domingo, 8 de diciembre de 2013

EL GRECO, ANGUISSOLA, VELÁZQUEZ... UNA VISITA AL PRADO

3 DE DICIEMBRE DE 2013


Aunque no hace falta ninguna excusa para hacer una visita al Museo del Prado, me he acercado con la intención de ver el Expolio de Cristo de El Greco, tras su restauración y he aprovechado el tiempo y la ocasión para realizar otras visitas pendientes.


El Expolio de la Catedral de Toledo 

Se expone hasta final de año una de las primeras obras que el pintor griego realizó a su llegada a España, entre los años 1577 y 1579, por encargo de la Catedral de Toledo en cuya sacristía se sigue conservando.


El Expolio de El Greco de la Catedral de Toledo. detalle

Cuando veo una obra restaurada de esta envergadura siempre pienso que debería exponerse junto a una imagen de igual tamaño de la obra, obtenida antes de la restauración, para poder apreciar los detalles de la labor realizada. En su lugar a menudo se nos muestra la radiografía de la obra restaurada y, como en este caso, también una reflectografía. En general estas fotografías solo tienen interés para los técnicos salvo en casos contados en que sacan a la luz elementos nuevos no visibles en la obra pintada.

Para poder ver el antes y el después tenemos que conformarnos con la imágenes que se suelen publicar que no tienen una gran calidad y por tanto tampoco permiten hacer una comparación detallada.

Antes y después de la restauración

Solamente un detalle de la pintura despertó mi curiosidad y es la firma del pintor realizada sobre un papel desdoblado que se encuentra a la derecha en el borde inferior del cuadro.

Detalle de la firma en el Expolio

Como puede observarse, la firma aparece parcialmente tapada por una mancha de tonos marrones oscuros que podría parecer un sombrero, una piedra o simplemente una mancha de pintura. Aunque esa apariencia de mancha aparece también en algunas copias de la obra, reconozco que me extrañó su presencia, dada la pasión del restaurador -Rafael Alonso- de limpiar y limpiar hasta hacer aflorar lo que sea que haya haya debajo. Además -y eso precisamente se puede ver en la radiografía- debajo de la mancha se encuentra el papel de la firma completo. Esperaremos a que algún día se publique el estudio técnico en el que se nos cuente el secreto de la mancha.

En todo caso es una ocasión singular la que nos presta el Museo de poder disfrutar la visión de esta obra maestra que no podemos desaprovechar.

Una visita a la Sala LVI

Paso una rápida revista a la Sala LVI en la que únicamente falta el retrato del "titular", el Felipe II de Sofonisba Anguissola, que continúa en su periplo exterior, ya que es sin duda uno de los cuadros más "viajeros" del Museo. Por suerte en su lugar se expone la única obra que tiene el Museo de la hermana de SofonisbaLucía Anguissola, el Retrato del médico cremonés Pietro Manna, enviado a España por su padre, Amilcare, seguramente en espera de recibir algún beneficio, regalo o privilegio que pudiera incorporar a la dote de alguna de sus hijas casaderas. Aunque no guarde relación con la temática de la sala, al menos es una obra realizada por una mujer, algo que, como sabemos, no abunda en el Museo del Prado.
Felipe II de Sofonisba (el ausente)     Pietro Manna de Lucía Anguissola (el presente)

Me alegra ver que ha vuelto la princesa Juana (A. Moro), que también ha estado de viaje una temporada, y que vuelva a estar en su sitio aunque no puedo por menos que seguir lamentando la falta de sensibilidad de los responsables de la sala de mantenerla formando pareja con un bufón cuando podría estar acompañada de su propio hijo, el rey Sebastián de Portugal, pintado por Cristóbal de Morais que se conserva en los almacenes del Museo. (P07709).
  A. Moro. Retrato de Juana de Austria.  C.de Morais Retrato de D. Sebastián. MNP

También ha vuelto a su lugar, junto a su madre la reina Isabel de Valois (S. Anguissola), la infanta Isabel Clara Eugenia  con su enana Magdalena Ruiz, (S. Coello, atr.), imagino que ahora madre e hija estarán mucho más contentas.

Sánchez Coello (Atr.) Isabel Clara Eugenia con M. Ruiz.  MNP
Sofonisba Anguissola. Isabel de Valois. MNP

En definitiva, la sala se encuentra casi al completo a la fecha actual.

Algunos miembros de la familia de Felipe IV de Martinez del Mazo

Una visita obligada a la exposición de Veláquez, mientras dure, siempre depara alguna sorpresa. Además del conjunto velazqueño, hoy me he detenido especialmente en La infanta Margarita de Austria vestida de luto de Juan Bautista Martínez del Mazo .

La imagen de la Infanta Margarita, que ya no es la de la niña de las Meninas sino una joven de unos quince años, vestida de luto por la muerte de su padre, que está a punto de casarse con el emperador Leopoldo I, es pintada por Martínez del Mazo introduciendo un cierto ambiente doméstico a través la imagen familiar que se vislumbra al fondo.
J. B. Martinez del Mazo, Retrato de Baltasar Carlos y Retrato de la infanta Margarita

Esta obra me ha recordado otra que el mismo autor realizó veinte años antes, que es el retrato de su hermano, el joven Baltasar Carlos, que no se encuentra en la exposición pero sí en el Museo (Sala 16A), realizado cuando tenía dieciséis años de edad, según la inscripción del propio cuadro, vestido también de negro seguramente por el fallecimiento de su madre, Isabel de Borbón. 

