–1900), fue considerada durante muchas décadas en el Museo del Prado como Emilio Carmona de Rota, por un problema de transcripción de su firma. Hasta 2018 no se produjo su definitiva identificación, publicada en este blog.

Emilio Carmona de Rota. Antigua identificación del Museo del Prado

Tambiėn la pintora miniaturista Marcela de Valencia fue tomada por un hombre por el periodista y escritor, generalmente bien informado, Manuel Ossorio y Bernard, en su Galería Biográfica de Pintores Españoles del Siglo XIX.

"Valencia (D. Marcelo de )", M. Ossorio y Bernard, 
Galería Biográfica de Pintores Españoles del Siglo XIX.

A ellas se une ahora el caso de Francisca de Almeida Furtado, la pintora portuguesa a la que dedicamos esta entrada, que participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes española de 1881, apareciendo en el Catálogo Oficial con el nombre de "D. Francisco Almeida Furtado".
"Almeida Furtado, D.Francisco" en el Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes. 1881

El padre de Francisca, José de Almeida Furtado, "O Gata"  pintor miniaturista
Jose de Almeida Furtado, Autorretrato, 38x34cm. M.N. Grão Vasco

José de Almeida Furtado (1778-1831), conocido como “O Gata”, natural de Viseu, fue un pintor especializado en la realización de retratos en miniatura. Realizó sus primeros estudios artísticos en el Aula Pública de Dibujo de la ciudad de Oporto; a los 16 años se trasladó a la capital donde asistió a la Clase de Dibujo de la Casa Pía de Lisboa donde fue seleccionado para estudiar en la Real Aula de Dibujo de Figura y Arquitectura Civil (la Real Escuela). Tuvo como maestros a los pintores Eleuterio Manuel de Barros y José da Cunha Taborda

Al finalizar sus estudios, en 1804 regresó a Viseu donde se estableció como pintor participando activamente en el ambiente político y social que se vivía en la época. Debido a una enfermedad tuvieron que amputarle la pierna izquierda. Tras la primera invasión francesa, a finales de 1807, con 28 años, decidió trasladarse a Salamanca, donde pudo continuar su actividad de pintor y donde, en 1811, contrajo matrimonio con Maria Loreto Bentura Amezquita (1783-?). Los dos medallones con las miniaturas (5,2 x 3,2cms.) de la pareja que conserva el Museo Naciacional de Arte Antiga de Lisboa probablemente corresponden a la fecha de su matrimonio.

José de Almeida Furtado. Retrato de Mª Loreto Amezquita y Autorretrato (MN Arte Antiga)

En Salamanca nacieron cuatro de sus ocho hijos: Tadeus (1812), Maria das Dores (1814), José, y Francisco (1825); el resto nació en Viseu: Eugénia (1816), Rosa (1817), Francisca (1826) y Dorotea (1829). Con la excepción de Francisco, todos los hermanos fueron artistas siguiendo el camino de su padre.  
Árbol familiar (adaptado) tomado de "O Gata, José de Almeida Furtado", 
Coleções do Museu Grão Vasco (Viseu 2015) 

José de Almeida trabajó en Salamanca y Ciudad Rodrigo, ciudades donde decoró con óleo y témpera techos de salones de diversos palacios y realizó numerosos retratos entre los que cabe destacar el de D. Carlos M. Isidro de Borbón. Su fama como retratista le abrió el camino en 1818 a su nombramiento como profesor de la clase de miniatura en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy, creada por el gremio de orfebres de Salamanca. En 1825 realiza el Retrato del Gobernador militar de Ciudad Rodrigo (Felipe Freire?)

En 1826 regresa a Viseu, donde además de continuar su actividad de decoración pintando techos y murales de edificios, también se dedica a la miniatura, en especial para la realización de retratos. En 1828 pintó un gran lienzo al óleo del rey Miguel I de Portugal. Murió en Viseu cinco años después de su regreso, en 1831, en plena Guerra Civil portuguesa, cuando su hija menor tenía solo dos años y el mayor diecinueve, dejando tras de sí la huella de su maestría en sus hijos y una amplia obra dispersa.