Los dos hermanos han sido retratados tantas veces en su infancia que sorprende ver como se han hecho mayores y muestran en su rostro la tristeza por la pérdida del pasado y de sus seres queridos.

Historias Naturales. 

En el ir y venir por el museo he aprovechado para ver el proyecto de Miguel Ángel Blanco que ha planteado veintidós intervenciones de "carácter natural" -minerales, animales disecados, fósiles, esqueletos, e insectos- procedentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales, para acompañar a otras tantas obras pictóricas que se encuentran dispersas por el Museo. 
El furor de las águilas. Una de las intervenciones más interesante elegida como presentación de la exposición

Reconozco que alguna de las intervenciones ha despertado mi interés pero en general resultan difíciles de buscar y de encontrar y puedes pasar por delante sin reparar en las mismas, o puedes tenerlas sobre la cabeza, y no verlas. En resumen, una idea interesante, alguna pieza de gran belleza, pero una implementación mejorable.

La desaparición de Clara Peeters

No hace mucho tiempo dediqué dos artículos en este blog a las pintoras en el Museo del Prado, tanto las presentes como las ausentes, llegando a la conclusión de que solamente se exponían en el Museo las obras de tres pintoras: la que da nombre a este blog, Sofonisba Anguissola, la también italiana Artemisa Gentileschi y la flamenca Clara Peeters (Amberes h.1594-h.659)

Pues bien, hoy he comprobado con tristeza que la Obra de Clara Peeters  titulada "Mesa" [P1622], un magnífico bodegón expuesto en la Sala 16b, ha sido retirado de su emplazamiento y según la información recibida, "enviado al almacén".

A pesar de ser la única obra expuesta de la artista, de las cuatro que posee el Museo, procedentes de la Colección Real; a pesar de ser el único entre las decenas de bodegones del museo pintado por una mujer, alguien ha considerado su presencia innecesaria.

Las obras de Clara Peeters están llenas de detalles que muestran su maestría, su firma suele aparecer dentro de elementos del propio cuadro (en la obra que estaba expuesta se encuentra en el mango del cuchillo) y en ocasiones ella misma se autorretrata a través del reflejo en algún objeto metálico de sus obras.


Alguien podría decir que hay demasiados bodegones expuestos en el Museo, y yo estaría de acuerdo con esa afirmación, pero se da la circunstancia de que el resto de pintores de bodegones del museo exponen más de un ejemplar de sus obras. He tenido la paciencia de buscar los artistas y cuadros de naturalezas y bodegones expuestos que se reparten básicamente entre las Salas 8A, 18 y 87 y, sin ánimo de exhaustividad, puedo señalar los siguientes:

De Juan Espinosa se exponen cinco obras


De Tomás Hiepes se exponen siete obras


De Montalvo, tres obras


De B. Perez, dos obras


De Van der Hamen, cuatro


 De J. B. Romero, dos obras


De J. Ferrer, dos obras, deliciosas

De L. E. Menéndez, veinticinco obras (24 en la misma sala)


Yo me pregunto que si lo que falta es espacio, ¿no sería posible guardar alguna de estas obras que en muchos casos resultan reiterativas en su temática y composición? 

En cambio, se envía al almacén una obra singular por su contenido, por su origen, por su época, además de tratarse del único bodegón pintado por una mujer que se exponía en el museo.

7 comentarios:

  1. Suscribo la demanda, de principio a fin y, en todos sus términos e indiscutibles observaciones. Bravo!!!

    ResponderEliminar
  2. Nos quedamos expectantes con el misterio de la mancha sobre la firma del Greco.
    Enhorabuena por el artículo-repaso del museo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Hola Concha, solo decirte que me encanta tu blog, tus artículos son fantásticos, además para alguien que visita el Prado con frecuencia como yo, es una maravillosa guía.
    Y también por supuesto suscribo tu propuesta, tan razonable y razonada.
    Saludos
    Mercedes

    ResponderEliminar
  4. Desconozco el motivo de retirar el bodegón de Clara Peeters de la sala en la que se hallaba, lo que sí sé, es que retirar uno de los bodegones mencionados no va a hacer que vuelva el de Peeters, porque los mencionados son bodegones españoles y se hallan en salas dedicadas al arte español y el de la pintora flamenca estaba situado en una sala dedicada al arte flamenco. Ahora mismo creo que no hay colgado ningún bodegón flamenco o tal vez alguno en una segunda hilada en altura en la sala 16b. Seguramente, cuando en algún momento de este año (si otro retraso no lo impide), se abran las nuevas salas flamencas sobre la rotonda de Goya alta, seguramente Clara Peeters vuelva a ocupar su sitio en el museo, hasta la realización de la pequeña exposición monográfica que se dedicará a la pintora en el 2016.
    Saludos
    Boro

    ResponderEliminar
  5. Gracias Boro por contestar a mis preguntas aunque sean retóricas y gracias por compartir tu información y por ese anuncio de la futura exposición de Clara Peeters. Saludos

    ResponderEliminar
  6. Lo siento, no me pareció que fuera una pregunta retórica.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Mientras leía el post mi mente pensaba que estaba en el Museo. Gracias Concha

    ResponderEliminar