Francisca de Almeida Furtado (1826-1918)
Francisca de Almeida Furtado, h.1865, M.N. Grão Vasco
 
Nacida el 4 de octubre de 1826, en Viseu, fue la séptima de los ocho hijos de José de Almeida Furtado y de la salmantina Mª Loreto Amezquita. Solamente tenía cinco años cuando murió su padre, y su madre, viuda, con sus ocho hijos, se fue a vivir a Oporto buscando mejores oportunidades. En el ambiente artístico de la familia el interés de Francisca por la pintura se inició tempranamente siguiendo la estela de sus hermanas mayores y fue creciendo hasta convertirse en alumna de su hermano Tadeus, que daba clases particulares de dibujo y pintura en su casa a varias damas de la aristocracia y más tarde en la Academia Portuense de Bellas Artes.
Maria das Dores Almeida. Autorretrato (MNAA) y Retrato de Tadeus Almeida (M.N. Grão Vasco)

Durante sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Oporto Francisca expuso en diversas ocasiones y en muestras colectivas de su ciudad, mostrando una excelente calidad técnica en sus obras, en su mayoría miniaturas, realizadas al temple sobre marfil. En la Exposición Internacional que tuvo lugar en el Palacio de Cristal de Oporto, en 1865, ganó la 1ª medalla con su autorretrato.

Gracias al apoyo del pintor Auguste Roquemont, amigo de su padre, fue invitada por la reina María II y D. Fernando de Saxe-Coburgo a realizar sus retratos y los de algunos miembros de la familia real, viajando para ello a Lisboa, donde permaneció una temporada hasta completar sus encargos. Desde entonces recibió numerosas peticiones para realizar los retratos de personajes de la época como el historiador Alexandre Herculano, lo que le valió el ser elogiada por el pintor Francisco José de Resende que la consideró la mejor miniaturista portuguesa de su tiempo. 

Poco se sabe de su vida personal aunque hemos de suponer, a la vista de su autorretrato, que estuvo casada ya que luce en su mano derecha una alianza matrimonial.

Según los datos del Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes española de 1881, la pintora presentó dos obras.  
Referencia del Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1881

Con el nº 18 figura la obra titulada "Lavandera. Costumbres de Villanueva de Goya (sic), miniatura". Desconocemos el paradero de esta obra que lógicamente se refiere a la ciudad portuguesa de Vila Nova de Gaia. El error en el nombre de Francisca no debía estar solo en el Catálogo sino en la cartela de la propia Exposición, ya que en el Catálogo cómico-crítico de Vallejo y Serrano de la Pedrosa, realizado tras la visita a la misma, sigue figurando como obra de "D. Francisco".

La segunda obra, que figura con el nº 19, es el "Retrato del Conde de Samodães, en miniatura". El retrato del mismo personaje realizado en 1878, que hoy forma parte de las colecciones del Museu Nacional Soares dos Reis, es probablemente otra versión del que presentó a la exposición madrileña ya que tiene un tamaño menor (13,7 x 10,6 cm.)  que el que figura en el Catálogo (30 x 24 cms.).
  Retrato del Conde de Samodães, miniatura, 1878 (MN Soares dos Reis)

ALGUNOS DE SUS RETRATOS

           Señora, 1868 (MNAA)                       Su hermana Eugenia, h.1865 (MNAA)
Albertina Borges de Castro e seu filho, H.1875 (MNSR) Escultor Manuel da Fonseca Pinto, 1851(MNAA)

Tras su participación en la Exposición trienal de 1852 Francisca fue elegida Académica de Mérito por la Academia de Bellas Artes de Oporto junto con su hermana menor Doroteia, también miniaturista notable aunque con menos obra conocida que su hermana, integrándose ambas en la vida de dicha academia artística portuense, con el privilegio, raro en la época para una mujer, de poder asistir y participar en sus reuniones y Conferencias Generales. 
Izq. Francisca de Almeida Furtado. Retrato de su hermana menor Doroteia 
4,7 x 4 cm Tempera sobre marfil. M.N. Grão Vasco
Dcha. Doroteia de Almeida, Retrato de su hermano Tadeus, 4,3 x 4 cms. M.N. Grão Vasco. 

Poco después se incorporó a las clases de pintura histórica, impartidas por el pintor lisboeta António Manuel da Fonseca (1796-1890). A pesar de que fueron las miniaturas sobre placa de marfil las que la hicieron famosa, hacia el final de su vida se alejó de este género y utilizó soportes más grandes, que se aproximaban al formato del cuadro y tambien cultivó la técnica de la acuarela.
Francisca d'Almeida,“Natureza morta” 25,3 x 41 cms. (Acuarela), 1908

El grupo de hermanas luso-españolas Almeida-Amesquida, utilizaron los apellidos de su padre "Almeida Furtado" y continuaron su camino artístico dedicándose principalmente al retrato en miniatura desde mediados del siglo XIX. Todas las hermanas, entre las que destacó Francisca por la calidad de su obra, participaron en exposiciones nacionales y extranjeras y se incorporaron a las Academias oficiales de Bellas Artes, lo que muestra la fortaleza de la presencia femenina en la pintura portuguesa de la época, con unas características sociológicas similares a sus colegas hispanas.


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